Lo que está en juego en las elecciones

08.11.2016

De mi larga experiencia en el periodismo, sé que el público estadounidense no es muy agudo. Sin embargo, es difícil para mí creer que los estadounidenses, cuyos empleos, carreras y lo mismo para sus hijos y nietos, han sido vendidos por las élites que Hillary representa, realmente votarán por ella. No tiene sentido. Si este fuera el caso, ¿cómo consiguió Trump la nominación republicana a pesar de la cruel campaña prenstituta contra él?

Parece obvio que la mayoría de los estadounidenses que ha estado sufriendo terriblemente a manos del Uno por ciento, que posee a Hillary de cabo a rabo, no votará por las personas que han arruinado sus vidas y las vidas de sus hijos y nietos.

Además, si la elección de Trump es tan imposible como nos dicen los prenstitutos - el triunfo de Hillary es un 93% seguro según el último pronunciamiento de los prenstitutos -, los crueles ataques en todo momento contra Trump no tendrían sentido.

¿No es cierto? ¿Por qué los ataques constantes, frenéticos y crueles a una persona que no tiene ninguna oportunidad?

Hay informaciones de que una compañía asociada con el financiador de Hillary, George soros, está suministrando las máquinas de votación a 16 estados, incluyendo estados que determinan los resultados de las elecciones. No sé si estos informes son correctos. Sin embargo, sí sé de hecho que los intereses oligárquicos que gobiernan Estados Unidos se oponen a que Trump sea elegido Presidente por la simple razón de que no están seguros de que pudieran controlarlo.

Es difícil creer que los estadounidenses desposeídos votarán por Hillary, la representante de aquellos que los han desposeído, cuando Trump dice que re-empoderará a los desposeídos. Hillary ha denigrado a los estadounidenses ordinarios quienes, dice ella, están tan alejados de su riqueza que ni siquiera sabe quiénes son. Claramente, Hillary, que cobró 675.000 dólares de Goldman Sachs por tres discursos de 20 minutos, no es un representante de la gente. Ella representa al Uno por ciento, cuyas políticas han tirado las perspectivas de los estadounidenses ordinarios por el inodoro.

Lo que es realmente inquietante es la pretensión de la escoria prenstituta de que la admiración lasciva de Trump por los encantos femeninos se considere más importante que la perspectiva de una guerra nuclear. En ningún momento durante las primarias presidenciales o durante la actual campaña presidencial se ha mencionado que Rusia está siendo asaltada diariamente por la propaganda, amenazada mediante concentraciones militares, y siendo convencida de que los Estados Unidos y sus vasallos europeos planean un ataque.

Una Rusia amenazada, vuelta insegura por la inexplicable hostilidad y la propaganda occidental, es un peligro fabricado por los partidarios neoconservadores de Hillary Clinton.

Si el pueblo estadounidense es tan increíblemente estúpido que piensa que las observaciones obscenas sobre las mujeres son más importantes que evitar la guerra nuclear, el pueblo estadounidense es demasiado estúpido para existir. Merecerán las nubes en forma de hongos que los limpiarán a ellos, y a todos los demás, de la faz de la tierra.

Donald Trump es el único candidato en las primarias y en las elecciones generales que ha dicho que no ve ninguna razón en el conflicto con Rusia, cuando Putin no ha mostrado nada más que el deseo de trabajar las cosas en beneficio mutuo.

En cambio, Hillary ha declarado al tres veces elegido presidente de Rusia como "el nuevo Hitler", y ha amenazado a Rusia con acciones militares. Hillary habla abiertamente sobre el cambio de régimen en Rusia.

Seguramente, en unos medios libres, al menos una persona en los medios impresos y televisivos plantearía el más importante de todos los puntos. Pero, ¿dónde lo ha visto usted?

Sólo en mis columnas y algunas otras en los medios alternativos.

En otras palabras, estamos a punto de tener unas elecciones en las que la cuestión importante no ha desempeñado ningún papel. Y sin embargo, supuestamente somos el pueblo excepcional, indispensable, una democracia del pueblo protegida por una prensa libre.

En verdad, esta descripción mítica de Norteamérica es simplemente una tapadera para el gobierno de los oligarcas. Y los oligarcas están arriesgando la vida sobre la tierra para que continúe su supremacía.