Los disturbios provocados por los inmigrantes están relacionados con la puesta en marcha del plan acordado en la cumbre del 20 de marzo entre Turquía y la UE. Según el mismo, todos los refugiados que llegan a Grecia deben ser enviados de regreso a Turquía. A cambio, los países de la UE deben asignar el mismo número de refugiados que Turquía envía en los campamentos en su territorio. Hasta ahora, sólo se ha logrado enviar unas pocas docenas de personas.
Turquía sigue usando el tema de los refugiados para chantajear a la Unión Europea. En la víspera, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que si la UE no asigna los prometidos 6 mil millones de euros, Turquía se negará a aceptar a los inmigrantes de Grecia.
La solución propuesta por la UE es la transferencia del caos que se está produciendo en las islas griegas al centro de Europa, ya que ahora los mismos refugiados serán dirigidos de vuelta a los países de la UE, donde existe pocas probabilidades de que vayan a comportarse de manera distinta. Los líderes liberales de la Unión Europea y las diversas organizaciones de derechos humanos harán cualquier cosa para aceptar el máximo número de inmigrantes, lo que hará que la situación en la UE sea aún más explosiva.