El nacionalismo posneoliberal alcanza el poder en Italia
Una nueva generación de líderes políticos busca la gobernanza en casi todos los Estados del área occidental del planeta sin excluir a los países del llamado Medio Oriente ampliado. Se trata de poner en movimiento un orden mundial muy diferente del que se encontraron sus predecesores. Unos abogan por la "posmodernidad", pero no faltan quienes prefieren el formato tradicional del Estado nación regido por un orden jurídico liberal.
¿Conseguirán ponerse de acuerdo para redefinir las reglas de juego? ¿Es posible la redefinición antes de la crisis de todas las crisis anunciada por dedefensa.org nos caiga encima? Mientras llega la respuesta, dirijamos nuestra atención a los acontecimientos políticos italianos, cuyos síntomas inconfundibles aparecen tímidamente en los Estados europeos mediterráneos. En esos casos el modelo casi inédito del Estado de bienestar que hoy es seguido por la administración Trump en Estados Unidos tiende a echar raíces también en la América Latina.
El nuevo modelo político que se estrena en Italia
El nuevo gobierno italiano establecido formalmente la tarde del 1 de junio en Roma ha sido clasificado como de derecha, una derecha que reproduce la del régimen fascista de Benito Mussolini, iimplantado en 1922 y suprimido en 1945 por la ocupación militar de la península italiana por las fuerzas anglosajonas. Esta vez se trata de un nuevo régimen reconocido ya por el presidente Sergio Mattarella, basado en la coalición de la Lega de derechas (Liga) con el Movimiento cinco estrellas, que es una formación populista conocida por sus siglas M5S.
El hombre fuerte del nuevo gobierno y del nuevo régimen es el líder de la de la Liga, Matteo Salvini. Si bien su partido sólo obtuvo el 17 por ciento de los votos expresados en las últimas elecciones legislativas, Salvini dedicó durante muchas semans sus fuerzas a la formación de un nuevo gobierno para resistir a la inminente crisis económica y financiera que todos los analistas europeos juzgaban inevitable. Los resultados electorales en favor del M5S favorecen la expectativas de la nación por un modelo distinto del impuesto por el Banco Central Europeo que está arruinando uno tras otro a los Estados más frágiles de la cadena europea.
Además, por su dura experiencia acumulada como viceprimer ministro, Salvini sabe maniobrar para obtener el poder necesario para proceder a la expulsión de medio millón de refugiados y reforzar la salvaguarda del orden público, tal como fue convenido por la Lega y el M5S en su pacto que formó la coalición triunfadora. La intención de ambos es la de construir un Estado sólido capaz de fortificar sus fronteras hasta donde sea necesario.