Consecuencias nacionales y regionales del regalo de dos islas egipcias a Arabia Saudí
Después de conocerse que las islas Tirán y Sanafir de Egipto habían sido regaladas a Arabia Saudí, han aumentado las protestas internas contra esa decisión del gobierno egipcio. Los grupos, partidos políticos y movimientos populares egipcios, como los Hermanos Musulmanes (HHMM), Egipto Fuerte y el Movimiento Juvenil del 6 de Abril, entre otros, han llamado al pueblo a participar en las protestas contra el regalo del presidente Abdel Fatah al-Sisi a los Al Saud.
La media de Al-Sisi, sin embargo, ha fortalecido la oposición en la comunidad egipcia, puesto que es la primera vez que los opositores y los seguidores del Gobierno egipcio, pese a todas las discrepancias, están de acuerdo en “condenar el regalo de las islas egipcias a Arabia Saudí”.
Ante estas protestas, el Ministerio del Interior de Egipto ha afirmado que respetará al derecho a la libertad de expresión y señala, en un comunicado, citando informes, que los Hermanos Musulmanes han iniciado actos de provocación para crear el caos en el país. Al tomar esta postura, el Gobierno de El Cairo intenta incluir a los indignados entre los Hermanos Musulmanes para, con este pretexto, reprimir más que antes a los miembros de este movimiento.
Considerando los intereses transregionales respecto a la entrega de estas islas a Arabia Saudí, se desprende que si aumentan las presiones, el gobierno egipcio tendrá que rendirse ante la demanda popular o enfrentar la fuerza creciente del levantamiento en ese país.
A cambio de la entrega de las dos islas Arabia Saudí, Egipto ha recibido dinero y préstamos, oportunidades de inversión y garantizado el suministro de productos petrolíferos por un período de cinco años. Teniendo en cuenta los problemas económicos del pueblo egipcio, parece que el gobierno puede apagar las protestas justificando que su decisión tiene como objetivo mejorar la situación económica y de la vida del pueblo. Estas protestas podrían ampliarse al principio, sin embargo, el apoyo de los países occidentales, especialmente de EEUU, no permitirá que se conviertan en una revolución o levantamiento popular.
En el caso del aumento de las protestas —poco probable debido al fracaso de los levantamientos anteriores— podrían agravarse los hechos debido a la presencia de las fuerzas de seguridad egipcias.
Consecuencias regionales de la entrega de las islas egipcias a Arabia Saudí
Primero, favorecerá el suministro de petróleo del régimen israelí ya que el oleoducto que llevará petróleo de Arabia Saudí hacia Europa pasará a través de dichas islas a la península Sinaí hasta el puerto de Haifa, en el norte de los territorios ocupados.
Segundo, ahondará la cooperación entre Arabia Saudí y el régimen de Israel. Estas dos islas son el inicio de la reconciliaciones entre Al Saud y los sionistas. Anteriormente Arabia Saudí había entregado una parte de su territorio a Jordania y estas dos islas a Egipto y, después, alegaba que no tenía ninguna relación con el régimen de Tel Aviv. Mientras tanto, las agencias de seguridad israelíes y saudíes cooperaban y no se atrevían revelar estas colaboraciones. Según los informes occidentales, estas islas pueden allanar el terreno para las cooperaciones militares entre Arabia Saudí y el régimen de Israel como establecer las unidades de reacción militar, radares, plataformas de satélites y de vigilancia y la guerra electrónica. Estas cooperaciones pueden ser continuas en el marco de un consentimiento mutuo y también servirán para determinar los amigos y enemigos comunes.
Tercero, dada la importancia geopolítica de Tirán y Sanafir, ya que no solo son las islas más cercanas a la ciudad estratégica de Sharm el-Sheij (en la península Sinaí) sino que, además de considerarse una entrada al golfo de Aqaba, una vía que es muy importante para Israel y la península Sinaí, se encuentran casi en la entrada del canal de Suez, por tanto, si Al Saud las domina, tendrá la oportunidad de amenazar al mundo con cerrar este canal y el golfo de Aqaba.
Cuarto, la situación geográfica de estas islas, ubicadas cerca del golfo de Aqaba, favorece los intereses de seguridad del régimen de Tel Aviv. Por lo tanto, Israel está de acuerdo con el pacto firmado entre Egipto y Arabia Saudí y considera “positiva” la actitud y la estrategia de Riad ante sí mismo.
Además, al tomar la soberanía de las islas Tirán y Sanafir, Riad también tiene como objetivo crear un eje formado por Arabia Saudí, Egipto, Turquía e Israel. Según los medios de comunicación israelíes, el régimen de Tel Aviv ha acogido el pacto saudí-egipcio y lo considera un paso útil para aprovecharse de la geografía regional en el marco de las oportunidades de convergencia entre Israel y sus vecinos.
Los israelíes, además, están de acuerdo con la postura adoptada por Arabia Saudí ante los capítulos del acuerdo de Camp David relacionados con estas islas. Según el canal dos de la televisión israelí, los saudíes se comprometieron a cumplir con todas las obligaciones vinculadas con el capítulo militar del acuerdo de Camp David.
Por lo tanto, Israel está convencido de que Arabia Saudí garantiza sus intereses de seguridad. Esto también muestra el compromiso directo de Arabia Saudí con el acuerdo de Camp David. De esta manera, se puede decir que Arabia Saudí es la cuarta parte del acuerdo de Camp David además de Estados Unidos, Egipto e Israel.
Turki al Faisal: Arabia quiere una cooperación global con Israel
El antiguo jefe de la Inteligencia saudí, Turki al Faisal, ha mostrado el deseo del reino para comenzar una cooperación global con Israel en todos los campos.
Al Faisal dijo a Yaakov Amidror, un antiguo general y consejero de Seguridad Nacional de Israel, durante un diálogo promovido por el Washington Institute for Near East Policy, una entidad pro-israelí, durante un encuentro de ambos en EEUU que “la riqueza judía y el cerebro árabe” pueden alcanzar numerosos logros en varios campos.
Por su parte, Amidror señaló que la entidad sionista está profundamente preocupada por el programa nuclear de Irán, insistiendo en que Irán podría “obtener un arma nuclear”. Arabia Saudí es también un país que se opone a que Irán tenga un programa nuclear civil.
Armidror citó también la “seria amenaza” del poder misilístico de Hezbolá, señalando que el movimiento de Resistencia libanés posee más de 100.000 misiles y cohetes, algunos de los cuales pueden alcanzar cualquier punto en Israel.
El miembro del Consejo de la Shura, Anwar Eshki, ha mantenido asimismo varios encuentros con responsables israelíes.
Alwaght - Al Manar