El retorno del militarismo japonés

El 29 de marzo entrarán en vigor en Japón las nuevas leyes en materia de seguridad nacional que fueron aprobadas por el Parlamento el pasado verano. De acuerdo con las leyes pertinentes, las autodefensas del país tendrán derecho a participar en los mecanismos de autodefensa colectiva. Se entiende aquí, en primer lugar, el sistema de defensa antimisiles de los Estados Unidos. Además, los militares japoneses serán capaces de proporcionar asistencia a los aliados, y participar en las misiones de mantenimiento de la paz.

La esencia de los cambios

Después de la derrota en la Segunda Guerra Mundial, la nueva Constitución se elaboró ​​y aprobó bajo el régimen de ocupación estadounidense, en 1947. De acuerdo con la misma, las competencias de los militares japoneses se limitaron a la autodefensa en el territorio de las islas japonesas. Las nuevas leyes en materia de seguridad significan una revisión completa de la doctrina de defensa del país, ya que abren la posibilidad de que las fuerzas armadas japonesas puedan actuar más allá del territorio japonés. En 2015 se aprobó un presupuesto de defensa récord (42,1 millones de dólares). En la víspera de la entrada en vigor de las leyes, los militares japoneses mostraron que han renunciado a su antiguo pacifismo. El 27 de marzo, el ejército japonés puso en marcha una guarnición militar cerca de las islas Senkaku, que son reclamadas por China.

Las posiciones de los Estados Unidos y China

Actualmente los Estados Unidos apoyan a Japón, y esperan utilizar las capacidades de defensa japonas con el fin de contrarrestar a China, que ha comenzado un ambicioso programa naval. Un nuevo tratado de alianza de defensa entre Japón y Estados Unidos fue firmado en 2015. Japón recibió el "derecho" a usar sus poderes para proteger a los Estados Unidos.

Los principales oponentes de Japón son Corea del Norte y, por supuesto, China. El ejército japonés recibió una invitación para su despliegue en los puertos de Filipinas. Por lo tanto, Japón está implicado en una confrontación con China en el Mar del Sur de China. China percibe negativamente el regreso de Japón como un importante factor de poder en el Pacífico.

El movimiento pro-occidental contra la guerra

Sin embargo, los Estados Unidos temen que el refuerzo de la posición de las fuerzas armadas japonesas podría contribuir a una política exterior del país más independiente. Ciertas tendencias ya eran evidentes desde el año pasado, cuando Japón trataba de mejorar las relaciones con Rusia, contrariamente a la posición de los Estados Unidos. Por lo tanto, no es sorprendente que el movimiento anti guerra en Japón sea supervisado por Occidente. La fuerza principal de las protestas contra la guerra es la estructura estudiantil SEALD (Students Emergency Action for Liberal Democracy), organizada según el modelo de los grupos de jóvenes que participaron en las revoluciones de color en todo el mundo. El Primer Ministro Shinzo Abe es acusado de nacionalismo, de militarismo, intentando tapar el principal peligro de las nuevas leyes, que está en el uso de los militares japoneses en favor de los intereses estadounidenses.