Católicos, musulmanes, evangélicos y judíos unidos contra las ofensas a los sentimientos religiosos

Los representantes de las confesiones religiosas que tienen firmados acuerdos con el Estado Español, es decir, católicos, musulmanes, judíos y evangélicos firmaron a semana pasada un comunicado conjunto para denunciar públicamente las ofensas contra los sentimientos religiosos.

El comunicado se refiere explícitamente a la versión sexual del Padrenuestro recitada por la autoproclamada poetisa Dolors Miquel durante los Premios Ciudad de Barcelona:

«La entrega de premios Ciudad de Barcelona de este año, con una pretendida finalidad poética, ofreció a los asistentes una recitación que, más allá de la provocación y el mal gusto, incurre en ofensas gratuitas a los sentimientos religiosos de diversas comunidades de creyentes de nuestro país. Este es un triste episodio más, que se une a otros también ofensivos para los creyentes, y que reclaman nuestra denuncia pública».

Los firmantes de este comunicado, son el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo; el presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), Riay Tatary; el secretario ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), Mariano Blázquez, y el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), Isaac Querub.

Todos ellos se han unido para transmitir un mensaje de «respeto» a todos los creyentes de toda confesión, y de «rechazo a las ofensas públicas contra los sentimientos religiosos» de los «convecinos», para una convivencia «respetuosa y hermanada».

Además, recuerdan que en España, los sentimientos religiosos gozan de protección, a la par que se garantiza la libertad de expresión «con el límite constitucional del respeto a los demás derechos y libertades, como es la libertad religiosa«.

«Las diversas comunidades religiosas de nuestro país trabajamos por la convivencia armoniosa y productiva entre conciudadanos de toda convicción, ejerciendo plenamente su derecho a la libertad de expresión sin herir los sentimientos de los demás», subrayan.

Este gesto, que muestra una tímida pero prometedora "unidad de acción" por parte de algunas de las más importantes instituciones religiosas de España, quizá pueda servir como llamada de atención para que todos aquellos que aún tienen una visión trascendente del hombre en nuestra alienada sociedad, defiendan su derecho a manifestarla libremente y a exigir que sea, al menos, respetada y defendida por los poderes establecidos.