El capitalismo inclusivo es la ideología de la Gran Reconstrucción
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El libro de Klaus Schwab y Thierry Malleret, Covid-19: The Great Reset, expone los últimos planes que tiene la élite en su intento de reconstruir el orden mundial, estos planes los he resumido en un artículo que escribí anteriormente y que consiste en ocho objetivos primordiales (1). Aquí me propongo continuar esta discusión.
El Inclusive Capitalism (Capitalismo Inclusivo) es uno de los conceptos clave de la "Gran Reconstrucción", o, diciéndolo de otra manera, se trataría de un capitalismo que es "abierto", que es "omnímodo", "que nos integre a todos". En todas mis décadas trabajando como economista, en las que he conocido una cantidad desproporcionada de distintas definiciones sobre qué es el capitalismo, nunca me había topado con semejante novedad como la del "capitalismo inclusivo".
Al parecer, los amos que operan tras bambalinas llegaron a convencerse, después de la crisis financiera que aconteció entre el 2007 y el 2009, de que el actual modelo del sistema capitalista mundial ha expirado finalmente. Cuando me refiero al "mundo tras bambalinas" quiero decir aquellos que son los propietarios del dinero (que principalmente son los accionistas de la Reserva Federal de los Estados Unidos) y que están esforzándose por convertirse en los dueños del mundo.
Schwab nunca dice claramente lo que significa el "capitalismo inclusivo". Cualquiera que quiera discutir ese término puede decir que el capitalismo "inclusivo" es un capitalismo sin pobres y desamparados. Otros dirán que se trata de un modelo donde todos participarán por igual en la actividad económica. Y algún otro empezará a plantear que este capitalismo “inclusivo” se refiere a la responsabilidad que debemos asumir ante las futuras generaciones.
Sin embargo, se trata de una prestidigitación discursiva, o, para decirlo francamente, es simplemente un engaño, pura propaganda barata. A manera de ejemplo, citará una conferencia de alto nivel que llevó a cabo en mayo del 2014 en Londres y a la que asistieron Christine Lagarde, Directora Ejecutiva del FMI, Su Alteza Real el Príncipe Carlos, Lady Lynn de Rothschild, Bill Clinton, ex presidente de los Estados Unidos, y Fiona Woolf, alcaldesa de la ciudad de Londres. Lynn de Rothschild fue la principal impulsora de esta conferencia y poco antes de que comenzara la reunión, ella había acabado de presentar su iniciativa sobre el capitalismo inclusivo (así que este concepto no fue inventado por el profesor Schwab). Fue especialmente muy curioso el discurso que dio Christine Lagarde durante el encuentro.
Primero, Lagarde confirmó que la idea del capitalismo inclusivo pertenecía a la Sra. Rothschild: "¡Estamos todos aquí para hablar acerca del 'capitalismo inclusivo', que es una idea de Lynn!"
En segundo lugar, Lagarde retrocedió hasta Marx y llegó a la conclusión de que, desde el punto de vista de este último, un concepto como el del “capitalismo inclusivo” contiene ideas que son incompatibles: “La popularización del uso de la palabra “capitalismo” se produjo durante el siglo XIX. Con el ascenso de la Revolución Industrial surgió Karl Marx, quien hablaba de la expropiación de los medios de producción y predecía que el capitalismo, con todos sus excesos, llevaba en su interior las mismas semillas de su propia destrucción: la acumulación del capital en las manos de unos pocos, que en su mayoría solo quieren acumular ganancias, conduciría al mundo a graves conflictos y crisis repetidas. Así que, ¿podemos concluir con todo lo anterior que discutir sobre un 'capitalismo inclusivo' es en realidad hablar de un oxímoron?"
Por supuesto, para Marx el capitalismo nunca puede ser "inclusivo", por el contrario, es un sistema "exclusivo". El capitalismo expulsa a los que resultan "superfluos" para la producción social, dejándolos en la pobreza y la miseria: excluye a millones de personas de toda actividad en la vida social. Marx lo llamó la ley general de la acumulación capitalista: durante el curso del desarrollo del capitalismo se produce una polarización socioeconómica de la sociedad; en uno de esos polos existe un pequeño número de ricos y súper-ricos, mientras que en el otro lado encontramos a una abrumadora parte de la sociedad compuesta por pobres y mendigos.
Como sea, tanto Christine Lagarde como el príncipe Carlos y Lady Lynn de Rothschild estaban de acuerdo en que Marx tenía razón. Sin embargo, esta descripción del capitalismo solo es aplicable a unos 150 o 200 años atrás. El capitalismo de hoy puede y debe transitar desde la exclusividad a la inclusividad, para abarcar a todo el mundo.
Han transcurrido siete años desde que se llevará a cabo esta reunión en Londres. ¿Y acaso se ha vuelto mucho más inclusivo el capitalismo global? ¡No! Este se ha seguido desarrollando de acuerdo a la ley general de acumulación del capital formulada por Marx: los ricos se vuelven aún más ricos y los pobres son cada vez más pobres. En vísperas de la 50a reunión en Davos, la organización no gubernamental Oxfam publicó, en enero del 2020, un informe sobre la distribución de la riqueza en el mundo (2). Según el informe citado la riqueza global de unos 2153 multimillonarios supera la del 60 por ciento de toda la población mundial. Hacer algún comentario al respecto de esto sería sumamente superfluo.
Analizando lo que ha dicho Schwab sobre este "nuevo" modelo capitalista, pareciera ser que todo se reduce, en última instancia, a proponer el abandono de la maximización de las ganancias. Schwab dice que es hora de que las empresas se den cuenta de que se ha acabado el mundo donde existía un crecimiento constante del capital y que en realidad el beneficio promedio de muchas de las industrias y los mercados ya tiende a cero. Por cierto, el mismo George Soros solía bromear hace unos veinte años que "se había acabado la música, pero todos siguen bailando". A lo mejor esto nos recuerda a Karl Marx, quien hace un siglo y medio había formulado esta ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia y que había dicho que como resultado de la creciente estructuración técnica del capital (debido a que las máquinas terminarían por desplazar a los trabajadores) esto causaría que la tasa de ganancia cayera a cero.
Así que, para salvar al capitalismo, Schwab, siguiendo a Madame Lynn de Rothschild, nos habla de que ahora el capitalismo es “inclusivo”. Antes que nada, debería dejar de pensarse que el beneficio es el principal objetivo y la única referencia real del éxito empresarial. Después de aceptar esto, las empresas deben adaptarse a los consumidores al bajar los precios de los productos y así erradicar de forma gradual la pobreza y la miseria. Y, finalmente, se debe dejar de sostener la idea de que las empresas son propiedad de los accionistas.
Simplemente haré referencia a la estadounidense Business Roundtable (BRT) (3), que reúne a las empresas más grandes de ese país. Los comités administrativos de la BRT incluyen a Jeff Bezos de Amazon, Tim Cook de Apple, Mary Barra de General Motors y otras figuras destacadas que están entre los individuos más ricos de los Estados Unidos y del mundo. La BRT dijo hace un año que el principio que hacia primar a los accionistas es algo del pasado y que sus obligaciones correspondientes debían extenderse a todas las demás partes que estén interesadas, como a los empleados de las empresas, los proveedores y contratistas, los consumidores de productos o el gobierno. La Business Roundtable se propone, entonces, promover una “economía que sirva a todos los estadounidenses” y no únicamente a los accionistas.
Klaus Schwab le dio la bienvenida a esas declaraciones y agregó: "El objetivo de la empresa es involucrar a todas las partes interesadas en el proceso de creación de un principio que sea colaborativo y sostenible". Es decir que todas las empresas deben hacerse “inclusivas” y no debe ser el Estado quien construya ese capitalismo inclusivo, sino que eso lo deben hacer las mismas empresas. Por el contrario, el Estado debe ser "absorbido" (bee included) de manera paulatina al interior de las empresas que son inclusivas, lo que significa que no debe marchitarse, como sucedía con el marxismo clásico, sino que el Estado debe ser privatizado por las corporaciones más grandes.
El capitalismo existe hasta hoy desde hace ya varios siglos y bajo su manto reina el principio del Homo homini lupus est (hombre es un lobo para el hombre). Los lobos criados y nutridos por el capitalismo han crecido bajo estos principios durante generaciones, precisamente devorando a los más débiles. ¿Y ahora se nos dice que estos lobos quieren declarar que ya están listo para comer pasto de ahora en adelante?
Dejemos de lado las imposturas. El tan cacareado capitalismo inclusivo es solo una cortina de humo para los planes que esta preparando la élite global y que podemos denominar como un futuro poscapitalista, es decir, la instauración de un neofeudalismo y de un nuevo sistema esclavista. La élite mundial ahora está preparada para abandonar su búsqueda de mayores ganancias, pero nunca estará dispuesta, bajo ninguna circunstancia, a ceder el poder. La Gran Reconstrucción tiene como fundamento el preservar y fortalecer su poder.
Los amos del dinero pretenden convertir el capital que poseen en el medio para la dominación absoluta del mundo.
Notas:
1. https://www.fondsk.ru/news/2020/12/19/covid-19-nachalo-velikoj-perestrojki-52510.html
2. https://www.oxfam.org/en/press-releases/worlds-billionaires-have-more-wealth-46-billion-people
3. https://www.businessroundtable.org/
Fuente: https://www.fondsk.ru/news/2020/12/21/inkljuzivnyj-kapitalizm-kak-ideolo...