Contagio psíquico de una identidad enferma. De multiculturalismo
Ahora se vislumbra bien: a las centrales de la estrategia de la tensión - sea el EI, la CIA, "Rita Katz", o el Princeps huius Mundi - ya no les hace falta buscar y seleccionar a los peones de la matanza: crean un estado de ánimo colectivo.
La atmósfera eléctrica de un contagio psíquico se expande "espontáneamente", y el perturbado, desplazado, débil espiritual y mental se alista a sí mismo en el "terrorismo".
Alemania ha visto los efectos del contagio psíquico sobre la forma inquieta de los nuevos inmigrantes, en unos pocos días el afgano o paquistaní de 17 años de edad que apuñala al azar en un tren, y ahora el joven de 18 años de edad, de origen iraní. Que mata gritando en perfecto dialecto bávaro ¡"Soy alemán"!, despotrica contra los "extranjeros de mierda" ( "Scheiß Ausländer"), como si fuera no un fanático islamista, sino un plebeyo de extrema derecha. Lo dice cuando un ciudadano se dirige a él desde una terraza cercana y le llama idiota.
Y, entonces, él dice que es alemán, y cuenta haber estado en "tratamiento", y vivir bajo el "Harz IV": ridículamente, los periódicos italoides explican que se trata de "un barrio pobre habitado por beneficiarios de subvenciones públicas" . En cambio, Harz IV es la última fase del "Plan Harz", la llamada reforma del estado social, que ha reducido las pensiones y la seguridad social para incitar un subproletariado hecho de cerveza y drogas que se contentara con la mensualidad pública, a volver al mercado de trabajo: el Harz IV, dice la Wikipedia, ha "unificado la indemnización de desempleo (Arbeitslosenhilfe) y el subsidio social (Sozialhilfe (Hilfe zum Lebensunterhalt)) (...) La prestación mensual normal para una sola persona antes de la introducción del ALG II en los estados federados occidentales fue de entre 287€ y 297€, y en los estados federados orientales entre 282€ y 285€, mientras que la prestación mensual normal después de la introducción del ALG II, el 1 de enero de 2005, era de 345,00€ en el oeste y de 331€ en el este. La prestación de una sola vez del subsidio social en caso de necesidad en la ALG II está predominantemente incluida en la tarifa regular, con el fin de no poder hacer más solicitudes. La suma originariamente prevista para la prestación del ALG II según declaraciones de Peter Hartz se fijó en 511€ euros mensuales y por lo tanto muy por encima del subsidio social. Inicialmente, para los indigentes que habían agotado el derecho a prestaciones por desempleo, se venía pagando un suplemento que en el primer año de la percepción del ALG II ascendía a 160 €, y en el segundo año, a 80€. Este suplemento del 1 de enero de 2011 se ha suprimido completamente sin ser reemplazado".
El joven asesino que respondió al contagio psíquico comprándose un arma de fuego es, pues, un ejemplo perfecto del éxito de la nueva asistencia social y de la integración "cultural" de las masas de inmigrantes del Medio Oriente: ¿es un ciudadano alemán?
¿Quién afirma su identidad - iraní chiíta - contra "los turcos"? Un subproletario irrecuperable que vive con su familia y un subsidio suficiente para no morir, pero sin ninguna perspectiva. ¿Y "alemán"? ¿E "iraní"? Es una boca inútil tolerada, atropellada y sin defensas espirituales y mentales ante la tensión eléctrica creada por las noticias de los atentados verdaderos y falsos, del EI y Rita Katz, de Angela Merkel con su invitación a los millones de "sirios": ¡venid todos aquí! Pero para el joven que ha estado en "tratamiento" y no trabaja, "aquí" significa al lado de su micro-apartamento en las gélidas periferias, en el barrio-gueto donde habitan las masas del Harz IV, para dividir el espacio y los subsidios con los recién llegados: extranjero, más extranjero, más extranjero.
Y la demostración del fracaso del sueño loco iluminista - de nuestro iluminismo enloquecido de ricos, de los Boldrini, del Papa, de la Mogherini - de que la "integración" sea más fácil en la homologación general y en los subsidios sociales. No lo llame islamista. Llámelo, como hizo él, un Harz IV en tratamiento.
Ocupémonos más bien de las centrales que crean el contagio psíquico; y de los medios de comunicación, que lo difunden terriblemente, irresponsablemente, con su cháchara infinita sobre las pocas imágenes que llegaban de Mónaco, y palabras como "miedo", "ataque terrorista", tres islamistas a la fuga, uno tiene un chaleco antibalas, Múnich en estado de sitio... Malditos esparcidores, buitres, malditos monatti [*] de la estrategia de la tensión, malditos siervos del Príncipe de Este Mundo, que tiene bajo su mando a los "espíritus del aire."
[*] Un monatto era un funcionario público que en los períodos de epidemia de la peste era encargado por los municipios para el transporte de los enfermos o muertos. Por lo general, los monatti eran condenados a muerte, prisioneros o personas que se recuperon de la enfermedad, y por lo tanto inmunes a ella. N.d.T.