Rusia, dispuesta a llegar a un compromiso con Japón

01.09.2016

En la víspera de una reunión en Vladivostok con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en el marco del Foro Económico del Este, el presidente ruso, Vladimir Putin, habló sobre la cooperación con Japón y las negociaciones sobre el estatus de las islas Kuriles del Sur (las islas Iturup, Shikotan, Kunashir, y un grupo de islas Habomai).

La condición principal: el fortalecimiento de la soberanía japonesa

El Presidente de Rusia ha señalado la necesidad de la firma de un tratado de paz con Japón. Según Putin, para la parte japonesa también debe ser resuelta la cuestión sensible de los "territorios del norte", pero de una manera estable, para que ninguna de las partes se sienta como perdedor en esta disputa. De acuerdo con el presidente de Rusia, el principal factor que haría posible que el proceso avance es el aumento de la cooperación entre Japón y Rusia. Según las palabras del presidente de Rusia, será posible un compromiso cuando el nivel de confianza mutua entre Japón y Rusia sea comparable al observado entre Rusia y China.

Por lo tanto, el presidente ruso ha dado a entender que la solución de los conflictos fronterizos con China, mediante la cual la República Popular China ha recibido una serie de territorios que anteriormente fueron controlados por la Unión Soviética y Rusia, sólo se logró debido a que China es una potencia independiente y amigable en relación con Rusia. Para Rusia, el verdadero problema en la solución de la disputa territorial con Japón, es la cooperación estratégica del país con Estados Unidos (de facto, la ocupación estadounidense). En estas condiciones, la transferencia de las islas a Japón, significará una transferencia de facto a los Estados Unidos, el principal rival geopolítico de Rusia

La oposición de Estados Unidos

El presidente ruso se ha referido a la Declaración de 1956, como un precedente que abrió el camino a un tratado de paz. En aquel entonces, el proceso fue obstruido bajo presión de Estados Unidos. De acuerdo con la declaración, la URSS se comprometió a transferir las islas de Habomai y Shikotan a Japón. Sin embargo, Estados Unidos no estaba interesado ​​en la normalización de las relaciones entre Japón y la Unión Soviética, y obligó a Japón a renunciar a un compromiso razonable. El principal problema de las relaciones ruso-japonesas es la oposición estadounidense a un acercamiento entre ambos países. La parte rusa ha dado a entender que le gustaría ver a Japón más soberano e independiente en sus acciones, lo que abrirá el camino para resolver la cuestión de las islas.

El interés mutuo

A lo largo del último año, Japón ha expresado su interés en estrechar relaciones con Rusia. Unirse a las sanciones anti rusas bajo la presión de Estados Unidos, provocó una reacción negativa de las empresas japonesas interesadas en la colaboración con las corporaciones de defensa de Rusia. El Primer Ministro, Shinzo Abe, ha expresado en repetidas ocasiones y de manera no oficial su interés en reunirse con el presidente ruso, en contra de la posición negativa, en lo que respecta a este tema, de los Estados Unidos. Rusia necesita a Japón desde el punto de vista económico, sobre todo como un corredor de transporte hacia Europa, como una alternativa a la "Ruta de la Seda" china, así como socio político y militar.

En términos geopolíticos, Japón es el socio más codiciado de Rusia en el Lejano Oriente. A pesar de su posición insular, en términos de cultura y valores, Japón es una clásica potencia continental.

En esta paradoja se fijaron los geopolíticos alemanes de la primera mitad del siglo XX. El destacado geopolítico alemán, Karl Haushofer, propuso incluso la idea de un bloque continental a lo largo del eje "Berlín-Moscú-Tokio". Al igual que China, Japón tiene potencial económico y, a diferencia de China, potencial de innovación, lo que podría contribuir al desarrollo del Lejano Oriente ruso, pero desde un punto de vista demográfico Japón no es peligroso para las regiones fronterizas escasamente pobladas de Rusia.

En primer lugar esta la paz y después, las negociaciones sobre las Kuriles

Al mismo tiempo, Rusia no vincula directamente la firma de un tratado de paz con la cuestión de la situación de las islas Kuriles del Sur. La postura de la parte rusa es, en primer lugar, la conclusión del tratado de paz, y solo entonces se tomará la decisión sobre la cuestión de las islas Kuriles del Sur. Las acciones de Japón para acercarse a Rusia, y su voluntad de invertir en Rusia (los proyectos específicos que se presentarán en el Foro Económico del Este), muestran que este punto de vista es comprensible y aceptado por Tokio. Al mismo tiempo, el gobierno japonés está obligado a prestar atención a su propia opinión pública, que cree que de la parte rusa se puede obtener las cuatro islas juntas. Rusia prefiere posponer el tema hasta que Japón se haga más independiente de los Estados Unidos (para Rusia seria ideal la completa retirada militar estadounidense de Japón) y, si la parte rusa está dispuesta para discutir algo hipotéticamente, es a un retorno a las condiciones de la declaración conjunta de Moscú, firmada en 1956.

Según los expertos, para Shinzo Abe, la firma de un tratado de paz con Rusia es también una cuestión de prestigio personal. En la tradición diplomática japonesa, las negociaciones directas deben ser completadas con un resultado exitoso y, por esta razón, para evitar su derrota, todas las cuestiones serias se resuelven a través de intermediarios.  Por lo tanto, el mismo hecho de la visita de Shinzo Abe a Rusia y su encuentro con Vladimir Putin, es una señal de que las partes ya están de acuerdo en las cuestiones clave de la cooperación, y que están listos para revelar esta situación al mundo.