La decisión de adoptar esta medida fue tomada ayer en una reunión del Consejo de Seguridad de Turquía. El estado de emergencia se introduce de acuerdo con el artículo 120 de la Constitución que, en palabras del presidente, Recep Tayyip Erdogan, "es la medida mas eficaz y mas rápida para garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos."
En la noche del 16 de julio, un grupo rebelde de Turquía asociado con Fethullah Gülen y la CIA, cometió un intento de un golpe militar. Los enfrentamientos principales se produjeron en Ankara y Estambul. Como consecuencia del golpe, 232 personas murieron, entre ellas 24 participantes en el golpe de Estado, y alrededor de 1.500 personas resultaron heridas.
Por otra parte, recientemente, se produjeron en Turquía una serie de actos terroristas, en los que fueron asesinados soldados, policías y civiles. La organización de estos ataques fue atribuida a militantes kurdos y a representantes de DAESH.
Es obvio que el aparato de seguridad turco no puede hacer frente a estos retos, y la OTAN tampoco puede ayudar mucho en estos asuntos.
En esta situación, los dirigentes turcos deberían tomar una serie de medidas extraordinarias. Una de ellas podría ser un acercamiento a Rusia, Siria e Irán, países que luchan en la campaña anti-terrorista en Siria. Tal vez, la experiencia y la asistencia de instructores provenientes de estos países, pueda ayudar a Turquía en la investigación del complot contra Erdogan, así como en la lucha contra actuales amenazas internas y externas.
De acuerdo con la información más reciente, datos de la inteligencia rusa acerca de la preparación del golpe, ayudaron a Erdogan a realizar acciones preventivas contra los conspiradores.