Un final sin gloria: la carrera política de Poroshenko ha terminado

09.12.2016

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, está al borde de la pérdida completa de poder. El escándalo causado por un material comprometedor difundido por un fugitivo oligarca ucraniano, Alexander Onishchenko, puede conducir a Kiev a un colapso político.

Negocio sangriento

Los documentos publicados por Onishchenko indican el interés económico personal de Petro Poroshenko para llevar a cabo las expediciones punitivas del ejercito ucraniano en el Donbass. Los informes indican que los contratos militares los obtienen las empresas que son propiedad del presidente de Ucrania. En otras palabras, Kiev gasta el dinero del FMI en la guerra contra su propio pueblo, un dinero que al final va a parar a las cuentas de las empresas pertenecientes al presidente del país.

Una situación difícil

Este escándalo, así como los cambios profundos en el orden mundial que tuvieron lugar después de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, llevaron a la élite ucraniana a un estado de gran nerviosismo. Teniendo en cuenta que los anteriores "jefes" de Kiev, globalistas y neoliberales, han perdido el control de la situación y se retiran de la plataforma mundial, una delegación masiva de políticos ucranianos se ha dirigido a Washington. Su tarea principal es ganar el apoyo de los Estados Unidos para seguir aplicando una política sistemática de saqueo de Ucrania.

Los candidatos

El comportamiento de las élites ucranianas indica que el destino de Poroshenko tiene un final inevitable, y su desplazamiento es cuestión de unas pocas semanas. Varios clanes de Ucrania se dirigieron a Washington con el fin de promover a su candidato presidencial. Entre ellos se encuentran el circulo mas cercano de Yulia Timoshenko; el diputado de la Rada Suprema, Oleh Lyashko; el oligarca ucraniano, Rinat Akhmetov; e incluso el ex presidente de Georgia, Mikhail Saakashvili. Todos ellos están unidos por una sola cosa: los representantes de la nueva administración se niegan a negociar con ellos, y los miembros del gobierno de Obama que todavia comunican con ellos, no pueden encontrar ninguna solución, ya que el mandato del actual presidente de los Estados Unidos tendrá una duración de poco más de 40 días.