Actividad de los partidos europeos de derecha en el contexto de la victoria de Trump
Los partidos de derecha en toda Europa han sido enormemente entusiastas desde que Donald J. Trump fue elegido el 45º presidente de los Estados Unidos. Las primeras reacciones positivas a la victoria de Trump vinieron del Partido por la Libertad holandés, del Frente Nacional de Francia, del Partido de la Independencia británico, y de Alternativa para Alemania.
Geert Wilders, el líder del Partido por la Libertad holandés , tuiteó acerca de los estadounidenses que, "El pueblo está recuperando su país de nuevo. Nosotros también”.
La presidente del Frente Nacional, un partido nacional-conservador de Francia, Marine Le Pen, tuiteó sus felicitaciones a Donald Trump, "y para el pueblo estadounidense, ¡libertad!".
Viktor Orbán, el actual líder del partido nacional conservador Fidesz de Hungría, escribió en su página de Facebook que la victoria de Trump fue una gran noticia y que "la democracia sigue viva".
Frauke Petry, presidenta del partido Alternativa para Alemania, dijo que "este resultado electoral es alentador para Alemania y para Europa, porque Trump realmente tiene en su mano las cartas para un cambio político". Agregó: "Al igual que los estadounidenses, los ciudadanos de Alemania deben tener el valor de poner una marca en la urna y no permanecer resignados en casa. Su propia opinión cuenta, incluso si la corrección política pareciera haber elevado el consenso decretado al nivel de una nueva doctrina".
Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia del Reino Unido, que encabezó con éxito el Brexit este verano, fue el primer político europeo en visitar a Trump en persona después del día de las elecciones. Después de eso Farage es visto ahora como el político británico con mayor influencia en la nueva administración estadounidense.
La elección del republicano Donald Trump siguió a la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea, y la creciente popularidad de los partidos de derecha en los países europeos es vista ampliamente como una tendencia mundial de creciente nacionalismo populista, y el colapso de la idea de globalización. El 4 de diciembre, dos elecciones en Italia y Austria revelarán cuán significativo será el impacto que tendrán los resultados en Estados Unidos. Políticamente, Europa depende en gran medida de las tendencias imperantes en Estados Unidos.
La ausencia de fronteras ha conducido a una migración incontrolada y al multiculturalismo, a la destrucción de la cultura tradicional. Como resultado, la mayoría de la gente votó por Trump y los partidos de derecha europeos (especialmente en los países que se vieron duramente afectados por la crisis de refugiados) que encarnaron en gran medida la idea conservadora.
Casi en todas partes de Europa estos partidos están ganando elecciones regionales y teniendo más representantes en los escaños del parlamento nacional. Hace un año, en 2015, algunos países europeos medianos, Hungría y Polonia, eligieron gobiernos derechistas y anti-globalización. Y ahora no será fácil para los partidos de izquierda ganar. Europa se enfrenta a una oleada de inmigrantes y refugiados, así como a las consecuencias del Brexit. Las personas que votan por partidos populistas sienten que la élite política liberal no les está dando lo suficiente, especialmente a la clase obrera. La clase obrera tiene miedo a la competencia laboral de los trabajadores inmigrantes de bajo costo y otros euroescépticos se dan cuenta de que la competencia no será en el mercado de trabajo, sino en el ámbito social.
Otro factor importante de la creciente influencia de los partidos derechistas y de extrema derecha en Europa es la crisis económica. Crea una fuerte tensión interna en las estructuras de los estados de bienestar europeos. Muchos votantes están insatisfechos con el hecho de que los fondos de la UE se utilicen para ayudar a los inmigrantes y a los refugiados (y a menudo sin resultados positivos). La necesidad de asistencia financiera a los países más pobres (por ejemplo, Grecia) de los más ricos (por ejemplo, Alemania), ya ha conducido a un aumento de la influencia de las fuerzas conservadoras y ultraconservadoras, registrado durante las elecciones al Parlamento Europeo en 2014.
Los partidos políticos de derecha tienen mucho en común: proponen deportar a los inmigrantes, resucitar las fronteras europeas internas, volver a las monedas individuales de cada país, y disolver la Unión Europea. Estos temas populistas están recibiendo nueva atención en Estados Unidos y en las ideas de campaña de Trump: una línea dura en inmigración, una revitalización de las manufacturas, una desconfianza en los acuerdos comerciales, una defensa de los valores tradicionales, una protección de la seguridad social, y una sospecha hacia las organizaciones internacionales y las élites internacionales. Aunque las posiciones populistas de Trump difieren en muchos sentidos del conservadurismo tradicional.
Por supuesto, esto no significa que estas muy diferentes fuerzas vayan a ser automáticamente capaces de negociar entre sí. No significa que una futura onda conservadora no vaya a ser ahora reemplazada por ninguna otra ola. Pero se puede suponer que en los próximos años, el rumbo en el mundo será determinado por valores conservadores de una forma u otra. Y algunas de las ganancias de la ola liberal anterior, especialmente perceptible en el mundo en la década de 1990 y principios de 2010, serán revisadas o limitadas. "La victoria de Trump es una prueba de que los populistas son contendientes creíbles a pesar de la oposición de los principales medios de comunicación y los partidos establecidos", dijo Heiko Giebler, un investigador asociado del Centro de Ciencias sociales de Berlín, "es similar a lo que ocurrió después del Brexit. Los líderes usarán esto para enfatizar que los movimientos populistas pueden tener éxito y que pueden ganar incluso si las probabilidades están en contra de ellos".
El creciente populismo provocó un revuelo entre las élites liberales gobernantes de Europa. Así, la opinión pública en toda Europa se discute en detalle en las páginas de las principales publicaciones periódicas europeas y periódicos estadounidenses. Según predicen los analistas políticos, la victoria de Donald Trump suponeun impulso para los populistas de toda Europa, en lo que llaman el "efecto Trump".
Francia
Todos las miradas se dirigen ahora a Francia, donde las presidenciales francesas del próximo año se perfilan como de cambio. Afectará a las reformas internas y a las relaciones con los socios. En la víspera, Francois Fillon, ex primer ministro, ha ganado con el 66 % la segunda vuelta de las primarias, superando a su rival, Alain Juppe. La participación fue inesperadamente alta. Más de cuatro millones de personas acudieron a votar por el líder del partido de oposición. Francois Fillon promete drásticas reformas del libre mercado y una represión contra la inmigración y el extremismo islámico. Al presentar sus puntos de oposición, Fillon declaró que París es necesario para reconsiderar sus relaciones con la Unión Europea, tener cuidado con la OTAN y estar en términos amistosos con Rusia.
"Mi enfoque ha sido entendido: Francia no puede soportar su declive. Quiere la verdad y quiere acción", dijo Fillon a sus seguidores en la sede de su campaña.
Los resultados de las primarias muestran claramente cómo ha cambiado el estado de ánimo de los franceses. La victoria de Fillon lo enviará a una batalla electoral que las encuestas de opinión dicen que terminará finalmente en un duelo con la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, el próximo mes de mayo. Muchos encuestadores ven a Fillon - lo más parecido en Francia a un conservador genuino en asuntos económicos y sociales - con buenas posibilidades para convertirse en presidente.
Italia
4 de diciembre - Referéndum constitucional italiano. Se preguntará a los votantes si aprueban la modificación de la Constitución italiana para reformar el nombramiento y las atribuciones del Parlamento de Italia, así como el reparto de poderes del Estado, las regiones y las entidades administrativas. La Constitución italiana fue propuesta por el primer ministro Matteo Renzi y su partido demócrata de centro izquierda. Si los italianos votan "en contra", Renzi no tendrá oportunidad de permanecer en el poder. En ese caso prometió dimitir, lo que significaría que el país puede esperar elecciones anticipadas.
Los partidos con creciente popularidad entre los italianos son el partido político regionalista Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas, que se considera populista, anti-globalista y euroescéptico.
Austria
El 4 de diciembre se celebrarán elecciones presidenciales en Austria. Los resultados de la segunda vuelta fueron cancelados. En este contexto, es probable que gane el candidato presidencial del Partido de la Libertad (FPÖ), Norbert Hofer. Hofer puede ser el primer jefe de Estado conservador elegido libremente desde 1945. Está recibiendo un gran apoyo de la clase trabajadora descontenta de Austria. Encuesta públicas han demostrado que el 53% de los austriacos considera que Hofer se beneficiará directamente de la victoria de Trump. Hofer ha ampliado su ventaja en las encuestas en otro punto porcentual sobre su oponente, el ex líder del Partido Verde, Alexander Van der Bellen.
La clase obrera también se conecta con Hofer en el euroescepticismo, compartiendo las opiniones negativas del partido sobre la interferencia de la Unión Europea desde Bruselas. Otro problema importante para muchos es la crisis migratoria en curso y el efecto que ha tenido en las comunidades austriacas. El político apoya la idea del control en la frontera de Austria e Italia, y está listo para utilizar al ejército como último recurso.
Países Bajos
Se prevé celebrar elecciones generales en los Países Bajos el 15 de marzo de 2017 para elegir a los 150 miembros de la Cámara de Representantes. La mayoría de los expertos holandeses y europeos predicen que ganarán los euroescépticos.
"La política nunca será la misma", afirmó Geert Wilders, del Partido de la Libertad holandés, de extrema derecha, que desafiará al establishment holandés el próximo año. "América recobró su soberanía nacional, su identidad, reclamó su propia democracia, por eso lo llamé una revolución" y "Lo que sucedió en Estados Unidos puede ocurrir también en Europa y Holanda", dijo Wilders.
El político populista parece convertirse en el próximo primer ministro de los Países Bajos.
Alemania
En 2017 las próximas elecciones federales alemanas elegirán a los miembros del Bundestag, el parlamento federal de Alemania. Angela Merkel, la canciller alemana, ha dicho que buscará un cuarto término en las elecciones generales. Pero algunos expertos cuestionan su victoria. Ha venido estando bajo una intensa crítica por su política de “puertas abiertas” con los refugiados en 2015. La popularidad de Merkel ha caído a su punto más bajo en cinco años con la seguridad doméstica como un tema clave en el país, según una encuesta de Infratest dimap, según informó la emisora pública Deutsche Welle.
Alemania ve ahora por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial un partido radical de derecha. En sólo tres años, el partido Alternativa para Alemania ganó influencia a nivel nacional, empujando a Merkel. Bajo la crisis migratoria y el desamparo de las autoridades, la AfD se ha convertido en una verdadera amenaza para los partidos gobernantes. Además, según las declaraciones de Trump, él va a abandonar los tratados internacionales que son fundamentales para la coalición gobernante alemana (lo que debilitaría su posición).
Alternativa para Alemania ganó el 4,7% de los votos en las elecciones federales de 2013, perdiendo por poco el umbral electoral del 5% necesario para sentarse en el Bundestag. En 2014, el partido obtuvo el 7,1% de los votos y 7 de los 96 escaños alemanes en las elecciones europeas. En septiembre de 2016, la AfD había ganado representación en diez de los 16 parlamentos estatales alemanes.