Rusia, Turquía y la OTAN
El fracaso del intento golpista pro-americano en Turquía y la respuesta doméstica de Erdogán tendrán implicaciones ampliamente negativas para las relaciones entre EEUU y Turquía y para los lazos de Ankara con la OTAN. Es altamente improbable que cualquiera de esas sea formalmente afectada debido a incrementada susceptibilidad entorno a ellas, pero en la práctica, uno puede esperar el deterioro de relaciones entre los dos. Esto es porque los EEUU controlan la OTAN, así si se deterioran los lazos americano-turcos, entonces los lazos OTAN-Turquía en consecuencia también se deteriorarán.
Los funcionarios del gobierno turco y medios pro-gubernamentales ya han acusado a los EEUU de orquestar el fallido intento golpista, habiendo un consenso general acerca de que aquello fue representado para sabotear la sorpresiva distensión turco-rusa que estaba preparada para convertirse en un cambio de juego geopolítico en medio-oriente. Esta teoría también explica por qué el golpe fracasó, a saber, porque fue hecho a pisas y los conspiradores no tuvieron suficiente tiempo para poner sus planes en orden como ellos habían imaginado originalmente.
Las medidas de respuesta de Erdogán para “limpiar” las instituciones estatales (o “purgarlas”, como los medios internacionales comúnmente lo describen) ya equivalen a una flagrante violación perceptivamente de la comprensión de las “normas democráticas occidentales”, y así Erdogan ya está en mala posición con sus “socios” occidentales” a causa de esto.
Si el gobierno reintroduce la pena de muerte para algunos de los conspiradores durante el estado de emergencia de tres meses, entonces detendría definitivamente toda forma de mejora en la integración institucional occidental con Turquía, particularmente en relación a la UE. En relación con la OTAN, la reaproximación de Erdogán con Rusia probablemente se tomará sobre una dimensión militar, pues el lado turco justo dijo públicamente que ellos van a tratar sobre cooperación militar conjunta con sus homólogos rusos contra daesh y al-nusra.
No está claro si esto conducirá a que las autoridades turcas ordenen a los estados de la OTAN y países del golfo a que reduzcan sus operaciones aéreas de Incirlik, pero puede asumirse con seguridad que Ankara no les permitirá en cualquier caso que interfieran con la potencial cooperación militar anti-terrorista del país con Rusia.
Si ellos lo hacen (o son percibidos o convincentemente acusados de hacerlo), entonces Erdogán sin duda restringirá su uso de la instalación estratégica y quizás ordene a la parte acusada que retire totalmente sus fuerzas de la base.