Los planes para el establecimiento de un ejército europeo fueron alimentados durante décadas. Particularmente, la pertinencia de este tema fue al comienzo de la década de 1990, después de la disolución del Tratado de Varsovia y el final de la guerra fría, cuando la razón formal de la existencia de la OTAN desapareció. Al mismo tiempo fue firmado el Tratado de Maastricht, que definió una política de mayor integración en la UE. Por primera vez se introdujo el concepto de una política exterior común de la Unión Europea y de política de seguridad. Sin embargo, los euroatlantistas fueron capaces de vincular la política de defensa de la UE con la infraestructura de la OTAN. Por lo tanto, ahora la Unión Europea no puede llevar a cabo una política de defensa completa sin el apoyo de la Alianza del Atlántico Norte.
Sin embargo, la UE ha tenido éxito en la creación de una fuerza de reacción rápida conjunta. El logro más significativo son los "Grupos del combate de la UE" que se componen de 18 batallones del ejército: 14 batallones de 1500 personas, y 4 batallones más formados por 2500 personas. Además, existe el mecanismo de EUFOR, que le permite crear un equipo de respuesta rápida para hacer frente a problemas específicos, por lo general en el extranjero. Desde 2003, la UE creó misiones similares en Macedonia, Bosnia, Chad y República del Congo.
En la UE existe el Comité Militar de la UE que está formado por los Ministros de Defensa de la Unión y el Estado Mayor de la UE. El Estado Mayor de la UE se centra principalmente en las cuestiones de planificación estratégica y a través de una orden especial de la sede del Consejo de la UE, gestiona las misiones de la UE en el extranjero. Mientras tanto, la existente estructura militar de la UE no es capaz de garantizar la seguridad del continente europeo, y se centra más en solucionar problemas en el extranjero, lo que significa una dependencia europea de la OTAN en esta cuestión.
La OTAN es la herramienta más importante de la orientación geopolítica atlantista de Europa. Por lo tanto, cualquier medida destinada a lograr la independencia del continente europeo de los Estados Unidos en el ámbito de la defensa deben considerarse como una manifestación del continentalismo Europeo. La Unión Europea será capaz de convertirse en un polo geopolítico independiente sólo si llega a ser independiente, también en el ámbito de la defensa. Por otra parte, la OTAN ha demostrado su ineficacia. La alianza no participa en los conflictos más importantes para el futuro de Europa, como la guerra en Siria, y demuestra que no está preparada para responder a las nuevas amenazas y desafíos, tales como la lucha contra el terrorismo.