El bloque euroasiático en Turquía: Erdogan y los kemalistas contra Gülen y los EE.UU.
El 15 de julio, alrededor de las 23:00, la prensa informó de un golpe de estado militar en Turquía. En Ankara, se oyeron disparos y había aviones militares y helicópteros sobre la ciudad. En cuestión de minutos, el primer ministro turco Yildirim anunció un intento de golpe militar. Los principales aeropuertos del país se cerraron y muchos vuelos se retrasaron o cancelaron. Alrededor de la medianoche, fue impuesta la ley marcial en el país. Los acontecimientos rápidamente se desarrollaron. los medios de comunicación del mundo, bajo el control de las élites globalistas, empezaron a cubrir los acontecimientos como si los rebeldes casi hubieran tenido éxito. Los medios de comunicación difunden activamente los rumores de que el presidente Erdogan, según se informaba, había huido del país.
De hecho, el presidente estaba dispuesto a luchar hasta el último minuto, e instó al pueblo turco a salir a las calles para defender la democracia: "Espero a toda nuestra gente en las calles, en las plazas. No creo que los que intentaron el golpe hayan alcanzado su objetivo, y ellos sufrirán el castigo más severo", dijo el presidente turco. Cientos de miles de ciudadanos turcos salieron a la calle. A eso de las dos de la mañana, el primer ministro Binali Yildirim dijo que los instigadores del golpe fueron detenidos. El portavoz de la inteligencia turca, Nuh Yilmaz, confirmó esta noticia.A eso de las cuatro de la mañana, Erdogan se dirigió a la nación y señaló directamente a los instigadores del golpe de Estado.
Amotinados dirigidos desde los Estados Unidos
El intento de golpe militar fue llevada a cabo por los partidarios del líder islamista Fethullah Gülen y su movimiento "Khizmat". Gülen vive en Pennsylvania, en los Estados Unidos, y coopera con las agencias de inteligencia de los EE.UU.. Es conocido como el principal oponente de Erdogan, antes su aliado. Fueron las estructuras de Gülen las que estaban detrás del notorio caso "Ergenekon", cuando miles de militares de alto rango fueron enviados a la cárcel, incluyendo toda la cúpula del Estado Mayor turco.
La red de Gülen actuó por órdenes de los EE.UU. una vez que los altos mandos Kemalistas, cuyo ideólogo es el destacado político Dogu Perincek, plantearon la cuestión de acelerar radicalmente el curso del acercamiento de Turquía con Rusia, Irán y China, e incluso salir de la OTAN. La estructura de Gülen penetró hasta el escalón más alto de los servicios gubernamentales y de inteligencia. Erdogan entiendó el peligro de esta secta sólo en el último momento, cuando los gulenistas, una vez más a las órdenes de los Estados Unidos, intentaron llevar a cabo una revolución de color en la plaza Taksim, tratando de unir a Kemalistas, liberales y todo aquel que se opone a Erdogan. Las purgas siguientes, sin embargo, no liquidaron toda la estructura.
El intento de golpe militar pro-estadounidense se hizo en el mismo momento en que Erdogan cambió su curso en la política exterior y comenzó a construir una alianza estratégica a lo largo del eje de Ankara-Moscú, incluyendo el cambio de su posición sobre el tema sirio. Con el fin de evitar la creación de un eje euroasiático Ankara-Moscú, los EE.UU. trataron de organizar un golpe de estado recurriendo a sus redes (el movimiento "Khizmat" y los partidarios del líder islamista Gülen, residente en los Estados Unidos y que coopera activamente con las agencias de inteligencia de los Estados Unidos).
Un factor importante que incitó a los conspiradores a la acción decisiva fue la divulgación previa de la red de partidarios de Gülen en las fuerzas armadas de Turquía. Una semana antes, se inició una investigación sobre la mayoría de los participantes en el motín que involucraba principalmente a oficiales de nivel medio de la Fuerza Aérea y la Gendarmería. Se les acusó de crear una estructura paralela ligada a Gülen y por lo tanto a sus comisarios estadounidenses. Las agencias de inteligencia de Estados Unidos dieron luz verde a un golpe de Estado con el fin de evitar la liquidación efectiva de sus redes. A juzgar por las acciones de los rebeldes, que bombardearon la residencia del Presidente, la tarea incluía, como mínimo, la eliminación física del presidente y del primer ministro. De esta manera, incluso en el caso del fracaso del golpe, el pro-estadounidense Ahmet Davutoglu tendría la mejor oportunidad de llegar al poder, siendo el único líder fuerte y popular que quedaría en el Partido de la Justicia y el Desarrollo.
La Fuerza Aérea de Turquía es la rama más pro-estadounidense de los militares turcos. El intento de golpe también revela la existencia de la red de Gülen en la Fuerza Aérea, responsable de arruinar las relaciones ruso-turcas, como ya explicó anteriormente Katehon. Según el alcalde de Ankara, Melih Gökçek, entre los militares que organizaron el motín "se encontraba el hombre que estuvo involucrado en el incidente con el Su-24 ruso". Según algunas fuentes, el piloto era miembro de la "banda" de Gülen, conocido como el "estado paralelo".
El alcalde de la capital de Turquía declaró: "Fue este estado paralelo el que estropeó nuestras relaciones con Rusia. Estoy diciendo al cien por cien que uno de los pilotos de esta estructura fue el que participó en el incidente [con el Su-24]. Fue uno de los participantes del golpe. Hasta hoy, hemos mantenido esto entre nosotros mismos y no lo hemos anunciado. Pero yo, Melih Gökçek, digo que fueron estos sinvergüenzas quienes estropearon nuestras relaciones con Rusia".
Sin embargo, el intento de golpe fracasó. Podemos predecir una escalada de la tensión entre los EE.UU. y Turquía, ya que Turquía puede plantear la cuestión de la retirada de la OTAN. Cabe esperar el desarrollo de la asociación estratégica con Rusia.
El fallido golpe ha marcado un cambio en el equilibrio en la élite turca. Anteriormente, se podía dividir en tres grupos principales: los kemalistas, compuestos sobre todo por los círculos militares (que estaban en contra de que se iniciara el caso Ergenekon), los seguidores de Gülen, y los islamistas moderados de Erdogan. Tras la renuncia de Ahmet Davutoglu y el cambio de rumbo geopolítico de Turquía hacia el acercamiento con Rusia y Siria, las posiciones de política exterior de Erdogan y sus aliados se iban a acercando a los kemalistas. El hecho de que el alto mando militar y la mayor parte del ejército no apoyaran el motín evidencia de la formación de una alianza entre Erdogan y los kemalistas. La geopolítica juega un papel importante aquí. Los gulenistas seguramente intentaron alistar a los partidarios del nacionalismo secular turco al mismo tiempo que abandonaban las diferencias en la política interna. Pero la geopolítica demostraron ser más importante.
Es significativo que en esta situación, el pueblo turco apoyó casi unánimemente al no demasiado popular Erdogan porque sus oponentes traían consigo el fin inevitable de Turquía, al igual que cualquiera que no trabaja por los intereses nacionales, sino por los intereses de la moribunda hegemonía de los EE.UU..