Expansión de la OTAN y posible respuesta de Rusia

20.02.2022

La confrontación actual entre Rusia y Occidente no es el resultado de una confluencia de circunstancias repentinas: las contradicciones se han acumulado durante años y es que la cuestión ya no consiste solo en Ucrania, donde en 2014 se produjo un Golpe de Estado con el apoyo de los Estados Unidos, sino que presenta puntos de vista opuestos sobre la política mundial.

Incluso antes del colapso de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov recibió seguridades de que después de la unificación de Alemania, la alianza del Atlántico del Norte no se expandiría hacia el Este, y luego, todo esto fue olvidado por completo.

A pesar de que la Unión Soviética se disolvió, Rusia es su sucesora, por lo que las obligaciones también debían cumplirse con Rusia. El problema es que no fueron escritas. Esta fue una promesa verbal, aunque todas las palabras están codificadas.

Por lo tanto, las propuestas de Rusia para reorganizar la seguridad europea y, más ampliamente, la seguridad global, establecieron el requisito de formalizar todo esto por escrito. Pero incluso después de la respuesta oficial de los Estados Unidos, el secretario de Estado Antony Blinken dijo que preferían discutir todo en privado en lugar de publicar documentos.

¿Por qué es tan sigiloso? ¿Quizás Estados Unidos está ocultando algo a sus socios de la OTAN y Ucrania? Lo más probable es que así sea. Porque incluso dentro de la OTAN hay diferentes puntos de vista sobre la aceptación de nuevos miembros.

Y en los Estados Unidos, muchos se oponen a la expansión de la OTAN. Samuel Charap, de Rand Corporation, escribió que "en diciembre de 1996, los aliados de la OTAN declararon que "no tenían intención, planes ni razones para colocar armas nucleares en el territorio de nuevos miembros, son los llamados Tres No. Esta declaración se hizo antes de que cualquiera de los nuevos miembros se uniera a la alianza. Si era aceptable que hace 25 años, la OTAN asumiera tal compromiso de autolimitación, entonces también debería ser aceptable hoy en día".

Creo que este es un comentario bastante justo sobre la posible inclusión de Ucrania y Georgia en la alianza.

No obstante, varias estructuras cercanas al Departamento de Defensa de los Estados Unidos y el complejo militar-industrial están presionando para la aceptación de nuevos miembros.

La crisis artificial en torno a Ucrania

Pero la crisis artificial alrededor de Ucrania beneficia a los Estados Unidos debido al control de los socios europeos de la OTAN, incluso a través del despliegue de contingentes militares en los países de Europa del Este. Por otro lado, la escalada tiene un lado económico, ya que tiene una justificación para imponer sanciones a Rusia y obstaculizar las relaciones comerciales de Moscú con los países europeos.

Esto es evidente en el ejemplo del gasoducto Nord Stream Dos: el bloqueo intencional llevó a la escasez de reservas de gas en la temporada de invierno en los países europeos y al aumento de los precios. Y Estados Unidos se aprovechó de esto enviando gas licuado de petróleo a Europa. Por lo tanto, los consumidores europeos se ven obligados a pagar de más por los servicios del suministro y las empresas estadounidenses obtienen ganancias.

Estados Unidos y sus socios, sobre todo el Reino Unido, han lanzado escenarios similares en otras áreas. Escondiéndose detrás del concepto de "Guerra híbrida", que los Estados Unidos y la UE atribuyen a Rusia, ellos mismos la libran la por otros medios, violando el derecho internacional e interfiriendo en los asuntos soberanos de otros estados.

Rusia tras el fin de la hegemonía unipolar de EEUU

Sin embargo, es obvio que Rusia representa un estado diferente al de hace veinte o treinta años atrás. Ya no existe una hegemonía unipolar de los Estados Unidos, lo que se puede ver en el ejemplo del crecimiento del poder de China y en los intentos de varios Estados, por ejemplo, en el Medio Oriente, para llevar a cabo su propio curso de política exterior.

Rusia no puede seguir y no seguirá la dictadura de los Estados Unidos y la OTAN, sino que continuará formando un orden mundial multipolar más justo.

Por supuesto, dadas las declaraciones e intenciones agresivas de los Estados Unidos y la OTAN, en Rusia tienen en cuenta el riesgo de confrontación militar y desarrollan contramedidas, incluida una estrategia de disuasión.

Por lo tanto, uno de los escenarios podría ser la implementación del proyecto "Crisis del Caribe-2". A principios de los años 60 del pasado siglo, el despliegue de misiles nucleares en Cuba se debió al hecho de que Estados Unidos fue el primero en desplegar sus misiles en Turquía.

Naturalmente, la propaganda occidental guarda silencio sobre este hecho y solo recuerda la iniciativa soviética que amenazó directamente el territorio de los Estados Unidos. Debemos prepararnos para que cualquier oposición rusa a las provocaciones y la expansión de la OTAN se interpreten de la misma manera. Ya estamos acostumbrados a que Rusia sea acusada de todos los problemas.

Los derechos son de y para todos

Si nos referimos a las palabras del Secretario general de la OTAN, Jens Stoltenbreg, en el sentido de que existe "el derecho de cada nación a elegir sus propias medidas de seguridad", sería maravilloso que Serbia aprovechara ese derecho e invitara a las fuerzas armadas rusas a ayudar a garantizar su propia seguridad (incluida la devolución del control de Kosovo y Metohija).

Si nos referimos a las palabras del Secretario general de la OTAN, Jens Stoltenbreg, en el sentido de que existe "el derecho de cada nación a elegir sus propias medidas de seguridad", sería maravilloso que Serbia aprovechara ese derecho e invitara a las fuerzas armadas rusas a ayudar a garantizar su propia seguridad (incluida la devolución del control de Kosovo y Metohija).

La pregunta es: ¿el liderazgo serbio, que está constantemente bajo la presión de Occidente, dará este paso? ¿Tal vez valga la pena hacerle a Belgrado una oferta que no podrán rechazar? La cuestión del precio del gas sería muy útil, ya que las tarifas actuales estarán vigentes solo unos meses antes de los resultados de sus próximas elecciones en abril.

Además, la República Srpska en Bosnia y Herzegovina también necesita asistencia rusa después de la crisis política que comenzó el año pasado: la parte serbiobosnia no reconoció el nombramiento del alto representante de la Unión Europea porque se hizo con irregularidades en el procedimiento. Rusia tampoco reconoció a este representante.

Curiosamente, hace muy poco Croacia se ha solidarizado con Rusia en varios temas, tanto en Bosnia y Herzegovina, con la intención de mantener el statusquo con respecto a la población croata, como con respecto a la entrada de Ucrania en la OTAN.

El segundo escenario es más estratégico y a largo plazo. Es la formación de una alianza político-militar de un colectivo no occidental. Lo ideal sería la participación de Rusia, China e Irán como jugadores clave. La adhesión de Siria, Bielorrusia, Venezuela, Nicaragua y Cuba daría una dimensión latinoamericana y enviaría la señal correspondiente a Estados Unidos.

Ahora, en mi opinión, no las potencias europeas, sino las euroasiáticas, podrían ayudar a equilibrar la situación en el Caribe y América Latina en su conjunto y ellas son Rusia y China.

También hay varios Estados importantes en África que son pro – rusos, por ejemplo, Argelia y Egipto. Un compromiso más activo de los países neutrales puede producir resultados a mediano y largo plazos. También se necesita una comprensión clara de las necesidades de los posibles asociados y la voluntad de prestar asistencia para resolverlos.

En general, una mayor interacción de todos los países que no aceptan la dictadura de los Estados Unidos y están bajo sanciones o bloqueo es vital para proteger su soberanía y una arquitectura mundial más equilibrada.

Además, cualquier medida para aumentar las contradicciones dentro de la OTAN será útil. Aunque Bruselas acusará a Rusia de librar una guerra híbrida (lo que ya ocurre, independientemente de las acciones u omisiones de Moscú), creo que es mejor que Rusia tome una posición activa a la de sentarse de brazos cruzados.

Existen serias fricciones entre Turquía y los miembros europeos de la OTAN. Incluso hay disputas territoriales entre los Estados Unidos y Canadá. Es necesario encontrar tales contradicciones y desarrollar mecanismos para aumentar las diferencias entre la alianza occidental. En general, la alianza occidental es un conglomerado artificial. Es necesario apoyar las aspiraciones de la UE a la autonomía europea, una iniciativa estratégica que Francia y Alemania apoyan especialmente.

Fortalecer las alianzas existentes y propugnar nuevas

Paralelamente, Rusia necesita fortalecer las iniciativas regionales, como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva y la Unión Económica Euroasiática.

En el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, es necesario aumentar el poder militar, y en la Unión Económica Euroasiática se requiere fortalecer el componente político. En la región centro-sudamericana se encuentra el fortalecimiento de la CELAC y la integración regional, excluyendo la influencia de Estados Unidos. Por cierto, la Unión Económica Euroasiática y la CELAC están interactuando. Este proceso debe reforzarse mediante diversas iniciativas multilaterales.

A finales del siglo XIX, el revolucionario cubano José Martí habló de la importancia del equilibrio entre las fuerzas mundiales en el contexto de la independencia de las Antillas de España. Para tal equilibrio, se necesitaba la presencia de al menos dos potencias europeas en la región. En ese momento, vio en Alemania e Inglaterra a tales garantes que también frenarían la expansión de los Estados Unidos en el Caribe.

Ahora, en mi opinión, no las potencias europeas, sino las euroasiáticas, podrían ayudar a equilibrar la situación en el Caribe y América Latina en su conjunto y ellas son Rusia y China.

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