Aumenta la oposición a las bases de EEUU en Okinawa tras nuevo incidente
El bloque político contrario a la presencia de las bases de EE.UU. en Okinawa (sur de Japón) ha logrado la mayoría absoluta en los comicios regionales, en una jornada marcada por una nueva detención de una militar estadounidense en la zona por conducir ebria y causar un accidente, y unas dos semanas después de otro crimen supuestamente cometido por un trabajador de una base de EE.UU. que causó una gran conmoción en Japón.
La suboficial de las fuerzas navales estadounidenses fue detenida tras conducir ebria en sentido contrario en la autopista a su paso por la localidad de Kadena y colisionar con dos vehículos, un accidente que dejó dos heridos. El Gobierno de Japón ha presentado una protesta formal ante Washington por el nuevo incidente, acaecido después de que el pasado 20 de mayo un exmilitar que trabaja en una base estadounidense de Kadena fuera detenido por su supuesta vinculación con la violación y el asesinato de una joven de este municipio.
Los candidatos que rechazan la reubicación de una de las principales bases de EE.UU. en Okinawa han logrado 27 de los 48 escaños en la asamblea de esta prefectura, tres más que en la legislatura anterior y garantizando su control de la Cámara, según los resultados de los comicios anunciado hoy.
Estos resultados reflejan que el rechazo a las bases de EE.UU. "ha ganado apoyo", dijo hoy el líder del bloque vencedor, Takeshi Onaga, gobernador de Okinawa desde que ganó en 2014 los comicios para este cargo en con un programa centrado en reducir la presencia militar estadounidense en el archipiélago meridional nipón.
El Ejecutivo local ha tratado de bloquear la construcción de la nueva base militar estadounidense de Futenma en la bahía de Henoko, al norte de la isla principal de la prefectura, que sustituiría a la actuales instalaciones de 480 hectáreas ubicadas en el mismo centro urbano de la localidad de Ginowan (94.000 habitantes).
El Gobierno liderado por Onaga rechaza esta medida acordada por Tokio y Washington con el argumento de que supone una amenaza para el medio ambiente de la zona y una pesada carga para la población local, y a largo plazo aspira a poner fin a la presencia militar estadounidense en la región.