El simbolismo de los Premios Andalucía Migraciones
La agresión interculturalista contra nuestro pueblo desde un gobierno regional: el simbolismo de los Premios Andalucía Migraciones
Convocados por la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias de la Consejería de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, los Premios Andalucía Migraciones ya van por su duodécima edición. Constan de cinco modalidades: “Medios de Comunicación”, “Producción Artística”, “Buenas Prácticas de Inserción Sociolaboral”, “Programas Educativos de Fomento de la Interculturalidad” y “Programas de Sensibilización Social y/o de Interculturalidad en la Red”. Cada una de ellas cuenta con un premio de 3.000 euros al ganador. El objetivo declarado de estos premios es “reconocer aquellas actividades que mejor contribuyan a fomentar la interculturalidad y la diversidad cultural y social existente en Andalucía en el marco de la igualdad plena de género, así como a sensibilizar a nuestra sociedad en una convivencia de enriquecimiento mutuo y a favorecer la plena integración social de las personas extranjeras en nuestra Comunidad [sic]” (en el tríptico).
Bastante explícita la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias, eso sí, dentro de la jerga de la corrección política, el idioma que la oligarquía económica, social y política se ha inventado para, entre otras cosas, ocultar la realidad al pueblo que sojuzga. Porque, ¿qué es la interculturalidad en el contexto concreto de la España y de la Europa sometidas a los programas de inmigración masiva dictados por la oligarquía de la que forman parte, en calidad de subalternos, los que convocan estos premios?
La interculturalidad no es sino un grado más de tensión, tras la aplicación de los programas inmigracionistas, asimilacionistas y multiculturalistas, en el proceso de disolución de identidades europeas en el que está embarcado la citada oligarquía. La interculturalidad es el producto del interculturalismo, una ideología y programa político de agresión a la identidad de los pueblos de Europa a base de forzar, mediante artificiosos intercambios culturales, la de por sí improbable integración cultural entre las distintas comunidades étnicas presentes en un estado multiétnico. La interculturalidad facilita un posterior programa mesticista, pues a nadie se le escapa que el mestizaje cultural es la antesala del mestizaje racial.
Obsérvense ahora las modalidades con las que cuentan estos premios. La imposición del programa interculturalista en España no es sencilla. Las comunidades étnicas muy distintas no tienden a relacionarse ni a integrarse voluntariamente, sino a todo lo contrario, y los intercambios culturales han de ser impuestos con mayor o menor coerción por el poder. Si no fuera así y la integración fuera espontánea, no le sería necesaria a la élite la aplicación continua de distintos programas interculturalistas. Por si fuera poco, la población nativa puede llegar a exasperarse si comprende que está sufriendo ocupación del territorio y prácticas racistas (bajo la nomenclatura de discriminación positiva por motivo étnico). De todo esto la importancia que la oligarquía da a la propaganda, a la difusión masiva de la ideología interculturalista como medio de conseguir la aceptación, siquiera pasiva, del pueblo respecto a los distintos programas interculturalistas que pretende poner en marcha. Tres modalidades de estos premios inciden fuertemente en la propaganda e ideologización de la población a someter a políticas interculturalistas: “Medios de Comunicación”, “Programas Educativos de Fomento de la Interculturalidad” y “Programas de Sensibilización Social y/o de Interculturalidad en la Red”.
A pesar de internet, que en cierta medida ha quebrado el monopolio informativo de los medios de comunicación convencionales, éstos siguen siendo la principal vía de información/desinformación de la gente y de difusión de ideología. De ahí la importancia que la élite les da. Con la modalidad “Medios de Comunicación” se premia la información favorable y acrítica hacia la ideología y el programa interculturalista y la autocensura de los medios respecto de aquella información que les sea contraria. El derecho a la información y a la libre expresión y el valor del pluralismo ideológico no importan en la ecuación del interculturalismo oligárquico.
Los llamados “Programas Educativos de Fomento de la Interculturalidad” implican la propaganda de la ideología y del programa interculturalista en el sistema escolar. Una institución que, en principio, debería servir para fomentar la crítica y el pensamiento libre es utilizada por la élite para adoctrinar en una ideología concreta, afín a sus políticas oligárquicas de inmigración masiva y de disolución del pueblo para constituir una maleable muchedumbre racialmente mestiza. No le basta con tratar de controlar la información en los medios de comunicación convencionales que, públicos o privados, de una u otra manera, ya dominan. La oligarquía también pretende controlar la información en internet. De ahí la modalidad “Programas de Sensibilización Social y/o de Interculturalidad en la Red”. La élite sabe que internet ha roto, en parte, el mencionado monopolio informativo del que disfrutaba con los medios convencionales y trata de reconducir la situación. “Sensibilización” en la jerga de la corrección política significa propaganda.
La modalidad “Producción Artística” pretende adornar la seca ideología interculturalista con arte. Obviamente, arte sometido a las exigencias de esta ideología. Arte de baja calidad, pues el arte sometido al poder no suele ser de otra manera. Arte degenerado, probablemente.
Respecto a la modalidad “Buenas Prácticas de Inserción Sociolaboral” es obvio lo que quiere decirse. Para la élite estas buenas prácticas sociolaborales no son otra cosa que los programas de discriminación positiva por motivo étnico de los que se benefician tantos inmigrantes y que conllevan, necesariamente, una discriminación negativa por motivo étnico de la población nativa, española. Para comprender hay que abandonar el idioma de la oligarquía: aquí buenas prácticas son prácticas racistas contra los españoles.
Con estos premios la Junta de Andalucía quiere reconocer el trabajo interculturalista, es decir, de disolución de la identidad nativa española, de determinados agentes sociales e individuos que actúan en contra de nuestro pueblo. Esto es, ante todo, simbólico. Pero la propia Junta de Andalucía es un activo agente interculturalista, que lleva a cabo agresivas actuaciones en contra de nuestra identidad en numerosos ámbitos.