Desde un punto de vista jurídico, el referéndum no es vinculante, pero presenta a las autoridades británicas un imperativo político que es difícil de ignorar. El procedimiento de salida de la UE se define en el artículo 50 del Tratado de Lisboa de 2007. Según el mismo, el Reino Unido comunicará a la UE la decisión formal de la retirada. Después se mantendrán conversaciones con todos los miembros de la UE sobre las condiciones de salida del país. En caso de no alcanzarse un acuerdo, se debe cerrar un acuerdo especial sobre la retirada, aprobado por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo. En el mismo se determinarán los términos de las futuras relaciones con la UE, y a partir de la fecha de entrada en vigor de dicho acuerdo, se entenderá que el Estado en cuestión, el Reino unido en este caso, se retira de la UE. Sin embargo, el proceso de salida de la UE puede ser ampliado por un acuerdo mutuo en tiempo indefinido.
Sin embargo, con el fin de cumplir con el acuerdo sobre la retirada, también es necesario: 1. Cerrar un acuerdo por separado sobre las relaciones con cada país de la UE. 2. Entrar en la OMC con un acuerdo distinto al de la UE y los otros 134 países miembros. 3. Lograr la firma de un nuevo acuerdo entre los otros miembros de la UE y eliminar las referencias al Reino Unido en todos los documentos de la UE.
Si en el plazo de dos años a partir de la fecha de notificación de las negociaciones del Consejo Europeo, ñestas no tienen éxito, se considerará que el Estado no abandona la UE.
En la legislación del Reino Unido no está determinado el procedimiento de elaboración de una solicitud de retirada de la UE y su aprobación, por lo que esta cuestión retrasará el procedimiento de salida. Dado que la mayoría de los diputados se opone a salir de la UE, en el caso de que el asunto se someta a la votación del Parlamento, se rechazará la solicitud de retirada.
Sin embargo, para aplicar el procedimiento se necesita la decisión del gobierno. David Cameron, que hizo campaña a favor de la permanencia en la UE, ha anunciado su dimisión. En consecuencia, la solicitud podrá ser presentada sólo después de que se forme el nuevo gobierno.
Por lo tanto, todavía hay herramientas muy potentes en manos de los partidarios de la permanencia del Reino Unido en la UE. Para la UE no es algo inusual hacer caso omiso de la voluntad de sus ciudadanos. Así, en 2016, los habitantes de los Países Bajos votaron en referéndum contra la firma del Acuerdo sobre la asociación de Ucrania a la UE. El Parlamento ignoró la opinión de los ciudadanos. Irlanda ha votado dos veces en referéndum, hasta que la UE logró la aprobación del Tratado de Lisboa en este país. Dinamarca llevó a cabo un segundo referéndum sobre el acuerdo de Maastricht.
En el caso de que las autoridades del Reino Unido no hagan caso a la opinión de los ciudadanos, se espera una crisis política en el país y el fortalecimiento de las posiciones de los partidos antisistema, especialmente el UKIP.
El referéndum en el Reino Unido tendrá un impacto importante en el crecimiento del euroescepticismo en otros países europeos. Estas fuerzas pueden requerir referendos similares en sus países. Por lo tanto, la Unión Europea realmente puede comenzar a colapsar. Sin embargo, esto será comol resultado del efecto combinado de una serie de procesos que no puedebn ser reducidos únicamente a una sola votación en el Reino Unido.
El referéndum en el Reino Unido puede verse afectado y el otro lado del Atlántico. Ahora en el país que votó por Brexit se encuentra Donald Trump, que anteriormente apoyó la salida de la UE. La retórica anti-globalista y anti-sistema de Trump también es una reminiscencia de los euroescépticos. Trump no dejará de aprovechar los resultados de la votación en el Reino Unido con el fin de animar a sus seguidores.
Los resultados de la votación en el referéndum podría fortalecer las contradicciones internas en el Reino Unido. De acuerdo con informes recientes, en Inglaterra a favor de la salida de la UE han votado el 53, 2% de los votantes ( la mayoría de los votos a favor de la permanencia en la UE fueron detectados en Londres, y no en lugares remotos del pais). En Gales - 51, 7%. Escocia - 38%. En Irlanda del Norte 44, 3%. De hecho, las provincias de Inglaterra, donde el número de partidarios del Brexit en algunos condados representaron más del 70%, han hecho una contribución decisiva en la votación.