Obama humilla a los japoneses

El verdadero propósito del bombardeo de Hiroshima

El objetivo de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 fue una demostración de la potencia de las nuevas armas estadounidenses: las "bombas nucleares" diseñadas para consolidar la posición de liderazgo de los Estados Unidos en el mundo de la posguerra. El principal objetivo del bombardeo no era romper la resistencia de Japón, que ya en ese momento estaba cerca de rendirse, sino intimidar a la Rusia soviética, su principal competidor en Eurasia.

El doble estándar

La negativa de Obama a disculparse por Hiroshima es un acto de arrogancia estadounidense hacia los japoneses, ya que Japón todavía tiene una soberanía limitada y dependiente de los Estados Unidos. Los Estados Unidos demuestran que aplican una lógica de doble rasero en su liderazgo en la política internacional y no tienen intención de pedir perdón por los crímenes más horribles.

El racismo ordinario

El racismo estadounidense anti-japonés se deja ver en su total confianza en ser los portadores de la democracia que tienen permiso para todo, incluyendo los crímenes que el ejército de Estados Unidos comete contra los ciudadanos japoneses en Okinawa, donde están ubicadas las bases militares estadounidenses. La semana pasada, un empleado de la base fue detenido por el asesinato de una joven japonesa, lo que provocó una nueva ola de protestas anti-estadounidenses en el país. La aparición de Obama en Hiroshima, negándose a pedir disculpas, es sólo una humillación más para los japoneses.

Japón sin soberanía

Con este telón fondo, la reunión del primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente estadounidense Barack Obama en la cumbre del G7 fue bastante fría. Japón está obligado a someterse a la presión de Estados Unidos, sobre todo en el tema de las sanciones anti-rusas, en un momento e el que Tokio comenzó a acercarse más a Rusia. Muchos de los proyectos importantes y la misma negociabilidad de Japón esta en tela de juicio. Inevitablemente, Rusia se preguntará si tiene sentido ponerse de acuerdo en algo con un país que no toma sus decisiones independientemente. Sin embargo, el comportamiento del primer ministro japonés muestra que, en caso de debilitamiento de los Estados Unidos, Japón será uno de los primeros países en abandonar al antiguo propietario.