Tomomi Inada, la Juana de Arco japonesa

10.08.2016

Por segunda vez en la historia de la tierra del Sol naciente, una mujer se ha convertido en ministra de Defensa de Japón. El 3 de agosto fue designada para este puesto Tomomi Inada, política ideológicamente conservadora cercana al primer ministro Shinzo Abe. Al igual que su mentor, Inada es miembro de la "Nippon Kaigi", la influyente organización conservadora y soberanista. Esta estructura apoya el fortalecimiento de la soberanía del país, el rechazo de los valores occidentales de consumo e individualismo, incrementar el papel del emperador en la vida pública, y el fortalecimiento del poder militar de Japón.

El nombramiento de un nuevo ministro de Defensa se lleva a cabo en el marco de una remodelación a gran escala realizada por el actual primer ministro. Los expertos creen que este nombramiento permitirá a Shinzo Abe fortalecer sus posiciones y proponer las reformas necesarias, incluidas las enmiendas constitucionales.

Tomomi Inada nació en 1959 y comenzó su carrera como abogada en 1985. Defendió a sus clientes en una demanda muy conocida en relación al santuario de Yasukuni, y sirvió como abogado de la parte demandante en relación con el "Concurso para matar a 100 personas utilizando una espada", que supuestamente ocurrió durante la ocupación japonesa de China en la Segunda Guerra Mundial. Tras el fracaso en el juicio debido al hecho de que el tribunal reconoció algunos testimonios como verdaderos, decidió defender el honor de los veteranos japoneses de la Segunda Guerra Mundial en la política.

Tomomi Inada fue etiquetada como miembro de la "Nippon Kaigi" por los medios de comunicación japoneses, y de hecho ella apoya su agenda. Es una sintoísta devota, y con frecuencia visita el Santuario Yasukuni afirmando que:

    "Yasukuni Shirine no es lugar para tomar un juramento de paz, sino el lugar para tomar un juramento para luchar con furia contra los extranjeros que amenazan a Japón, siguiendo los espíritus honorables de los soldados muertos en el santuario de Yasukuni".

Inada es descrita como fuerte, conservadora, liberal, intelectual, dedicada a su causa ideológica, una líder con estilo femenino en el predominantemente patriarcal Japón. Shinzo Abe suele llamarla su Juana de Arco japonesa. Ella es considerada como uno de sus sucesores más probables y admite abiertamente su voluntad de convertirse en primer ministro en el futuro.

Tomomi Inada apoya la revisión de toda la política exterior previa de Japón, y la puesta en práctica de una política soberana. En esencia estamos hablando de la plena restauración de la soberanía del país y de la reanudación de las ambiciones imperiales de Japón. Ella argumenta que la política japonesa durante la Segunda Guerra Mundial no fue de invasión, y que su país debe dejar de pedir disculpas a China y a otros países asiáticos. Según esta política, el Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente (Tribunal de Tokio), fue establecido en contra de los principios del derecho internacional y utilizado por los aliados, principalmente por los EE.UU., para humillar y someter a los japoneses.

Mientras que su nuevo puesto puede molestar gravemente a China y a las dos Coreas, no hay nada que temer por parte de Rusia. Ella parece ser el representante más radical del grupo político japonés llamado "Niños de Koidzumi". Este es el grupo de 83 políticos escogidos en 2005 por el entonces primer ministro Juintiro Koizumi, y elegido ese mismo año en la Dieta (Parlamento japonés), para promover su política reformista. La política exterior de Koidzumi fue calificada por los expertos como soberanista.

El destacado geopolítico francés Jean Parvulesco destacó el fortalecimiento de las relaciones entre Japón y Rusia bajo Koidzumi, afirmando que: "La nueva Rusia de Vladimir Putin, la India de Atal Behari Vaypajee y el Japón de Junichiro Koizumi" formarán el nuevo fundamento de la "liberación imperial de Gran continente euroasiático, que está despertando y al final triunfará". Según él, el renacimiento del espíritu militarista japonés, totalmente ajeno a la dominante cultura occidental individualista liberal, opondrá finalmente a Japón y a los Estados Unidos, y hará que Japón mire hacia Rusia.

Y la actividad del sucesor de Koizumi, Shinzo Abe, lo confirma. Cuando se convirtió en primer ministro en 2012, expresó su deseo de mejorar las relaciones con Rusia. Incluso después de la crisis de Ucrania, cuando bajo la presión de Estados Unidos Japón se vio obligado a introducir algunas sanciones personales contra Rusia, Abe intentó seguir ese rumbo.

Según el estudioso indio K.V. Kesavan, la presión de Estados Unidos "forzó a Abe a seguir cautelosamente un camino independiente que salvaguardaría los profundamente arraigados intereses nacionales de Japón sin, al mismo tiempo, despertar el resentimiento de los Estados miembros del G-7, incluyendo a los EE.UU.. Aunque Japón se unió a otros países del G-7 en la aplicación de sanciones contra Rusia, pocos se habrían perdido el descontento subyacente de Japón respecto a su propia acción".

Para lograr una mayor independencia de los EE.UU., Japón necesita el apoyo y los recursos de Rusia, Rusia en cambio necesita las tecnologías japonesas, las inversiones y un Japón más independiente como un ancla del futuro mundo multipolar, si bien problemático para los EE.UU.. Además, el liderazgo de Japón entiende que el problema de los territorios del norte (las Islas Kuriles del Sur), no puede resolverse sin relaciones de amistad con Rusia.

En 2015, Abe comenzó la política de restauración de los lazos con Rusia, y Tomomi Inada fue uno de los pocos políticos de alto nivel japoneses enviados con una misión especial a Moscú.

En abril de 2016 Tomomi Inada hizo una visita especial a Rusia como Presidente del Consejo de Investigación Política del Partido Liberal Democrático, para establecer relaciones entre los líderes políticos de ambos países en la víspera de la reunión prevista entre Vladimir Putin y Abe. Tomomi Inada se reunió el miércoles con el ministro de Comercio e Industria, Denis Manturov, y le entregó una carta de Abe a Putin, informó Kyodo News.

En cuanto a los EE.UU., Tomomi Inada expresa abiertamente una posición muy cautelosa acerca de la necesidad de la asociación de seguridad entre EEUU y Japón. Sin embargo, ella se comprometió antes a reconsiderar el período de ocupación de los EE.UU., incluida la constitución impuesta por los estadounidenses:

     "Hemos recibido sugerencias de que ha de hacerse una investigación a fondo sobre lo que ocurrió durante la ocupación hasta el Tratado de Paz de San Francisco, incluyendo cómo se estableció la constitución actual".