Historia concisa de Cachemira (5ª parte)

08.12.2016

Las elecciones de 2014 y Cachemira

Más de 170 millones de indios votaron por Narandraa Modi del PPI (Partido del Pueblo Indio, en inglés BJP) para el cargo de primer ministro nº15 de la India. Asumió el cargo el 26 de mayo de 2014 tras una victoria de gran alcance contra el régimen corrupto del Congreso que gobernó durante mucho tiempo. Narandraa Modi es intensamente controvertido, a menudo acusado de propagar la violencia en sectaria en el pasado como fundamentalista hindú con una ideología que es irreconciliable con los mitos islámicos.

El intento de los separatistas disfrazados de islámicos en un boicot

Las elecciones cachemires fueron desafiadas por separatistas indios pro-pakistaníes así como por grupos islámicos con sede en Pakistán. Anunciaron y propagaron un boicot contra las elecciones de Cachemira a través de los medios sociales, principalmente Facebook y WhatsApp. Sayed Ali Geelani de Hurriyat difundió retórica que afirmaba que “India ha estado realizando elecciones en el valle usando el poder de las armas y tal ejercicio es ilegítimo. Mi apelación a la juventud en particular es que los sacrificios prestados por el pueblo deben ser salvaguardados y, de ahí que, de ninguna manera nadie debería votar durante las elecciones”. En uno de los videos que se hizo viral, vemos a Geelani dirigiéndose a una gran reunión y urgiendo a los jóvenes para no socavar la misión de los “mártires”. También se ve a Mirwaiz Umar Farooq apelando a las masas para boicotear las elecciones “en masa”.

Las elecciones se realizaron pacíficamente bajo la LPEFA y la comisión electoral

[LPEFA - Ley de Poderes Especiales de las Fuerzas Armadas]. A pesar del boicot propagado por los grupos anti-indios, Cachemira vio el número más alto de votantes en 25 años. Los discursos jingoístas de Modi, exigiendo el cambio total, el desarrollo, y la estabilidad en Cachemira parecieron funcionar realmente. También acusó a Pakistán de intentar alterar las votaciones. El número de participantes fue superior al 65%, que es más alto que el porcentaje de voto habitual en cualquier estado de India. El factor más sorprendente es que el partido fundamentalista Hindú (PPI) consiguió más de 25 escaños (un 25% de crecimiento) contra Omar Abdullá, que tuvo solamente 15 asientos. Estas son las estadísticas increíbles del único Estado con mayoría musulmana de Cachemira. Con posterioridad, fue formada una coalición de gobierno por el PPI y el PDP (Partido Democrático de los Pueblos). El gobierno indio ve esto como una de sus mayores victorias en la historia india, una victoria de la democracia. Los Cachemires han aceptado finalmente el veredicto democrático de la India al marginar bruscamente a los separatistas radicales y las redes de terror a lo largo de Pakistán. Estas elecciones fueron el mensaje más fuerte que puede emanar de cualquier país democrático, y el mensaje fue enviado a los alteradores a lo largo de la línea de control.

El parlamento de la UE envió un mensaje: “Las altas cifras de participación demuestras que la democracia está firmemente enraizada en India. A la UE le gustaría felicitar a la India y a su sistema democrático por realizar elecciones justas, sin marcas de violencia, en el estado de Jammu y Cachemira”.

El ministro en jefe cachemir, el muftí Muhammad Sayeed dijo: “Si Dios impide que el Hurriyat y los militantes hubieran intentado interrumpir las elecciones, estas no habrían sido tan participativas como fueron. Ellos [Pakistán] también permitieron que estas elecciones tuvieran lugar".

Ghulam Nabi Azad dijo: “De hecho, Pakistán y los grupos militantes intentaron hacer lo máximo para desestabilizar el proceso democrático en el estado”.

La protesta cachemir de 2016, Burhan Wani, y la situación actual

En 2016, el mundo fue testigo de más disturbios masivos en el valle de cachemira. Con los años, la naturaleza fundamental de los disturbios se ha transformado tremendamente, especialmente las demandas de los separatistas. India es un país con una inmensa diversidad en términos de religión, cultura, y etnias, y por tanto, los puntos de vista de los pueblos sobre los sucesos políticos varían ampliamente. Las múltiples perspectivas y percepciones son mucho más comunes, y el crecimiento del liberalismo y la existencia de los variados poderes políticos establecidos, han liberado diversas perspectivas y soluciones para cada suceso político. Desde la década de 1990, India ha experimentado un periodo de paz en Cachemira, excepto por algunos incidentes aislados de intercambio de fuego e infiltración. La seguridad fronteriza ha sido mejorada con lo último en tecnología y equipamiento, más personal, más patrullas, y más entradas adecuadas de inteligencia. Esto ha allanado el camino para la estabilidad y la paz. El veredicto de las elecciones de 2014 dio promesas ambiciosas y esperanzas a la gente de Cachemira, pero como los días pasaron, las cosas empezaron a deteriorarse. Desgraciadamente, empezaron a ocurrir incidentes y la paz y estabilidad fue rota una vez más. Permítanme intentar una inspección justa, objetiva y racional de lo que exactamente fue mal.

Todo empezó con el asesinato de Burhan Wani, un joven comandante miliciano de los Hizbul Mujahideen con base en Cachemira, por las fuerzas de seguridad indias el 8 de julio de 2016. Esto fue seguido por la protesta anti-india estallando en 10 distritos del valle de Cachemira  la imposición de un toque de queda que fue desafiado por los manifestantes que atacaron al personal de seguridad y a la propiedad pública. El valle permaneció bajo toque de queda durante 53 días, resultando en la muerte de 70 manifestantes y unos 7.000 civiles heridos, con dos muertos en el personal de seguridad y 4.000 de ellos acabaron heridos. Burhan Wani se convirtió en miliciano a la edad de 15 años, cuando se unió a Hizbul Mujahideen. Adquirió formación y aprendió el manejo de las armas de asalto, de este modo convirtiéndose en el chico de los carteles para los pakistaníes y los pro-separatistas en el valle. El continuó su ola publicitaria en Facebook. Una de sus publicaciones hecha el 1 de julio se hizo viral. Una imagen de él posando con otros 10 jóvenes milicianos. En un video que publicó, apelaba a los jóvenes para continuar y unirse a Hizbul Mujahideen. Parece que reclutó a más de 30 jóvenes para el grupo de Hizbul. El gobierno de la India anunció una recompensa de 1 millón de rupias por encontrar a Burhan una vez que él también amenazó con atacar a los “hombres de uniforme” y amenazó a la policía para que se marchase. Aunque él realmente no cometió ningún ataque, se creía que había planeado varios de ellos e influyó a un gran grupo de jóvenes separatistas cachemires. El 8 de julio, el ejército acordonó la zona a las 4.pm y tomó posiciones entorno a la casa donde Burhan y sus asociados estaban presentes. Cuando los militantes intentaron salir y escapar, fueron abatidos. Tras su muerte, cientos de aldeanos salieron llorando la muerte y enfrentándose a la policía, y atacaron los campamentos del ejército en el área.

A principios de 2016, los observadores presentaron varios informes sobre la militancia del país y la radicalización de los jóvenes cachemires, mayoritariamente musulmanes sunníes. Después de que el gobierno de Modi asumiera el poder, hubo una falta de diálogo con las partes interesadas, una falta de empleo y desarrollo económico, y una activa militancia así como la militarización de la LPEFA, que acabó con los disidentes entre los jóvenes cachemires. La polarización comunal y la violencia sectaria en otras partes del país fueron causa de preocupación para los cachemires. Hurriyat y el FLJC (Frente de Liberación de Jammu y Cachemira) anunciaron una huelga y exigieron un cierre total seguido por enfrentamientos en los que una masa de 20 personas atacó una comisaria y robaron armas y municiones. Se informó de lanzamientos de piedras en varios lugares incluyendo campos de tránsito de los Pandit cachemires. Una oficina del PPI fue destrozada, el servicio de trenes para los peregrinos de Amaranth fue suspendido, y fue cortada la conexión de carretera Srinagar-Jammu. A final del día, más de 200 personas fueron gravemente heridas con 20 muertes confirmadas y más de 300 policías indios heridos. Además, edificios y vehículos pertenecientes a las fuerzas de seguridad fueron atacados e incendiados. Hubo ejemplos de manifestantes que lanzaron granadas a las fuerzas de seguridad.

La violencia continuó hasta finales de septiembre. Más de 70 muertos y el número combinado de heridos fue más de 11.000 personas (7.000 civiles más 4.000 miembros de seguridad). 117 civiles probablemente perderán la vista debido a las heridas por pistolas de perdigones.

Para detener la propaganda pakistaní en Cachemira, el gobierno suspendió el servicio de internet en móviles para prevenir a los que difunden rumores y entonces se impuso una situación de emergencia con medidas duras contra los medios de comunicación. Se realizaron redadas contra los medios de prensa donde la policía se apoderó de planchas de impresoras y copias de periódicos. Dijeron que, en vistas del toque de queda, el movimiento de los empleados en los periódicos y la distribución de periódicos no serán posibles “durante algunos días”. Teléfonos fijos y servicios móviles también fueron cortados excepto para la BSNL propiedad del gobierno. El servicio de internet y el servicio de televisión por cable también fueron suspendidos para evitar la incitación pakistaní a través de la televisión.

El gobierno indio, finalmente irritado con las actividades anti-nacionales de los separatistas, eliminó todos los beneficios y subsidios asignados a Hurriyat como los vuelos aéreos gratuitos, los taxis, y el alojamiento en hoteles de clase alta. Sus actividades públicas fueron restringidas.

Armas de perdigones

El personal de la LPEFA reveló que dispararon hasta 1,7 millones de perdigones, esto es, 3.800 cartuchos, que llevaron a un alto número de víctimas. Las armas de perdigones son legales ya que son armas “no-letales”. Debido a la emergencia médica, hubo escasez de cirujanos y otro personal médico, y muchos tuvieron que ser llevados allí desde Delhi y Mumbai. Un equipo de especialistas oculares del ‘All India Institute of Medical Sciences’ en Nueva Delhi llegó y, según fue testigo de la situación, la calificó “como una situación de guerra”. Otro equipo de especialistas oculares desde Mumbai llegó el 26 de julio y realizó unas 40 cirugías retinales en un periodo de 3 días. Para el 10 de agosto, 365 personas habían sido tratadas en el hospital SMHS y fueron realizadas 425 cirugías oculares. Human Rights Watch condenó el uso de las armas de perdigones contra los manifestantes y lo denominó como “un fracaso de las autoridades  para respetar los derechos humanos básicos”.

Reacciones internacionales

Ban Ki-moon expresó su preocupación y exigió máxima limitación. También ofreció mediación entre India y Pakistán para resolver la disputa de Cachemira.

La UE expresó sus condolencias a los civiles asesinados y heridos durante los disturbios mientras urgía a la restauración de la calma y el mantenimiento de la ley y el orden.

China expresó su preocupación por las víctimas debidas a los disturbios y exigió un arreglo adecuado del tema cachemir. El primer ministro de China, Li Keqiang, aseguró el apoyo a Islamabad, añadiendo: “Apoyamos a Pakistán y hablaremos por Pakistán en cada fórum”. Li también animó a la distensión entre Pakistán e India igual que en ocasiones anteriores.

Pakistán declaró a Burhan Wani como “mártir” y decidieron marcar el 19 de julio como “día negro” en Pakistán. El ministerio de exteriores indio criticó a Pakistán por “glorificar” a terroristas que pertenecen a organizaciones terroristas reconocidas. Más tarde, la observancia del “día negro” fue pospuesta. En vez de ello, el 19 de julo ha de ser observado como “el día de la accesión de Cachemira”.

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