Turquía: La trastienda de un golpe de Estado que apunta a Occidente

26.07.2016

El fallido golpe de Estado en Turquía está generando ríos de tinta. En una campaña bien orquestada por los poderes atlantistas se habla ahora de “autogolpe” o se pone atención en el “contragolpe” de Erdogan por las duras purgas que está llevando a cabo en todos los escalones sociales del país. Campaña fácil de hacer, puesto que el presidente turco se ha ganado la antipatía de gran parte de la opinión pública, tanto por su forma de gobernar en el interior como por su complicidad en la Geopolítica del Caos llevada a cabo por EEUU y sus aliados en el Oriente Medio.

Pero un análisis más cuidadoso de los datos y de los procesos que hemos presenciado en los últimos meses claramente induce a pensar que para los atlantistas Erdogan había dejado de ser un elemento fiable, quizás por su ambición neootomana o por su aspiración a sustituir a Arabia Saudita como el puntal privilegiado de Occidente en la zona.

En cualquier caso, las cosas ya pintaban mal para Erdogan desde hacía muchos meses cuando se pusieron en marcha mecanismos que debían sacarle del poder y sustituirlo por alguien más fiable y manejable.

Para ello, previamente era imprescindible romper las buenas relaciones que Turquía mantenía con la Rusia de Putin, donde se había llegado a acuerdos estratégicos para oleoductos por el Mar Negro, ampliación de contratos industriales o un creciente intercambio comercial que favorecía a los dos países. La intervención de Rusia en el conflicto sirio permitía una operación encubierta que enturbiara drásticamente estas buenas relaciones. Y esa operación llegó. Las relaciones entre Rusia y Turquía saltaron hechas añicos cuando el 24 de noviembre 2015, un bombardero ruso indefenso fue derribado sobre Siria por aviones de guerra turcos matando a su piloto.

Objetivo conseguido. Ahora sabemos que los pilotos turcos que derribaron al avión ruso eran parte de la trama golpista y han sido detenidos.

Analizando de forma conjunta las noticias que han ido apareciendo en fuentes abiertas es posible reconstruir la trama que lleva al golpe de Estado y su fracaso, avisando siempre que algunos datos son de muy difícil contrastación en estos momentos, pero sí podemos decir que encajan perfectamente en la trama general.

En octubre de 2015 se produce un atentado indiscriminado en Ankara con un centenar de muertos. Algunos medios ya señalaban que el oscuro atentado de Ankara trata de forzar un golpe de estado para derrocar al presidente Erdogan.

El atentado perpetrado en Ankara, que ha dejado un centenar de muertos, tiene como objetivo crear un clima de terror generalizado en toda Turquía que facilite un golpe de Estado para derrocar al presidente Tayib Erdogan”. “Tayib Erdogan, líder del Partido de la Justicia y la Prosperidad (AKP), la formación islamista en el poder en Turquia desde hace 14 años, se ha convertido en un obstáculo para el estamento militar y los servicios de seguridad turcos. En las elecciones que se han venido sucediendo en Turquía desde 2001, el AKP ha pasado de una mayoría absoluta de hasta 363 escaños de los 550 del Parlamento, a una mayoría simple de 258 en los últimos comicios del 7 de junio”.

Ya entonces, los servicios de inteligencia árabes e israelíes barajaban dos escenarios posibles acerca de los atentados terroristas que vienen sacudiendo Turquía en los últimos tiempos y sus consecuencias. En ambos escenarios, el principal perdedor sería el presidente Erdogan.

“En el primero de ellos Erdogan, a quien se culpabiliza de no haber sido capaz de impedir la mayor masacre cometida en Turquía con un atentado, sería remplazado por un miembro moderado de corte islámico como Fethullah Gülen. Gülen ha creado un movimiento social llamado por sus seguidores Hizmet (El Servicio) con extensas ramificaciones en el aparato del Estado, en particular en la policía, en los servicios de inteligencia y en la magistratura. Fethullah Gülen reside actualmente en Estados Unidos, donde se encuentra “refugiado” y se le sospecha estrechos vínculos con la CIA y el Departamento de Estado. El segundo escenario señala a grupos de los servicios de seguridad como los inductores del atentado, con el mismo objetivo: derrocar a Erdogan. En este caso las consecuencias serían más directas, pues estaríamos en la fase inicial de un nuevo golpe de estado que se añadiría a los ya realizados por las fuerzas armadas en los años 60, 70 y 80 del siglo pasado”.

Erdogan convocó elecciones generales anticipadas para el 1 de noviembre, tras fracasar las negociaciones para formar un Gobierno de coalición. El líder del AKP ha sido el presidente turco que ha causado más estragos en el aparato militar del país. No sólo por haber desmantelado la trama golpista, entre juicios, dimisiones y jubilaciones anticipadas, sino sobre todo por haber mermado considerablemente la capacidad de las fuerzas armadas integradas por 630.000 militares. El malestar militar provocado por la presidencia de Erdogan no se debe exclusivamente al hecho de haber purgado al ejército de elementos golpistas y corruptos, existe también un descontento por situar a las fuerzas armadas en un segundo plano de la geoestrategia regional. El llamado “Plan Erdogan” para hacer frente a la guerra en Siria e Iraq, que en realidad se trata del apoyo logístico al Estado Islámico de acuerdo con el Pentágono y la OTAN, deja al ejército turco en una situación delicada ante sus vecinos, en especial Irán.

Erdogan propuso a los aliados occidentales crear una “zona tapón” entre Turquía, Siria e Iraq bajo el control de los Ejércitos de la OTAN. Toda la zona fronteriza se encuentra bajo el dominio de bases de Estados Unidos. La inteligencia militar turca estaba persuadida de que, en realidad, el “Plan Erdogan” ha sido diseñado por el Pentágono. De hecho, el país pierde poco a poco su identidad nacional para convertirse en territorio avanzado de la OTAN para operar en Oriente Próximo. La Alianza Atlántica posee más de 20 bases militares en Turquía, tanto aéreas como navales. Dispone además de instalaciones dedicadas al espionaje electrónico, y desde 2013 ha reforzado su potencial con 6 baterías de misiles Patriot. La totalidad de estas bases, sobre las que Turquía no ejerce soberanía, están dirigidas por generales norteamericanos y de los países miembros de la OTAN. A ello se añade que la Alianza Atlántica posee en Esmirna uno de sus cuarteles generales terrestres más importantes, el Landcom. El Landcom está al mando del general norteamericano Frederick Benjamin (Ben) Hodges, y forma parte de la Fuerza Conjunta Aliada (JFC, por sus siglas en inglés), cuyo cuartel general se encuentra en Lago Patria (Nápoles) a las órdenes del almirante Mark E. Ferguson.

Tras el incidente del avión ruso que tiene como consecuencia la práctica ruptura de relaciones entre Rusia y Turquía, la trama para acabar con erdogan se acelera.  Algunos medios y la misteriosa bloguera Sorcha Faal publicaban, el pasado 2 de diciembre de 2015, que existía un informe del Ministerio de Defensa ruso en el que

el presidente Putin ha ordenado a los aviones de mando y control Ilyushin-80 de la Federación, diseñados para su uso durante una guerra nuclear (también conocido como aviones "del Juicio Final"), prepararse para las operaciones de guerra en todo el mundo quince días después de que analistas de inteligencia militar descubrieran un  complot de Estados Unidos y facciones del gobierno turco para derribar el presidente de Turquía, Recep Erdogan y reemplazarlo por el agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Fethullah Gülen, utilizando a terroristas del Estado Islámico como 'palanca'". 

Es decir, la trama del régimen de Obama para asesinar al presidente Erdogan fue descubierta por el Ministerio de Defensa ruso hace siete meses.

De acuerdo con este informe, la trama de la CIA para derrocar al actual gobierno de Turquía se inició en 2008 por la Agencia con el apoyo del American Enterprise Institute (AEI), cuyos miembros del consejo son individuos conectados con el ejército estadounidense, entre ellos el ex vicepresidente de Estados Unidos, Richard Cheney. Para esta operación, la CIA habría escogido como sustituto de Erdogan al imán turco Fethullah Gülen, que llegó a la Estados Unidos en 1999 debido a "problemas de salud" y ha permanecido allí desde la obtención de su visado con la ayuda de los ex funcionarios de la CIA. El FBI, sin embargo, se resistió a la concesión de la residencia permanente a Gülen y, según cables secretos desvelados por Wikileaks, partes del gobierno estadounidense han creído durante mucho tiempo que Gülen "es un "islamista radical" cuyo mensaje moderado encubre una agenda más siniestra y radical". Poco después de que la CIA captara a Gülen en los Estados Unidos, el presidente Erdogan estableció en Turquía el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), en el año 2001, como una plataforma “musulmana moderada” deseada por la AEI para efectuar un cambio en todo el Oriente Medio utilizando parte de la riqueza de Gülen, estimada entre 22-50 mil millones de dólares. En 2013, sin embargo, el ya primer ministro Erdogan descubrió el complot de la CIA-Gülen contra sí mismo y Turquía, públicamente etiquetada como una "conspiración internacional", prometiendo vengarse de Gülen y amenazando a Francis Ricciardone, el embajador estadounidense en Turquía, con la expulsión.

Por temor a que su "proyecto musulmán moderado" fuera destruido, la CIA trasladó fuera de Turquía a un "seleccionado" grupo de oficiales militares y de inteligencia, antes de que Erdogan pudiera detenerlos, fueron enviados a Irak, y el 8 de abril 2013 declararon ser el Estado islámico de Irak y el Levante, más tarde convertido en DAESH ( ISIL / ISIS / Daesh / Estado islámico). Con Gülen encabezando la proyección de una idea de la sede de Langley de la CIA, pensaban utilizarlo y abusar de la religión como una cobertura para avanzar en el diseño de control global del Oriente Medio. Para ello, se negoció un acuerdo por la secretaria de Estado Hillary Clinton entre las facciones Erdogan y Gulen en Turquía, y repartirse la riqueza petrolera ilegal robada por los terroristas del Estado islámico en Irak y Siria. Al parecer,  Hillary Clinton fue recompensada por Gülen, tanto para su fundación como para la campaña presidencial, con un fondo estimado de 1 millón de dólares.

Cuando el Ministerio de Defensa ruso comenzó la publicación de los detalles "de cómo Turquía robaba a sus vecinos", quedó en evidencia que esta trama de la CIA estaba siendo apoyada abiertamente por el régimen de Obama. No se puede dejar pasar por alto una extraña noticia que pasó casi desapercibida: los más de 14.000 refugiados que desaparecieron en Suecia habrían sido enviados a los Estados Unidos, y muy especialmente a las más de 100 escuelas islamistas radicales propiedad del "rey de las madrasas", Gülen, en los Estados Unidos, disimuladas por un laberinto de ONG –incluyendo al Centro de George Soros para el Progreso de las ONG americanas que está asociado a Gülen, trama que cuando fue descubierta causó que Rusia etiquetara a George Soros como amenaza a la seguridad nacional.

Tras el derribo del avión ruso, todo parece estar listo. Llegaba el momento de utilizar al estado Islámico como “palanca” para minar el apoyo social de Erdogan… Pero muy posiblemente, la inteligencia turca ya había sido informada o estaba tras la pista de la conspiración y los acontecimientos toman un nuevo giro. El 27 de junio, casi siete meses después del derribo del avión Su-24, el presidente Erdogan envió una carta a Vladímir Putin pidiendo disculpas por el incidente y expresando sus condolencias por la muerte del piloto. El líder turco llama a Putin y pide perdón públicamente por el incidente del avión, tiende la mano para reconstruir las relaciones, ofrece una indemnización y hasta se habla de permitir a aviones rusos el uso de una base en Turquía.

Todo el mundo interpretó aquellas disculpas como una nueva victoria del presidente Putin. La decisión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de disculparse ante Vladímir Putin es una "rendición total" por parte de Turquía, que además ayuda a fortalecer la imagen de "líder fuerte" que tiene el presidente ruso, opinaba Todd Wood, periodista del Washington Times. Este episodio demostraba una vez más la debilidad de la OTAN en el flanco sur para hacer frente al renacimiento de Rusia y a la cada vez más poderosa imagen de Putin.

Al recibir el presidente Putin la disculpa de Erdogan el 27 de junio, y sabiendo el Ministerio de Defensa ruso del complot contra el presidente turco, se autorizó una operación encubierta de protección, destinándose para ello a una unidad de una fuerza de élite, el 25 regimiento de Spetsnaz, dependiente del Departamento Central de Inteligencia (GRU) de Rusia.

La respuesta del “otro lado” no tardó en producirse en forma de atentado del Estado Islámico. Medio centenar de personas son asesinadas en el aeropuerto Ataturk de Ankara. “Las primeras indicaciones apuntan a la implicación del grupo terrorista Daesh en los atentados ocurridos este martes en el aeropuerto internacional de Estambul”, afirmó el primer ministro turco, Binali Yildirim. A nadie escapa que Ankara haya sido inmune a ataques del EI a lo largo de toda la lucha en la vecina Siria y sin embargo, luego de que Turquía hubiese mostrado intenciones de acercarse a Rusia, los terroristas lo tuvieran todo preparado para golpear en un punto tan estratégico para la economía turca (por el turismo) como el aeropuerto internacional de la capital.

Ante el temor de que el presidente Erdogan fuera a estar protegido por las fuerzas Spetsnaz, se aceleraron los planes del golpe sin percatarse de que ya se había formado una "barrera activa" alrededor de Erdogan, garantizando las principales vías de comunicación con su gobierno, la policía y los medios de comunicación leales.

Los conspiradores no sabían que estas fuerzas Spetsnaz de élite ya estaban en "orden de combate" para proteger al Presidente Erdogan, por lo que los golpistas dirigidos por agentes de la CIA comenzaron su ataque en la tarde del 15 de julio en la ciudad portuaria de Marmaris, en la costa mediterránea, atacando el Grand Yazici club Turban, donde el líder turco estaba de vacaciones. El ataque en sí, consistía en el uso de tropas militares turcas desplegadas desde helicópteros en los terrenos del gran Yazici Club Turban, dirigiéndose hacia lo que creían que era el castillo privado del presidente Erdogan, y atacar con granadas y armas automáticas. Al parecer, en el enfrentamiento cayeron los atacantes por las ya prevenidas unidades Spetsnaz rusas, aunque la "furiosa batalla" costó la vida de un número no precisado de agentes policiales turcos. Los atacantes supervivientes se salvaron al huir en su helicóptero a través del mar directamente a Grecia, donde se presentaron ante un fiscal griego, con el primer ministro de Grecia Alexis Tsipras prometiendo extraditarlos a Turquía.

Una de las primeras acciones de los golpistas fue cancelar todos los vuelos y cerrar el aeropuerto de Estambul, el más grande del país, donde Erdogan no pudo aterrizar desviándose a Irán. Se informó que Erdogan aterrizó en el aeropuerto de la capital de Irán, Teherán, donde llegó escoltado por dos cazas del las Fuerzas Armadas iraníes tal como recogió la agencia oficial iraní IRNA. Es posible que Erdogan no llegara a aterrizar y simplemente se mantuviera en el espacio aéreo persa como forma de protección, pero en cualquiera de los casos, tuvo que hacerse con la aprobación de las autoridades de Teherán y Moscú. Situación que se mantuvo hasta que retomado el control en Estambul, Erdogan pudo dirigirse a la ciudad turca y dar su primera rueda de prensa.

Una vez restablecida la situación y cuando el golpe ya es un sonoro fracaso, Erdogan llama al presidente Putin. En la conversación telefónica de Putin con Erdogan, el líder turco agradeció a la Federación de Rusia salvar su vida y estuvo de acuerdo en reunirse con el presidente Putin en los próximos quince días – y también, prometió "vengarse" del presidente Obama por la organización de un fallido golpe de Estado contra su régimen.

Conclusiones:

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue alertado por Rusia del inminente golpe de Estado al menos horas antes de que éste se iniciara el viernes y  medios occidentales han señalado que Erdogan fue aconsejado por Irán en las primeras horas del golpe para que movilizara a sus seguidores en las calles.

Varios periódicos árabes citaron fuentes diplomáticas en Ankara, que señalaron que la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT) recibió informes de inteligencia de su homólogo ruso que advirtieron de un inminente golpe militar. El Ejército ruso detectó intercambios de información muy sensible entre altos oficiales del Ejército y mensajes codificados que mostraban que un grupo de militares estaba preparando un golpe contra el gobierno de Ankara. Al parecer, la unidad de inteligencia del Ejército ruso desplegada en Hamaimim, en la provincia de Latakia, en el norte de Siria, está equipada con sistemas electrónicos y de escucha que pueden recoger información muy sensible, podría ser la que tuviera monitorizada las comunicaciones en Turquía.

Esta ayuda rusa refleja el cambio profundo que Erdogan ha llevado a cabo en su política hacia Rusia antes del golpe. Él pidió excusas por el derribo del avión ruso Su-24 en noviembre. Cuatro días después, los dos pilotos que derribaron el avión ruso fueron arrestados acusados de tener “vínculos con el golpe”.

Algunas fuentes diplomáticas señalan que el giro de 180 grados dados por Erdogan y anunciado sólo una semana antes de la intentona “había sido una causa fundamental que empujó a varios estados extranjeros a provocar el golpe y prometer apoyo a los militares que lo fueran a llevar a cabo”. Es decir, la conspiración se adelantó cuando Erdogan se acerca a Rusia, señal de que ya está al corriente de las intenciones de los golpistas.

En Ankara, fuentes oficiales señalaron que algunos altos generales del Ejército turco habían sido informados del golpe por el MIT horas antes de que éste tuviera lugar. Según el periódico Hurriyet, algunos altos generales lograron suprimir el golpe debido a los datos de inteligencia suministrados por el servicio de inteligencia turco cinco horas antes de que la intentona tuviera lugar. Estas declaraciones oficiales turcas se ajustan perfectamente a la información publicada en los medios árabes sobre la alerta rusa llegada a Ankara horas antes.

Erdogan contactó con los iraníes sólo dos horas después de que el golpe se iniciara. Varios altos responsables de seguridad y de política exterior de Irán estuvieron en constante contacto con el presidente turco y sus ministros. Irán condenó el golpe también dos horas después de que éste empezara. Responsables políticos y de seguridad iraníes aconsejaron a Erdogan que movilizara a sus partidarios en la calle para frenar el golpe. El ministro de Exteriores iraní, Mohammad Yavad Zarif, estuvo al teléfono con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, cuyo gobierno estaba bajo la amenaza de ser derrocado. Ali Shamjani, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional Supremo de Irán, estaba en otra línea con responsables de seguridad de Ankara. Y el general Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Al Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, estuvo revisando diversos escenarios que podrían surgir.

Un alto responsable iraní dijo a la publicación Al Monitor que “sabemos que el golpe estuvo provocado por fuerzas extranjeras... Erdogan está hoy buscando jugar un mejor papel en la región y fue por esto que quisieron derrocarle. Hubo un mensaje que fue transmitido a los responsables de seguridad turcos: “No dejéis las calles. Este golpe puede constar de varias olas. Ocurrió así en Irán en 1953. Cuando el primer golpe falló, ellos tenían otro preparado y tuvieron éxito”.

Sólo cuatro días después del golpe, Erdogan apareció en los medios y anunció planes para llevar a cabo un cambio fundamental en su política exterior que “pondrá fin a las diferencias con los países vecinos”. Esto ha sido visto como una referencia clara a Siria. No hay duda de que la política turca hacia el presidente Bashar al Assad está a punto de cambiar.

Erdogan ha mantenido también una reciente conversación telefónica con el presidente iraní, Hassan Rohani, en la que éste se felicitó por el fracaso del golpe y ambos abordaron el fortalecimiento de sus relaciones bilaterales y la cooperación a nivel regional.

Para contestar la campaña occidental sobre el golpe fallido en Turquía y entender como Erdogan ha pasado de ser un aliado imprescindible, al que se protegía con baterías de misiles de media Europa, a ser advertido de que está en peligro su pertenencia a la OTAN, solo hay que repasar quiénes son hasta ahora los principales conspiradores detenidos. He aquí la lista de los cabecillas:

Anexo: Conspiradores turcos: quién es quién (todos hombres de la OTAN)

Juan A. Aguilar es Director de Elespiadigital