España, Letonia y la OTAN, entre el despropósito y la sumisión

30.05.2017

Letonia está en boga en los medios de comunicación españoles debido a que el Gobierno de España ha decidido enviar a Letonia 300 efectivos, seis carros de combate Leopard y 15 blindados Pizarro, que se encuadran en el batallón multinacional liderado por Canadá.

Aliado
Del latín alligāre 'atar'.
Dicho de un Estado, de un país, de un Ejército, etc.: que está ligado con otro para fines comunes.

En palabras de la Ministra de Defensa de España, María Dolores de Cospedal, "se trata de un compromiso importante de participar en la Alianza Atlántica de manera global y en las necesarias operaciones para mantener nuestros intereses en el área del Este". Cospedal realizó estas declaraciones tras la primera reunión de ministros de la OTAN que se efectuó este presente año. Por otro lado, durante este mes y ante los preparativos de movilización de los efectivos a Letonia, el general jefe de la Brigada de Infantería Mecanizada de Extremadura XI, Francisco José Dacoba, expresó que la función principal de esta misión es "disuasoria" frente a Rusia, como reflejan sus palabras en el Faro de Vigo: "Pero la mejor disuasión es la creíble y ese es el mensaje que quiere expresar la OTAN con estas fuerzas comprometidas y solidarias con los países aliados que han sentido la necesidad de solicitar este apoyo".

España y Letonia pasan revista a su cooperación en la OTAN
Este compromiso de solidaridad y apoyo hacia los aliados de la OTAN que expresa el general español para justificar la misión báltica que se está llevando a cabo (cuyo propósito es "disuadir" a Rusia), nunca se ha materializado en sentido recíproco cuando España era la que necesitaba ser auxiliada ante coyunturas que amenazaban su seguridad e integridad territorial. La crisis de Perejil, los bloqueos en las fronteras de Ceuta y Melilla, el proceso congelado de descolonización de Gibraltar, el terrorismo, el desafío secesionista… la OTAN, y sus Estados miembros nunca han mostrado posturas unánimes, firmes, favorables e inequívocas en favor de su socio hispano.

La historia reciente del Reino de España lleva sufriendo estructuralmente tres amenazas a su seguridad e integridad territorial. La posición de la OTAN, en el año 1982, deja mucho que desear respecto a estos conflictos:

1. Gibraltar. Es inaudito que un país tenga un asentamiento colonial en un Estado aliado. Este es el caso de Gibraltar, que está bajo soberanía del Reino Unido. Los británicos llevan incumpliendo desde los años 60 las numerosas Resoluciones de las Naciones Unidas donde se reconocía el estatus colonial de Gibraltar e instaba a ambos Gobiernos, el de España y el Reino Unido, a reabrir negociaciones concernientes a la descolonización del Peñón.

La entrada en la OTAN de España no ha supuesto apertura alguna de negociaciones entre España y el Reino Unido, países aliados, como requería la Asamblea General de la ONU concernientes a la descolonización del Peñón, sino que ha consolidado el estatus de Colonia.

Además del 'dumping' (fiscal, medioambiental,…), la Colonia es noticia por los incidentes en las aguas territoriales españolas, el discurso beligerante del Gobierno llanito contra España (impropio en relaciones de buena vecindad, menos aún entre aliados) o las relaciones de la clase política llanita con políticos secesionistas.

2. Conflicto en la frontera sur. Ceuta, Melilla, las plazas y peñones españoles del norte de África y las islas Canarias forman parte del Reino de España desde hace siglos. Estos territorios son reivindicados por Marruecos y su anexión forma parte de la agenda expansionista marroquí, que se ha manifestado en las diferentes crisis que se han desarrollado: conflicto de la isla de Perejil, bloqueos de las fronteras de Ceuta y Melilla, ocupación de peñones…

En el proceso de negociación de adhesión de España a la OTAN no se incluyó de forma expresa y detallada, en los Artículos 5 y 6 del Tratado, la protección de la OTAN en caso de agresión a los territorios africanos de España como sí hizo Francia, que incluyó la Provincia de Argelia (antigua colonia francesa) como viene recogido en el Art. 6.a.

La crisis de Perejil que se desarrolló entre el 11 y el 20 de julio de 2002 destapó que, en caso de un conflicto en el norte de África, las Fuerzas Armadas españolas estarían solas sin recibir el 'compromiso', ni la 'solidaridad', ni el 'apoyo' de sus socios de la OTAN de forma unánime, expreso e inequívoco.

3. Secesionismo: El secesionismo de las regiones vasca (en este caso con métodos terroristas para alcanzar sus fines) y catalana y el chantaje que han ejercido las oligarquías secesionistas de estas regiones al Estado ha formado parte de la política española desde la llegada de la democracia. Sin contar la falta de apoyo por parte de Francia en la lucha antiterrorista de ETA en el pasado. En los últimos años, la agenda secesionista del Gobierno de la Generalidad de Cataluña ha mostrado especial interés en internacionalizar el proceso, con el fin de que, ante una hipotética declaración unilateral de independencia, exista un reconocimiento de la sociedad internacional ante un supuesto nuevo 'Estat Català'. Millones de euros se han destinado a construir oficinas en el extranjero (las conocidas embajadas catalanas), visitas a universidades extranjeras, relaciones con dignatarios foráneos, invitaciones a miembros diplomáticos, etc.

La asistencia de diplomáticos de países aliados de España a charlas, conferencias, cursos o desayunos, donde los secesionistas plantean los pasos de desconexión de Cataluña del resto de España y su integración en la Sociedad Internacional, supone una situación que ronda el límite entre la cortesía propia de la diplomacia y la injerencia por parte de estas naciones aliadas de España en los asuntos internos de su país aliado.

Hablando de Letonia, en 2013, el primer ministro del país bálitico, Valdis Dombrovskis, cuya política interna no fue muy favorable a los derechos de las minorías, estaba dispuesto a reconocer un nuevo Estado catalán. "Si hay una clara voluntad del pueblo y una clara demanda en favor de un referéndum, hay que prestarle atención y mirar las opciones sobre cómo abordarlo", expresó Dombrovskis. A su juicio, la Vía Catalana es un paso importante para conseguir el reconocimiento internacional de la causa catalana, cómo lo fue la Vía Báltica para Letonia, Estonia y Lituania. "Nos sirvió para atraer la atención de los países occidentales, que vieran que algo serio estaba pasando", comentó.

Actualmente, Valdis Dombrovskis es vicepresidente de la Comisión Europea y, en 2016, un informe policial vinculaba a los Pujol con un soborno de seis millones al exprimer ministro letón a cambio de posicionarse públicamente a favor de reconocer una supuesta declaración unilateral de independencia de Cataluña, según la revista Interviú.

En conclusión, la pertenencia de España a la OTAN no ha supuesto el fin de las amenazas y desafíos que sufre España en el S. XXI. Desde la Santa Liga y la Batalla de Lepanto (1571), España ha realizado una nefasta política de alianzas internacionales, con unas relaciones más próximas al vasallaje o lacayismo servil que unas relaciones en pie de igualdad. Esto ha supuesto para el país infortunios, males, traiciones y omisiones de auxilio por parte de sus propios aliados.

Sputnik