La ONU, corresponsable de la tragedia en México

22.01.2019

El 4 de octubre de 2015, tuve el privilegio de presentar el libro Devastar valores para llegar a un Gobierno Mundial, del periodista e historiador mexicano Salvador Borrego E. (quien falleció el 8 de enero de 2018, a los 102 años de edad). Esa obra exponía un inquietante diagnóstico del caos que prevalecía (y que sigue prevaleciendo) en México y el mundo.

En la página 106, Borrego se referia al tema de la escandalosa discriminación al Ejército mexicano y el origen de la misma con las siguientes palabras:

«En Oaxaca los integrantes de la sección 22 de la CNTE [un grupo guerrillero formado por profesores de educación básica] expulsaron a elementos del Ejército que resguardaban boletas electorales en Santa Lucía del Camino, Tlacolula y Miahuatlán. La profesora María del Carmen les dijo a los militares: “Les pedimos que recojan sus pertenencias y desalojen el edificio. Este movimiento democrático asumirá el control”. Los militares obedecieron. Salieron a pie con sus mochilas, cargando pertenencias, comida y armas al hombro.
»¡Jamás se había visto una cosa así! Ahora es posible porque la ONU, con sede en Estados Unidos, le ha puesto limitantes a los Ejércitos, diciendo que sólo pueden actuar si un enemigo extranjero invade su territorio, pero que no debe realizar funciones que sólo le corresponden a la Policía.
»Además, al militar le está vedado ser presidenciable o gobernador de un Estado.
»Cabe aclarar que la ONU ya es la subestructurura de un Gobierno Mundial». (1)

La ONU sabe perfectamente que las guerras actuales no son las convencionales. A las naciones se les domina a través de la corrupción política, los tratados internacionales, el entreguismo económico, la dominación de los sistemas educativos, los contenidos mediáticos plagados de antivalores y… ¡la delincuencia organizada!

Las guerras actuales no son cuerpo a cuerpo. En todo caso, los agresores  se valen de terroristas, a los que apoyan con aviones de combate, armas químicas y misiles balísticos para derrotar a los gobiernos que les incomodan, como en el caso de Siria.

La ONU conoce bien de guerras no convencionales, de guerras híbridas, de golpes blandos, puesto que está detrás de ellas. La ONU, por lo tanto, sabe que la guerra contra México dejó de tener el sello del terrorismo político de los años 60 y 70, para caracterizarse por el terrorismo del narcotráfico.

La ONU es consciente de que el poder corruptor del narcotráfico es tanto que no se conforma con sobornar a policías municipales y estatales, sino que apunta hasta los más altos niveles de la autoridad civil. Pero como la droga deja muchísimo dinero, que es lavado por los poderosos bancos de Nueva York (donde está la sede de Naciones Unidas) y de Londres, está en contra de que las Fuerzas Armadas defiendan a la nación mexicana.

Por lo anterior, el 19 de diciembre de 2018, el representante en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, dirigió un oficio al Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, a los coordinadores de los grupos parlamentarios y a otras instancias de ese órgano legislativo mexicano.

En el documento, Jarab externaba «su especial preocupación por la pretensión de crear una Guardia Nacional en la forma y con las funciones que le asigna el Proyecto de Dictamen, particularmente lo que implicaría que asumiera las funciones de la Policía Federal una corporación integrada mayoritariamente por elementos de las Fuerzas Armadas y con mando militar, además de asignarle facultades de investigación.

«De aprobarse se consolidaría -a nivel constitucional- el paradigma militar en materia de seguridad, mismo que ha contribuido al deterioro de la situación de derechos humanos en México y se perjudicaría la posibilidad de dotar a México en el futuro de una corporación civil capaz de ejercer las tareas de seguridad pública en estricto apego a los estándares internacionales de derechos humanos». (2)

La carta dirigida por Jan Jarab, representante en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de México, Porfirio Muñoz Ledo (muy cercano a López Obrador), y a otros legisladores, lanzaba otra advertencia:

«Los organismos internacionales de derechos humanos han expresado, de manera consistente, su preocupación por el empleo de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. Desde la ONU-DH se alienta al Estado mexicano a adoptar una fórmula que permita el retiro gradual, ordenado, planificado, medible y verificable de las Fuerzas Armadas de las tareas de seguridad pública; garantice el carácter excepcional y temporal de su participación en tareas de seguridad; asegure la supeditación de las Fuerzas Armadas a la autoridad civil; fortalezca las capacidades de las corporaciones civiles; fomente la corresponsabilidad entre los diversos órdenes de gobierno; e incorpore un régimen efectivo de control y rendición de cuentas que inhiba el abuso y la violación a los derechos humanos». (3)

La denuncia hecha por don Salvador Borrego en 2015 está, pues, absolutamente comprobada.

La ONU, más poderosa que AMLO

La Cámara de Diputados mexicana aprobó, el 16 de enero, la creación de la Guardia Nacional a condición de que esté subordinada a la Secretaría de Seguridad del gobierno de López Obrador; a cambio, los diputados autorizaron que la Guardia Nacional se rija por la disciplina militar. (4)

El Presidente de la República se dijo insatisfecho porque el Congreso de la Unión, dominado por su partido Morena, rechazó el artículo transitorio que permitía que las Fuerzas Armadas mexicanas se mantuvieran en labores de seguridad pública, en tanto la Guardia Nacional estuviera en capacidad de desarrollar su estructura, capacidades e implantación territorial.

Los diputados mexicanos rechazaron, de igual manera, la propuesta gubernamental de dejar el mando de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas durante sus primeros cinco años de funcionamiento. (5)

El tema es interesante porque evidencia que López Obrador fue doblegado en la Cámara de Diputados por la fuerza estructural de la ONU, dominada por el cártel sionista de Kissinger, Rockefeller, Trump y Kushner. (Cabe decir que el dictamen que crea la Guardia Nacional en México será revisado todavía por el Senado de la República).

La tragedia de Tlahuelilpan

El gobierno de López Obrador se ha caracterizado por recibir a las caravanas de migrantes centroamericanos manipuladas por otro cártel mundialista, el de Rothschild, Soros y Clinton.

Como estrategia de posicionamento político y popular, el nuevo presidente mexicano emprendió un combate frontal contra los depredadores de la riqueza petrolera del país. Uno de los frentes en los que se mueve el nuevo régimen es el del robo de combustible, conocido popularmente como huachicoleo. (Las bebidas alcohólicas adulteradas eran conocidas en México, el siglo pasado, como huachicol).

La perforación de ductos ocasionó una tragedia el pasado 19 de enero en la comunidad de San Primitivo, perteneciente al municipio de Tlahuelilpan, del estado mexicano de Hidalgo. Al momento de entregar el presente artículo, se sabe de 89 personas muertas y 51 heridas, varias de ellas, de gravedad.

El secretario de la Defensa Nacional, general Luis Crescencio Sandoval, dijo a los medios de comunicación que cuando el ducto de Petróleos Mexicanos comenzó a expulsar gran cantidad de gasolina, un grupo de soldados intentó convencer a la población de que se alejara.

“El personal militar era mínimo, estaba realizando tareas de inspección, no tenía ninguna capacidad de contención en virtud de su número y prefirió replegarse para evitar problemas con la población y minutos después se dio la explosión”, explicó. (6)

La corresponsabilidad criminal de la ONU

Hoy, las facciones contrarias a López Obrador lo acusan de negligencia. Basan su argumento en que los soldados debieron utilizar la fuerza para replegar a los civiles que llevaban cubetas y bidones con el fin de recoger gasolina y revenderla. En el supuesto de que los militares hubieran tenido los recursos humanos y materiales necesarios para desalojar a los imprudentes pobladores, ávidos por su condición de pobreza, de vender la gasolina, entonces la ONU hubiera armado un tremendo escándalo internacional. Bien se sabe que López Obrador lo que menos quiere es ser calificado de “represor”.

Así pues, la ONU es corresponsable de la tragedia que ha enlutado a México. También, es enemiga directa de las Fuerzas Armadas mexicanas.

En cuanto al nuevo gobierno, don Salvador Borrego (qepd), en aquel libro que presentó el 4 de octubre de 2015 en la Ciudad de México, escribió lo siguiente:

«Ante tantos desórdenes por un lado y falta de autoridad por el otro, cabe la pregunta: ¿Acaso la Masonería Internacional ha dado la consigna de que PRI y PAN le cedan el nuevo sexenio al PRD o a “Morena”?
»Durante siete sexenios, desde Echeverría hasta Calderón, México estuvo haciendo concesiones a grandes consorcios extranjeros. Estos no pueden quejarse. Echeverría endeudó al país para estatizar empresas mexicanas, y luego otros sexenios las malbarataron en favor de los extranjeros, incluso los Ferrocarriles Nacionales de Mèxico y los Bancos.
»Sin embargo, se dice que “así paga el Diablo”. Ya desgastados PRI y PAN, pueden ser sustituidos por sus aparentes adversarios, que también pueden mostrarse complacientes con los Ritos Masónicos, que a su vez sirven a especuladores raciales y mundialistas.
»El Presidente Roosevelt afirmaba que “en política nada sucede al azar: todo es planeado”». (7)

Hoy está claro que la Masonería ataca a México por el lado del aborto, la legalización de las drogas, la dictadura de género y la migración.

En México, ¿quiénes son esos especuladores raciales? De entrada, el canciller Marcelo Ebrard y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. ¿Y a qué dirigentes mundialistas obedecen? Sencillo: a Rothschild, Soros y compañía.

La paz de México pende de un hilo…

Bibliografía y referencias electrónicas

  1. Salvador Borrego E. Devastar valores para llegar a un Gobierno Mundial. (México. Edición del autor. 2015), 106.
  2. Jan Jarab, representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Oficio OACNUDH/REP2892018, dirigido a la Cámara de Diputados de México. Página 2.
  3. Ibid.
  4. El Universal. “¿Qué quiere AMLO para la Guardia Nacional?”. Nota de Horacio Jiménez y Alejandra Canchola. Recuperado el 21 de enero de 2019. https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/que-quiere-amlo-para-la-guardia-nacional
  5. Ibid.
  6. La Jornada. “Militares rebasados por pobladores de Tlahuelilpan: Durazo”. Nota de Dennis A. García. Recuperado el 21 de enero de 2019. https://www.jornada.com.mx/ultimas/2019/01/19/militares-rebasados-por-pobladores-de-tlahuelilpan-durazo-9848.html
  7. Salvador Borrego E. Devastar valores para llegar a un Gobierno Mundial. (México. Edición del autor. 2015), 100, 101.