Desigualdad creciente en España: aumentan los beneficios de las empresas y bajan los salarios
Mientras que el Gobierno español, los grandes empresarios y buena parte de los medios de comunicación aseguran que se está experimentando una “recuperación económica”, según datos estadísticos oficiales, desde el año 2007 los sueldos de los trabajadores son cada vez más bajos, mientras que los beneficios empresariales aumentan.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), al cierre del primer trimestre de 2016, el Producto Interior Bruto (PIB) a precios de mercado se situó en 274.817 millones, cerca ya de los niveles de antes de 2007, pero los sueldos de los trabajadores se sitúan en 129.874 millones de euros, un 3,2% menos que al término de 2007. Además, su peso es hoy del 47,2% del PIB, frente al 48,5% de entonces, tras años de reducción salarial. Todo ello confirma que las progresivamente pauperizadas clase trabajadora y clase media están experimentado una importante pérdida general de poder adquisitivo. Desde 2010, los sueldos han bajado un 6,2%, lo que equivale a 109 euros por mes (1.304 euros al año).
Naturalmente, a esto hay que añadir la dura situación que padecen los desempleados. España tiene actualmente una tasa de paro del 22,7%, siendo mel segundo país de la Unión Europea con más desempleo de larga duración. De entre todos los desempleados, tan sólo el 54,7% de los parados recibe algún tipo de ayuda, según datos del Ministerio de Empleo referidos al primer trimestre del 2016.
Aumenta la desigualdad
A pesar de que, oficialmente, la economía ha encadenado once trimestres "creciendo", la desigualdad también sigue aumentando mientras crece la diferencia entre las personas con menos ingresos y las que más tienen, siendo la población que tenía menos recursos al comenzar la crisis la que más se ha empobrecido en los últimos años.
La Encuesta de Condiciones de Vida, que divide a la población en diez deciles de ingresos (en el primero se incluye a las personas con menos rentas. En el décimo, las que tienen más. Los límites de cada decil cambian según varían los ingresos de la población), reflejaba que, en el año 2008, para ser incluido en los dos primeros deciles -los de las rentas más bajas- había que ingresar un máximo de 6.241 euros al año. En 2015, la población que estaba en esos primeros deciles de rentas más bajas tenía una renta de, como máximo, 4.937 euros anuales, habiéndose perdido 1.312 euros de renta durante estos siete años.
En el extremo opuesto de la tabla, el de los deciles con las rentas más elevadas, ocurre lo contrario. Si el décimo decil ingresaba como mínimo 28.397 euros en 2008, desde entonces sólo ha perdido 608 euros (menos de la mitad que los más pobres). Además, las diferencias entre la parte baja y alta de la tabla han aumentado. Si en 2008, había 22.148 euros de diferencia entre los deciles más bajos y más altos, ahora la diferencia es de 22.852.
Desde 2009, los ingresos medios de las personas y de los hogares han caído año tras año. En 2015, el 22,1% de la población vivía bajo el umbral de la pobreza, tan solo una décima menos que el año anterior. Esta tasa de pobreza también mide la desigualdad: si disminuyen los ingresos medios, el umbral de la pobreza baja, con lo que personas que hace unos años se contabilizaban bajo el umbral de la exclusión, ahora quedan fuera sin que su situación haya mejorado.