Geopolítica e Inteligencia

18.07.2016

Todo lo ocurrido vertiginosamente en la Argentina desde el lamentable fallecimiento del Fiscal Nismann, ha puesto en el meollo de la agenda el rol de los Servicios de Inteligencia en Nuestra América, más allá que la preocupación es mundial debido al peligroso plan de espionaje mundial de los EE.UU descubierto con Assange y Snowden. Asimismo, la flamante creación en la Argentina de una Agencia Federal y simultáneamente la disolución de la Secretaria de Inteligencia, urgen al debate y a la acción.

Juan Domingo Perón afirmó categóricamente, luego de un atentado con explosivos en Venezuela que había sufrido en su exilio, que en verdad no sabía por qué se llamaban "servicios", porque no cumplen ningún servicio, y de "inteligencia" menos, porque carecen absolutamente de ella. Estas provocantes definiciones del líder justicialista nos sirven para enmarcar y contextualizar nuestro análisis.

En primer lugar, y de entrada, rechazamos que la Inteligencia de un Estado pueda ser sinónimo de pinchaduras, extorsiones, cajas de financiamiento, cobros de todo tipo, etc. Porque todo país que pretende proyectarse al sistema mundial debe poseer un sistema profesional de Inteligencia.

Para ello, y es el objetivo de esta nota, no puede estar divorciada la geopolítica de la inteligencia. Y realizamos este enfoque tratando de no quedar encapsulados en el efecto Nismann, e insertarlo en la lógica del sistema mundo en transición con un camino lleno de incertidumbres.

Nuestra hipótesis consiste en sustentar que los objetivos de la geopolítica y la inteligencia son complementarios, aunque trabajen en campos diferentes, pero fronterizos.

La geopolítica es el pensamiento geoestratégico en la historia a partir de los grandes espacios pero partiendo de tu espacio situado, "espacios" que nunca son neutros, por lo tanto no existe una ciencia geopolítica en general sino geopolíticas en particular. Porque la estrategia geopolítica parte de una localización concreta "espacial" de un Estado o región particular -en nuestro caso la Argentina, Mercosur, Unasur y Celac en el sistema mundo desde un subsistema regional- suramericano, latinoamericano y caribeño, identificando al macizo suramericano como el corazón.

La geopolítica se responsabiliza de los análisis de mediano y largo plazo, desde la determinación de los intereses nacionales a la definición de riesgos y amenazas, pasando por el análisis del sistema-mundo y la prospectiva de escenarios.

La "inteligencia" en sentido amplio nos remite no solo a la información procesada sino también al conjunto de análisis, acciones, operaciones, procedimientos y actividades de un "Servicio de Inteligencia”. Y más concretamente de un Servicio de Inteligencia estatal, de nivel estratégico.

La geopolítica, para desarrollar sus fases, debe seguir en general el esquema "Necesidad-Exigencias-Objetivos-Medios”. Este se materializa en otro que se enlaza "Intereses-Políticas-Acciones y Recursos”. Ambos esquemas responden a las preguntas "Para Qué - Qué - Cómo - Con Qué".

NECESIDADES                EXIGENCIAS                    OBJETIVOS                        MEDIOS

Para Qué                             Qué                               Cómo                             Con Qué

INTERESES                     POLITICAS                      ESTRATEGIAS            ACCIONES-RECURSOS

Por ejemplo, la necesidad más concreta de un Estado a nivel geopolítico, son la inviolabilidad del territorio, la protección de la vida, el bienestar de la población, en suma la soberanía. Una vez definida las Necesidades de un Estado surgen sus Intereses.

Es este escenario, resulta importante disponer de una eficaz Inteligencia para que apoye con solidez a la Geopolítica. Empezando por determinar los Intereses Nacionales.

De no estar delimitado claramente los Intereses Nacionales, la Inteligencia, al igual que otras instituciones estatales, trabajan para sí mismas, en contra de los Intereses Nacionales, con el agravante de que los Servicios se convierten en Estados paralelos del propio Estado democrático.

La Inteligencia debe contribuir a los fines geopolíticos en:

- Determinación de Intereses

- Concreción de riesgos y amenazas

- Análisis del escenario mundial y sus actores

- Dinámica del sistema mundo en su binomio cooperación-conflicto en el marco superior de los centros y periferias, y periferias y centros.

No debe existir la mínima duda de que un Estado puede adoptar una sólida geopolítica solo si dispone de una adecuada inteligencia.

Más que "espías" de cabotaje y "especialistas en pinchar" comunicaciones para fines políticos de ocasión en una lógica distorsionada con el propio poder político y viceversa, lo que la inteligencia precisa son expertos en campos como la psicología, la psicología social, la sociología, la antropología, la historia, la geografía, la economía, la cultura o la demografía, etc. Tampoco creer que la inteligencia geopolítica es nicho o anclaje de sectores militares o de los tradicionales servicios.

La geopolítica, y con las aportaciones de la inteligencia, se ocupa del mediano y largo plazo, de las políticas de Estado. En relación a la inteligencia, su análisis es más global y buscando las causas. De igual modo que en la inteligencia, la geopolítica debe contar con expertos políticos, diplomáticos, politológicos, militares, sociólogos, geógrafos y expertos en Relaciones Internacionales.

Una geopolítica a largo plazo no puede estar subordinada por las preocupaciones cotidianas, ni condicionada por la política interna del día a día.

La geopolítica direcciona a la inteligencia, pero una vez establecida la fase de dirección, la geopolítica no debe intervenir en los modos de proceder de la inteligencia. Mezclarlas conduce al fracaso.

Mientras la geopolítica se ocupa del largo plazo, de los marcos estratégicos en la dinámica incesante centro-periferia, cooperación-conflicto, la inteligencia se centra en el corto plazo, en la evolución de los hechos y situaciones.

La inteligencia es un aliado necesario de la geopolítica, pero precisa de su guía, porque de lo contrario desempeñan competencias que no le corresponden.

Ninguna duda debe caer en la sinergia entre geopolítica e inteligencia para los intereses de un Estado. Se debe tener en claro que la geopolítica debe direccionar a la inteligencia. Y si no es así - y es lo que ocurre lamentablemente en forma habitual -, la inteligencia como función de Estado se refugia en una percepción "parcial”, donde cae en malformaciones, en la que el secretismo, la sospecha, la intriga palaciega, el recelo, la actuación encubierta cuasi "mafiosa" y en la sombra, terminan en la conformación de un "Estado paralelo" sin control, generando un déficit democrático sin atenuantes. Por eso, estamos ante un desafío pendiente.

Multitud de casos ocurren, porque desde los decisores políticos no se le brindan misiones claras a la inteligencia, y muchas veces se les malacostumbra con misiones no claras y sinuosas, donde no se sabe, en esta lógica, quién es rehén de quién.

La inteligencia debe estar despolitizada, debe existir un Servicio Civil altamente profesionalizado por concurso de antecedentes y oposición en forma transparente. Se puede decir que, únicamente si existe una dirección geopolítica estratégica, es posible que la inteligencia alcance su eficacia y éxito. En el fondo, la geopolítica y la inteligencia deben caminar juntas, aun cuando trabajen en esferas distintas. Todo ello, en el interés superior de la Nación.

El análisis realizado se enmarca desde un "tipo-ideal" con la finalidad urgente de que los países de Nuestra América, y ante el enorme desafío de construir un espacio integrado continental como lo soñaron los Libertadores, ahora con el Mercosur, la Unasur y la Celac, impulsen activamente en el seno del Consejo Suramericano de Defensa de Unasur y en el Consejo de Seguridad Ciudadana de Unasur, esta deuda pendiente, la de crear un Servicio de Inteligencia Suramericano profesionalizado subordinado a una Escuela Geopolitica Suramericana, donde la matriz sea la Nación Latinoamericana. No podemos darnos el lujo, en un mundo donde las únicas certidumbres son las incertidumbres, de mantener estructuras sobrevivientes de una época en la que la inteligencia era sinónimo de "hombres invisibles", y en la mayoría de los casos, marginales, de los Servicios de Inteligencia de los países centrales.

Si no asumimos este déficit y tarea pendiente, todo se vuelve cortoplacismo conducente a una derrota anunciada, y tomarán fuerza las palabras de Bolívar, cuando en un instante de su vida dijo: "... nunca seremos dichosos, nunca".

Bibliografía

-Pedro Baños Bajo. Geopolítica e Inteligencia. En Fernando Velasco, Diego Navarro, Rubén Arcos editores, La Inteligencia como disciplina científica, Plaza y Valdés, Editores, Madrid, España, 2010

-Miguel Ángel Barrios, Director, Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica, Editorial Biblos. BsAs. 2009.

Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América Latina.