España tras las elecciones, ¿quién gobernará?
El pasado día domingo 10 de noviembre se celebraron en España las segundas elecciones parlamentarias en 2019 puesto que tras las elecciones del pasado abril no hubo ningún acuerdo entre partidos para nombrar a un nuevo presidente del Gobierno. En consecuencia, se tuvieron que volver a celebrar elecciones y ahora se abre un nuevo escenario de negociaciones en un trasfondo de incertidumbre económica, política y social.
En lo económico porque sigue planeando la sombra de la crisis financiera desde 2008. En lo político porque no se sabe si se formará un nuevo gobierno y cuál será su estabilidad. Y en lo social porque sigue escalando la fractura ideológica y crece la sombra de las “dos Españas”.
Y la más importante es la fractura social que se destaca especialmente en Cataluña donde tiene lugar un repunte de la violencia por grupos separatistas especialmente enardecidos tras la sentencia del Tribunal Supremo en octubre de 2019 por la cual eran condenados 12 de los detenidos por haber sido considerados como dirigentes del referéndum ilegal de separación que organizaron el 1 de octubre de 2017. Las condenas de prisión varían de los 9 a los 13 años por cargos de sedición y malversación, y sin prisión pero con multa por cargo de desobediencia. Y también van acompañadas por inhabilitación para presentarse a elecciones. Otros líderes separatistas habían huido desde 2017 a otros países, especialmente Suiza, y la fuga más destacada es el caso del ex-presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, que aún sigue fuera de España y sin que su situación judicial esté resuelta.
No obstante, es importante señalar que el desafío separatista partió de la derecha liberal de “Convergencia i Unió” (CIU) a partir de 2010. Entonces empezaron a hablar de independencia abiertamente y culparon de la mala situación económica derivada de la crisis financiera mundial (desde 2008) al hecho de que Cataluña no era independiente. A partir de ese momento la derecha liberal nacionalista se volvió también separatista y avivaron los odios y tensiones territoriales: La culpa de todo lo malo era de España, según afirmaban. No obstante, el gobierno regional de Cataluña en manos de CIU, se dedicaba a los recortes sociales especialmente en Educación y Sanidad, los cuales eran de su competencia por transferencias desde la década de 1990, pero, culpaban al gobierno de España por las cosas malas y gritaban “independencia” aún más fuerte. Es decir, han tapado las políticas de derecha liberal con el independentismo, pero esto abocó a CIU a su ruptura y desaparición como partido, siendo reemplazados por “Esquerra Republicana” (ERC), que son ahora el partido nacionalista/separatista con más votos, y son los que ahora se disputan el liderazgo de los independentistas frente al fugado ex-presidente Carles Puigdemont y su partido JXCAT.
Cambios sorpresivos e incertidumbre desde verano de 2018
Allá por el día 1 de junio de 2018 se aprobó en el Congreso de los Diputados una moción de censura por la cual se expulsaba al entonces presidente Mariano Rajoy (Partido Popular), y se nombraba nuevo presidente a Pedro Sánchez (Partido Socialista). Esa sorpresa histórica en la política Española aparentaba traer algún cambio para mejor. No obstante la situación en España ha ido empeorando, o por la inoperancia del presidente Sánchez o por sus acciones que han traído más tensiones y problemas sociales.
La situación en España ha seguido marcada por el desempleo y la precariedad laboral pero son temas eclipsados de la agenda pública por la situación en Cataluña y la gran distracción masiva creada por el presidente Sánchez desde su inicio en el cargo: La exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos. Esto último fue un drama mediático que se alargó hasta octubre de 2019, coincidiendo (por casualidad o causalidad) con la sentencia a los dirigentes separatistas condenados por el referéndum secesionista del 1 de octubre de 2017.
Cabe destacar que las elecciones generales del pasado abril dieron 24 escaños para el partido Vox en el Congreso de los Diputados. De esta manera es un nuevo partido que ha irrumpido en la política española tras su entrada política en el parlamento regional de Andalucía con 12 escaños (elecciones del 2 de diciembre de 2018). Los grandes medios de comunicación en España, con mayor o menor radicalismo, han acusado a Vox de ser un partido “muy radical”, “ultraderechista”, o incluso “fascista”, pretendiendo que haya un miedo masivo en la sociedad hacia este nuevo partido. Todo ello en un contexto de fracturas multinivel que no paran de crecer. No obstante, no hay base alguna para considerar a Vox como partido populista al estilo de otras fuerzas emergentes en Europa, puesto que Vox es un partido surgido de la derecha neoliberal del Partido Popular y orientada por completo hacia Estados Unidos y la OTAN. No obstante, han abierto debate sobre algunos temas sociales en que la "izquierda" era hegemónica hasta el momento.
En cuanto a las líneas generales de esta campaña electoral es importante destacar el cansancio social hacia los políticos puesto que se ha notado fuertemente en esta campaña electoral que comenzó sin los grandes espectáculos de inauguración, como habían sido habituales. No hubo inundación de carteles electorales por todas las ciudades y apenas se percibió la campaña electoral, ya que la percepción general es que los políticos del parlamento no han sido capaces de acordar un nuevo gobierno y eso nos lleva a más incertidumbre y a más gasto innecesario en nuevas elecciones.
No obstante, destaca el caso de la formación izquierdista “Unidas Podemos” porque es donde más se esforzaron por hacer una campaña política activa, para ganarse de nuevo a su electorado perdido tras años de crisis interna y desprestigio de su líder, Pablo Iglesias. Siendo el caso más repetido el de su mudanza a una mansión en Galapagar, uno de los municipios más ricos del área metropolitana de Madrid, proviniendo de uno de los barrios obreros más típicos de Madrid. Y siendo su casa vigilada las 24 horas por la Guardia Civil, tras haberla criticado fuerte y públicamente durante los años anteriores. Pero lo más importante fue el tema del abandono, expulsión o renuncia de sus principales figuras dirigentes, siendo la más destacada la pérdida de Iñigo Errejón, la “mente maestra” de la estrategia política de Podemos desde su fundación y amigo íntimo de Pablo Iglesias. Errejón se lanzó a la política municipal en las elecciones de mayo de 2019, donde se convirtió en una fuerza importante tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad de Madrid. Y tal fue su importancia que sobrepasaron con mucho a los resultados de Unidas Podemos.
Con estos resultados ¿quién puede gobernar?
A la vista de los resultados, el cambio más abrupto ha acontecido en la "derecha" por la debacle de partido “Ciudadanos”, que ha perdido 47 escaños (quedándose ahora en 10 escaños), mientras que el histórico “Partido Popular” subió en 22 escaños, y la sorpresa de “Vox” subió en 28 escaños. En el caso de “Vox” fue la gran sorpresa de la noche electoral porque las encuestas nunca les vaticinaban un resultado similar. Especialmente la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la referencia española en encuestas, estimaba entre 14 y 21 escaños para Vox, y la realidad han sido 52. Por otro lado, también otorgaba un pequeño aumento a Unidas Podemos (y en la realidad han pasado de 42 a 35 escaños), e incluso al Partido Socialista (en el gobierno provisional), la encuesta le daba un incremento desde los 123 escaños hasta un intervalo entre 133 y 150 escaños. La realidad ha sido una pérdida de 2 escaños, quedándose en 120.
Como apunte adicional sobre la jornada post-electoral, tenemos como resultado en Ciudadanos la dimisión de su dirigente, Albert Rivera tras 13 años al frente de ese partido, debida a los malísimos resultados obtenidos. Así mismo el lunes 11 de noviembre grupos separatistas catalanes han intentado cortar con barricadas el paso fronterizo de la Junquera, que es el más transitado entre España y Francia, y siguen llamando a más movilizaciones que como todas las anteriores solamente afectan a los trabajadores y no a los políticos en el poder. Recordemos que son cortes en autopistas y aeropuertos, y no ante los edificios de las instituciones políticas.
Así visto, con dichos resultados electorales, se pueden conformar las siguientes coaliciones para nombrar al nuevo presidente. Opciones que podrían conducir a diferentes escenarios.
- La posible “coalición de izquierdas” encabezada por Pedro Sánchez y el Partido Socialista. Esta sería la que tiene más probabilidades de conseguir una mayoría absoluta (176 escaños) en el Congreso de los Diputados. Esta coalición podría contar inicialmente con los apoyos del Partido Socialista (121), Unidas Podemos (35) y Más País (3), hasta ahí, un total de 158 escaños. Para llegar a la mayoría absoluta necesitarían el apoyo de al menos dos partidos minoritarios, uno de ellos podría ser “Ciudadanos” (10) pero igualmente necesita el apoyo de algún partido separatista/nacionalista, como el Partido Nacionalista Vasco (7). Y en ese escenario conseguirían 175 escaños, solo a 1 de la mayoría absoluta que puede ser lograda por el apoyo de algún otro partido regional, y aquí hay 5 opciones: Canarias (2), Navarra (2), Galicia (1), Cantabria (1), Teruel (1). No obstante, en la segunda vuelta para el nombramiento del Presidente por el Parlamento se requiere mayoría simple, y entonces ahí el Partido Socialista de Sánchez solo necesitaría más votos a favor que en contra, es decir, que al menos se abstuvieran de votar en contra aquellos partidos que no les apoyaran. Finalmente, en esta coalición de izquierdas encabezada por Sánchez, tendrá lugar un debate sobre cómo conseguir el apoyo de los 3 partidos separatistas catalanes (23 escaños en total) y a qué precio lo recibirían, puesto que sigue muy vivo el debate territorial, el impulso separatista, y la sentencia a los condenados por el intento de referéndum separatista (1 de octubre de 2017).
- La posible “coalición de derechas”, encabezada por Pablo Casado y el Partido Popular (88 escaños). En este caso el partido mayoritario estaría seguido muy de cerca por el partido Vox de Santiago Abascal (52), en la cual, un posible tercer socio sería el partido Ciudadanos (10) pero de momento no se sabe cuál será el futuro de su cúpula dirigente comenzando por Albert Rivera. En total, los tres partidos sumarían 150 escaños. Aún necesitarían 26 más para conseguir la mayoría absoluta en un posible nombramiento presidencial. Si sumáramos los votos de los partidos regionales no separatistas, serían 6 escaños más procedentes de: Coalición Canaria (2), Navarra Suma (2), Partido Regionalista de Cantabria (1), ¡Teruel Existe! (1). En este escenario, el máximo de escaños que podrían aglutinar es de 156.
¿Quién será el próximo presidente y a qué situación conducirá?
Ahí tenemos la extensa pregunta que se hace ahora mismo la gran mayoría de españoles, porque nadie sabe si en esta ocasión habrá un acuerdo para nombrar Presidente del Gobierno, y en ese caso, cuál será el precio de los apoyos que Sánchez necesitaría, especialmente de los apoyos nacionalistas/separatistas. En los últimos 40 años de democracia occidental en España, tales partidos nacionalistas/separatistas de las regiones vasca y catalana han sido la llave para formar Gobierno cuando alguno de los grandes partidos nacionales no conseguía mayoría absoluta en el Congreso. Es decir que tanto Partido Socialista como Partido Popular en ocasiones necesitaron esos apoyos para nombrar un gobierno favorable a uno de esos dos grandes partidos. Las condiciones de los apoyos siempre han sido el otorgamiento de más competencias a esas dos regiones, es decir, la progresiva transformación de dos regiones a dos semi-Estados dentro de España. El contexto actual es el desafío separatista en Cataluña, y el debate territorial está en la agenda pública, y todos los medios de comunicación y políticos hablan de ello.
En este escenario podemos pensar que de algún modo se resolverá la situación de crisis territorial y se nombrará un nuevo Gobierno. Por otro lado podemos entender que los políticos actuales no buscan soluciones sino solamente alargar los problemas lo máximo en el tiempo, de manera que siempre puedan controlar y dirigir la agenda pública y así mantener este “circo político” con que entretener a las masas. La cuestión es que ese circo político está conduciendo a un creciente enfrentamiento social por culpa de políticos a los que les importan únicamente sus intereses personales.
A nivel interior, los temas que siempre resultan inabordados o apenas mencionados son los más relativos a las cuestiones sociales como Educación, Sanidad, Pensiones, Precariedad Laboral. Es decir, los temas que más afectan a la mayoria de españoles son los que menos tiempo reciben de debate en los medios masivos de comunicación, mientras que los temas en disputa creados artificialmente por la clase política son los temas siempre recurrentes.
Y finamente, es importante destacar que estos artificiales debates internos, fruto de políticos más cercanos a un parásito que a un gestor, producen la indecisión internacional de España en el mundo porque geopolíticamente estamos en un centro de paso mundial. España puede ser un pivote de importancia global pero sistemáticamente se halla hundida en dicho debate interno.
En consecuencia, lo único que parece seguro es el hecho de que en España se espera algún pacto de gobierno por lo menos para resolver la situación temporalmente, ya que unas terceras elecciones dentro de 6 meses resultarían intolerables para una sociedad cansada de incertidumbre y corrupción desde la clase política. El hartazgo social con respecto a los políticos convencionales es lo único que sigue creciendo sin parar, y esta es una vulnerabilidad del sistema o visto en sentido opuesto, una posibilidad para el desarrollo de protestas masivas como las que acontecen recientemente en países suramericanos como Ecuador y Chile.