Dugin guideline # 117: ¿por qué no ha venido a nosotros el futuro?

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

· Schelling dice que no debemos concebir el tiempo de forma lineal.

· Nosotros convencionalmente pensamos que el tiempo es como una determinada línea que parte desde un punto específico: conocemos lo que ha pasado, pero el pasado ya no existe y no conocemos para nada el futuro. La libertad para elegir cuál será el camino que tome el futuro es algo que nosotros decidimos. Cada momento de nuestro presente ayuda a construir el futuro.

· Cuando la gente escribe acerca de que el pasado ya no es suficiente y el presente "no nos ofrece nada" significa que el futuro ya no los inspira a seguir adelante: no tienen ni la fuerza, ni el deseo ni la fe de avanzar hacia el futuro.

· Schelling nos dice que el tiempo existe simultáneamente: el pasado, el presente y el futuro suceden en este momento y existe una conexión sincrónica entre los tres tiempos. El tiempo se mueve en medio de la estructura del presente y es un estado ontológico autónomo.

· De ahí podemos extraer una observación muy interesante: Schelling dice que los niños no son “nuestro futuro”, sino un sustituto de nosotros mismo que existe en el presente.

· Pero el presente en sí no posee ningún sentido. Schelling piensa que el presente es sólo una forma de fijar empíricamente aquello que no existe ahora. El presente no tiene ningún sentido, lo que significa que puede ser relevante o carecer por completo de sentido. Así es como en medio de la línea temporal se desarrolla una batalla alrededor del tiempo.

· El futuro es para Schelling la forma del tiempo donde existe el significado. El futuro nunca llega por sí solo. Puede llegar a nosotros si lo proyectamos de forma radical en el presente en lugar de seguirlo. El futuro mismo existe en el ahora. Entonces el presente adquiere un sentido para el futuro. Lo que ya no tiene sentido se convierte en pasado. Por lo que las personas solo viven en el presente.

· Entonces, el momento en el cual los ángeles visitaron a Abraham sigue siendo un momento que aún vivimos, un momento que acontece incluso en el futuro, mientras que el lapso temporal de una semana se desvanece sin darnos nada: cae como un fruto podrido que desaparece en la nada (ya que este fue un instante momentáneo y sin sentido).

· Nuestra idea del tiempo se estructura a partir de un punto de vista que parte del pasado: por lo tanto, no vivimos en realidad, sino que somos arrastrados por la vida. Sin embargo, avanzamos hacia lo que será. La fugacidad del ser es parte del sinsentido de nuestra presencia que acontece en el mundo.

· La Resurrección cristiana no llegará tarde, sino que sucede en el ahora. En el cielo encontramos el reino donde existe el significado. Por lo tanto, cuando todo lo que existe en el presente se convierta en algo pasado, se nos revelará la plenitud del sentido.

· No vivimos en medio del presente, sino en medio de algo transitorio. El presente es el lugar donde todavía sucede una batalla entre el pasado y el futuro, donde existe una lucha para que las cosas tengan un sentido o no lo tengan en absoluto.