El chiismo rojo (la religión del martirio) vs. El chiismo negro (la religión del duelo)
Por Ali Shariati. Traducido por Juan Gabriel Caro Rivera
El Islam es una religión que apareció en la historia de la humanidad con el grito de "¡No!" de Muhammed (la paz sea con él), el heredero de Abraham, la manifestación de la religión de la Unidad de Dios y la unidad de la humanidad; un "No" que comienza con el grito de "Unidad", un grito que el Islam reiteró cuando se enfrentó con la aristocracia y el compromiso.
El chiismo es el Islam que se diferencia y elige su camino en la historia del Islam con el "No" del gran Ali, el heredero de Mahoma y la manifestación del Islam de Justicia y Verdad, un "No" que él da al Consejo para la Elección del Califa, en respuesta a Abdul Rahman, quien era la manifestación islámica de la aristocracia y el compromiso. Este "No", hasta los tiempos pre-Safavidas, es reconocido como parte del movimiento chiita en la historia del Islam, la insignia distintiva del papel social y político de un grupo que se consideraba los seguidores de Ali, conocidos por su asociación siempre preferente con la familia del Profeta. Es un movimiento basado en el Corán y las Tradiciones; no el Corán y las tradiciones proclamadas por las dinastías de los Omeyas, Abasidas, Ghaznavidas, Selyúcidas, Mongoles y Timúridos, sino las tradiciones proclamadas por la familia de Muhammed.
La historia del Islam sigue un camino extraño; un camino en el que gángsteres y rufianes de las dinastías árabes, persas, turcas, tártaras y mongolas disfrutaron del derecho al liderazgo de la comunidad musulmana y al califato del profeta del Islam, con exclusión de la familia del profeta y los legítimos imanes del islam. Y el chiismo comienza con un "No"; un "No" que se opone al camino elegido por la historia y se rebela contra la historia. Se rebela contra una historia que, en nombre de Corán, los reyes y los césares, sigue el camino de la ignorancia, y en nombre de la tradición, ¡sacrifica a sus miembros en nombre del Corán y las tradiciones!
Los chiitas no aceptan el camino elegido por la historia. Niegan a los líderes que gobernaron a los musulmanes a lo largo de la historia y engañaron a la mayoría de las personas a través de su sucesión del Profeta, y luego por su supuesto apoyo al Islam y la lucha contra el paganismo. Los chiitas dan la espalda a las opulentas mezquitas y los magníficos palacios de los califas del Islam y se dirigen a la solitaria casa de barro de Fátima. Los chiitas, que representan a la clase oprimida y que buscan la justicia en el sistema del Califato, encuentran en esta casa lo que necesitan y a quien habían estado buscando:
Fátima: la heredera del Profeta, la manifestación del "derecho de los oprimidos" y, al mismo tiempo, el símbolo de la primera objeción, una encarnación fuerte y clara de la "búsqueda de la justicia". En el sistema de gobierno, estos son los gritos y lemas de las naciones y las clases oprimidas.
Ali: La manifestación de una justicia que sirve a los oprimidos, una encarnación sublime de la Verdad que se sacrifica en el altar de los regímenes inhumanos, y que se esconde en las capas de la religión formal de los gobernantes.
Hassan: La manifestación del último núcleo de resistencia de un "Imanato Islámico", que se enfrenta a la primera guarnición de un "gobierno islámico".
Hussein: El testimonio de quienes han sido martirizados por los opresores a lo largo de la historia, herederos de todos los líderes que luchan por la libertad y la igualdad y los buscadores de justicia, desde Adán hasta él mismo, el mensajero del martirio, la manifestación de la revolución sangrienta.
Zeinab: El testimonio de todos los prisioneros indefensos frente a de verdugos, y el mensajero que queda después del martirio y la manifestación del mensaje de la revolución.
Los chiitas toman sus consignas de la encarnación de las tribulaciones y las esperanzas de las masas de los oprimidas. Conocedores de los gobernantes, y en rebelión contra ellos, claman:
«Busca el liderazgo de Ali y huye del liderazgo de la crueldad. Elige el Imanato, y rechaza "la marca", la "incredulidad" y la "desposesión" en la frente del Califato.
Elije la justicia y derroca al sistema de paradojas y discriminación basado en la propiedad.
Elije el principio de estar listo para protestar contra las condiciones existentes, donde el gobierno actual, los líderes religiosos y la aristocracia intentan demostrar que todo está de acuerdo con la Voluntad de Dios, la Ley Divina y la satisfacción de Dios y sus criaturas. Tales cosas, para el gobierno actual, incluyendo sus conquistas, el saqueo de mezquitas, asociaciones, escuelas, regalos, fideicomisos y obras de caridad y la observancia de ceremonias y prácticas religiosas.
Elije el liderazgo religioso para la organización central del movimiento.
Elije el concepto de imitación de sus mejores líderes para organizar adecuadamente tus energías y traer orden, disciplina y dirección.
Elije la autoridad del Imam para tener un líder responsable.
Otorga una parte de los fondos para prever la lucha sociopolítica, para las fundaciones educativas y para la enseñanza, en lugar de un sistema donde todos los fondos religiosos son recaudados por la fuerza por el gobierno que actúa como un poder de la Ley.
Elije el duelo para continuar la lucha histórica constante de los chiitas contra los usurpadores, la traición, la crueldad y las fuentes de fraude, mentiras y degeneración, y especialmente para mantener vivos los recuerdos de los mártires».
Recuerda a Ashura, cuando humilló al grupo gobernante que se hace llamar herederos de las tradiciones del Profeta, porque les recordó que en realidad eran los herederos de los asesinos y persecutores de la familia del Profeta. El chiismo te mostrará un camino de acción y responderá a la pregunta recurrente "¿Qué se debe hacer?". Te ayudará a decidir cuál es la mejor agenda para la lucha contra el gobierno de la tiranía. Evitará la lealtad a la crueldad. Proporcionará un patrón para la continuidad ininterrumpida de la historia. Declarará una lucha interminable entre los herederos de Adán y los herederos del diablo. Ashura nos recuerda la enseñanza del hecho eterno de que la versión actual del Islam (en 1972), es un Islam criminal vestido con las joyas de la tradición, y que el verdadero Islam es el Islam oculto, escondido en la capa roja del martirio.
Y finalmente, la disimulación, que creaba un camuflaje inteligente para la organización, y sus actividades, afiliaciones, liderazgo, personalidades y planes, para proteger a sus líderes, personas y grupos de ser acosados por los gobernantes del día y de la insensibilidad de la organización religiosa asociada con ellos, nadie podría calumniar al movimiento chiita mediante la excomunión y usar a las masas ignorantes contra ellos, o destruirlos mediante persecuciones, o debilitarlos mediante asesinatos, encarcelamientos y deportaciones, y así crear las mejores condiciones para la lucha y su continuación; practicando con cuidado el principio del secreto y manteniendo las condiciones distintivas de un “movimiento clandestino".
Podemos ver que durante más de ocho siglos (hasta la era de Safavida), el chiismo alauita fue más que solo un movimiento revolucionario en la historia que se opuso a todos los regímenes autocráticos con una conciencia de clase librando una lucha secreta de ideas y acciones, enfrentándose a los califatos Omeyas y Abasidas y a los reinos de los Ghaznavidas, los selyúcidas, los mongoles, los timúridos y los dos Kanatos, quienes habían hecho de la versión gubernamental de la escuela sunita su religión oficial. Como un partido revolucionario, el chiismo tenía una ideología bien organizada, informada, arraigada y bien definida, con consignas claras y comprensibles y una organización disciplinada y bien arreglada. Lideró a las masas desposeídas y oprimidas en sus movimientos por la libertad y la búsqueda de justicia. Considerándose el punto de encuentro para las demandas, la angustia y las rebeliones de los intelectuales que buscan obtener sus derechos, y para las masas en busca de justicia.
Debido a esto, a lo largo de la historia, a medida que crecía el poder de los gobernantes, aumentaron las dificultades, la injusticia, el despojo y la negación de los derechos de las personas, y la explotación de los agricultores. La desigualdad se hizo más pronunciada debido al sistema aristocrático, a las desigualdades de clase, al lavado de cerebro, a los prejuicios ideológicos, la conexión entre los teólogos y los gobernantes temporales, la pobreza y la privación de las masas, y el poder y la riqueza de los gobernantes. Cuando esto ocurrió, el frente chiita se hizo más fuerte, los eslóganes básicos del movimiento más poderosos y la lucha de los chiitas más intensa y más importante. Cambió de una escuela de pensamiento, a una forma de estudio y sectarismo religioso reservado para los intelectuales y los pocos elegidos, una forma de entender correctamente el Islam y la cultura de la gente de la casa del Profeta, cuando se enfrenta a la filosofía griega y al sufismo oriental, un movimiento sociopolítico profundamente arraigado y revolucionario de las masas, especialmente las masas rurales. Causó un gran temor entre los gobernantes autocráticos y los cuerpos religiosos hipócritas que gobiernan a la gente en nombre de la secta sunita.
Es por esta razón que los gobernantes pseudo-intelectuales y librepensadores, en cuyas cortes los judíos, cristianos, magos e incluso los materialistas disfrutaban de la libertad, el honor y la influencia, hablaban de los chiitas con tanta ira y molestia que una masacre de todos ellos no saciaría la sed de estos gobernantes. Los desollaban vivos, les pasaban varillas de hierro por los ojos, les sacaban la lengua y los quemaban vivos. Estas son todas prácticas que se usan aún hoy. ¡Llegan incluso hasta el punto de que los historiadores, teólogos e incluso filósofos y hombres piadoso de la corte consideraban que era parte de sus deberes diarios inventar cuantas acusaciones falsas, falsificaciones y registros falsificados pudieran contra los chiitas! Es en tales circunstancias que el Sultán Mahmud de Ghazni declara: "Busco un chiita en todo el mundo". Su gobierno fue el que patrocinó el decreto teológico sunita de que el matrimonio de un hombre musulmán con un "pueblo del Libro", es decir, judíos, cristianos y zoroastrianos, es legal, pero es ilegal casarse con una mujer chiita.
Con la llegada al poder de los selyúcidas, los prejuicios y las calumnias se fortalecieron contra el mundo del pensamiento y la religión. Desde el punto de vista social, el sistema feudal y de custodia acentúa el grado de explotación de las masas, especialmente los agricultores, hasta un grado insoportable. Para mantener las políticas del estado, eran necesarias las flagelaciones y la tortura, lo que resulta en la construcción de muchas pilas de cráneos y ojos.
El cuerpo religioso de la secta sunita, que desde el principio se había convertido en “el Islam del gobierno”, es antes que nada un conglomerado de creencias y reglas severas y degradadas. Transformándose en una herramienta para justificar las prácticas inhumanas de los gobernantes. Comprometiéndose con los regímenes autocráticos de los turcos Ghaznavidas, Selyúcidas y los Mongoles. Es un opio para las masas y en un instrumento para el asesinato que se utilizará para evitar cualquier pensamiento o acción que ponga en peligro los intereses de los fuertes y perjudique a los terratenientes y a los jefes feudales.
Esto es lo que hace que el chiismo, durante este período, aparezca como la fuente de la rebelión y la lucha de las masas desposeídas y oprimidas, especialmente de la población rural. Floreció maravillosamente, en múltiples facetas, y en diferentes direcciones, moderada o extrema, en forma de varios movimientos de masas contra los poderes públicos; movimientos como el terrorismo de Hasan Sabbah, la vida comunal de Qaramateh, las creencias culturales y religiosas extremistas de Ghalat y la rebelión por el libre pensamiento de algunas de las sectas sufíes de la escuela de pensamiento revolucionaria y chiita, contra los duros prejuicios y la censura despiadada y petrificadora del sistema teológico y legal vinculado al grupo gobernante. Finalmente, la escuela intelectual, moderada y rica del Imanato, se rebela como la mayor fuente del pensamiento y la cultura cuando se enfrenta a la religión y la cultura del gobierno.
La llamada entusiasta y las posibilidades de aprendizaje de esta escuela se basan en los principios gemelos del Imanato y la justicia. Lo que causa los gritos revolucionarios de Ashura y la movilización agresiva de las masas contra las condiciones existentes. Invita a las personas a esperar al Imam oculto que permanece escondido. Plantea los problemas críticos de los "signos de apariencia" y el "fin de los tiempos". Mantiene viva la esperanza de “redención después del martirio”. Promueve la idea de venganza y revuelta, la fe en la caída definitiva de los tiranos y decreta el destino de los poderes gobernantes llevando la justicia por medio de la espada. Prepara a las masas oprimidas y las incita a buscar la justicia esperando participar en la rebelión. En algunos pueblos como Kashan y Sabzevar, donde los chiitas son fuertes, montan a caballo blanco los viernes, y toda la gente del pueblo, chiitas piadosos, protestan, insatisfechos y expectantes, siguiendo al caballo fuera de la ciudad, a pesar de la oposición del gobierno y la religión dominante. Esperan la redención y la libertad de la tiranía, y el comienzo de una rebelión. Discuten preguntas que causan miedo entre la élite en el poder.
Durante la primera mitad del siglo octavo, después de las masacres masivas de Ghengis Khan y Hulaku, cuando el gobierno de los mongoles había reducido a las masas iraníes a la sumisión, la depresión, la humillación y la debilidad; cuando la venganza de Ghengis Khan era ley; cuando la espada y el verdugo eran ejecutores de la ley; cuando los Khanes y nómadas mongoles y los oficiales y jefes de las tribus mongolas gobernaban cada uno como un señor feudal sobre varias regiones y propiedades, y habían esclavizado a los campesinos de la manera más cruel; cuando, también en las ciudades, los hombres religiosos estaban mayormente al servicio de los gobernantes mongoles, llamando a las masas a someterse en nombre de 'la verdadera religión sunita' a los gobernantes pseudo-musulmanes que continuaron existiendo bajo el poder de Ghengis Khan. ¡Se circuncidaron solo para complacer los sentimientos religiosos de los musulmanes, a costa de la difusión de la cultura, la fe, la moral, la sociedad y la existencia misma de los musulmanes!
Algunos de los hombres religiosos, cuya piedad les hizo abstenerse de cooperar con los gobernantes y los tiranos, se habían encerrado en las celdas de los monasterios de los sufíes para olvidarse de todo, convirtiéndose indirectamente en el medio por el cual se pavimentaba el camino para la opresión y preparando el terreno para el asesinato. Habían dejado a la gente indefensa frente a las flagelaciones de los verdugos y ladrones mongoles, y los hombres religiosos fraudulentos.
Es en estas circunstancias cuando un predicador religioso como Salman se propuso buscar la verdad. Salman se acerca a todos aquellos que pretenden encarnar la fe religiosa. Primero se acerca al piadoso Balu para buscar el camino de la salvación en su escuela de piedad y de libertad. Allí, ve que la piedad permanece en silencio contra la tiranía. ¡Qué lástima! Qué crueldad y egoísmo, que un hombre como él debería estar rodeado de los gritos de los prisioneros, los gritos de los verdugos, la pobreza de los hambrientos, los crueles látigos que afligen el cuerpo de los desamparados y, en lugar de ofrecerse voluntariamente para defenderlos ¡simplemente se dedica a buscar su propia redención e intentar ganar el paraíso para sí mismo! Salman huye de este hombre con disgusto y va a Semnan para ver a Rukneddin Emad-od-Dowleh, cuya piedad y liderazgo en las prácticas sufíes son bien conocidos. Él encuentra que las prácticas sufíes también, como la piedad, son un medio para escapar de la realidad y las responsabilidades, alejarse del destino de las masas e ignorar la crueldad y la tiranía. Salman encuentra que los sufíes tienen un corazón tierno, sentimientos tiernos y un alma sublime. Pero, ¿cómo es que los ríos de sangre derramados por los mongoles en este país, y que la decadencia que amenaza al Islam y a las masas populares, no perturban de ninguna manera la paz de su alma y la ternura de su corazón? Salman huye de él con odio, y va a donde Sheikh ol-Islam, Imam Ghiasuddin Habibollah Hamavi en Bahrabad, para obtener conocimiento de las leyes religiosas y la teología de las verdaderas sectas sunitas que él dirige, y encontrar su camino de regreso al origen de la fuente de la verdad. Aquí, él ve una teología que descubre y discute mil problemas sobre la etiqueta del baño, pero carece por completo de la conciencia del destino maldito que enfrenta la nación.
Disgustado con todas estas falsas vestimentas de piedad, y convencido de que estas enseñanzas religiosas servían para tejer túnicas con las que cubrir el cuerpo de los oprimidos, y luego con un corazón lleno de odio hacia los crueles gobernantes mongoles, y tambaleándose de dolor por el cruel destino de las masas musulmanas, como musulmán responsable del pueblo y conocedor de los tiempos, y como protestante contra el sistema existente, habiendo perdido toda fe en los dominadores de la religión oficial, el jeque Khalifeh eligió el Islam de Ali, la escuela de la protesta y del martirio.
Vestido como un simple derviche, va a Sabzevar como un extraño solitario, se instala en la gran mezquita de la ciudad y comienza a predicar allí. Esto marca el comienzo del movimiento de liberación de Sarbedaran. Es un predicador que se rebela contra todo lo que enseña a las personas a inclinarse ante la ignorancia y la opresión, una revuelta respaldada por una fe, una escuela de pensamiento y una historia "roja": el chiismo. Poco a poco, las masas privadas comienzan a comprender, a encontrar su camino y, como resultado, a convertirse en una fuerza amenazante. El pseudo-clero oficial comienza su juego habitual de difundir rumores y luego emitir decretos religiosos, y finalmente, autorizando el asesinato, diciendo:
"Este jeque discute los asuntos mundanos en la mezquita",
"Este jeque conjetura en la mezquita y contamina la casa de Dios", y "este jeque confunde la religión del pueblo".
El pseudo-clero intenta poner a la gente en su contra y preparar el terreno para su caída. Ayudan al gobernante mongol a quitarle la vida. Escriben a los Khanes diciendo que el jeque se ha desviado de la verdadera religión sunita, y no está preparado para arrepentirse y retractarse a pesar de sus mejores esfuerzos. ¡Dicen que está propagando ideas mundanas en la mezquita y difundiendo el trabajo de los manifestantes (chiítas)! Continúan: "Su comportamiento exige la pena de muerte, y depende del Sultán Saied librar a la religión de esta peste". La difusión de rumores y el rechazo de la gente en su contra aumentan, pero el llamado del Sheikh a la comprensión, la fe y la salvación, continúa atrayendo cada vez más los corazones de las masas rurales desarraigadas y sufrientes. En la madrugada, cuando sus admiradores van como de costumbre a verlo, ven su cadáver colgado en la mezquita.
Después del asesinato del jeque, su discípulo Sheikh Hasan Juri continúa sus enseñanzas. Hace un llamado inmediato a las armas, organiza a sus discípulos y pasa a la clandestinidad. Comienza a deambular por las ciudades y sembrar las semillas de la verdad y la revuelta donde quiera que vaya, sobre la base del chiismo. El ánimo de las personas está preparado. Los corazones de las masas esclavizadas palpitan anhelando la revuelta bajo la cortina cubiertos por el secreto. Una chispa será suficiente...
Un sobrino del gobernante ingresa al pueblo de Baashteen, un pueblo a unos treinta y seis kilómetros al sur de Sabzevar, como lo hace normalmente. Con sus seguidores, entra en la casa de Abdul Razzaq, uno de los aldeanos piadosos y honorables que aún se tambalea bajo la devastadora influencia de la propaganda religiosa de los gobernantes. El séquito pide comida a los aldeanos y se les sirve debidamente. ¡Luego piden vino! Para los aldeanos, que son musulmanes y chiitas, que han sido profundamente influenciados por las palabras de Sheikh Khalifeh, llevar vino para tales bribones, además bajo amenaza, era demasiado. Sin embargo, ¡lo sirven! ¡Los invitados se intoxican! ¡Piden mujeres! Este fue el comienzo de la revuelta, ¡muy simple y rápido! El anfitrión se dirige a la gente y llama a las masas chiitas, exclama que el gobernante mongol pregunta por sus mujeres. ¿Cuál es su respuesta? Dicen "¡Estamos preparados para morir en lugar de ser tan contaminados! Nuestras mujeres para el enemigo serán nuestras espadas". El resultado es inevitable. Las masas han tomado una decisión. Matan a todo el grupo de un solo golpe. Como saben que no hay vuelta atrás, como saben que ya han elegido la muerte, dejan de vacilar. La elección de la muerte les da tanta energía que su aldea se rebela contra ese régimen sediento de sangre y tiene éxito. Los aldeanos invadieron la ciudad, luchando contra el ejército mongol y los decretos del pseudo-clero de la religión del Estado. Salen victoriosos. Su grito: "¡Salvación y justicia!" y "destrucción al poder de los mongoles y la influencia de los sacerdotes de la religión de los gobernantes y los grandes terratenientes de la clase dominante". Las víctimas de la ignorancia del pseudo-clero y los prisioneros de la opresión de los mongoles terminan uniéndose a las filas de los rebeldes. Sabzevar se convierte en un centro de poder; como un fuego que se extiende a través de la maleza seca, los guardias revolucionarios chiitas, que disfrutan del respaldo de los guerreros rurales y los campeones de las masas, y tienen la ideología de Sheikh Khalifeh y Sheikh Hasan y tipos similares de hombres bien formados, justos y misioneros van por todo Khorasan y el norte de Irán e incluso se expanden por el sur del país. Por primera vez, hace setecientos años, un movimiento revolucionario basado en el chiismo alauita lucha contra la dominación extranjera, el engaño interno, el poder de los señores feudales y los capitalistas ricos, dirigiendo un levantamiento armado liderado por campesinos, bajo la bandera de la justicia y la cultura del martirio, para la salvación de la nación esclavizada y las masas desposeídas.
Y esta es la última ola revolucionaria del chiismo alauita, el chiismo rojo, que durante setecientos años había ardido como la llama del espíritu de la revolución, la búsqueda de la libertad y la justicia, siempre poniéndose del lado de la gente común y en lucha implacablemente contra la opresión, la ignorancia y la pobreza.
Un siglo después llegaron los safavíes, y el chiismo abandonó la gran mezquita de la gente común para convertirse en el invitado principal del Palacio de 'Ali Qapu en la Mezquita Real.
¡El chiismo rojo se convierte en el chiismo negro!
La Religión del Martirio se transforma en la Religión del Duelo.
Extraído de http://www.shariati.com/english/redblack.html