Escenarios de la Tercera Guerra Mundial

24.10.2016

El centro de análisis Katehon está lanzando una serie de publicaciones tratando sobre los posibles escenarios para una Tercera Guerra Mundial. Nuestros autores presentan sus teorías sobre los posibles escenarios y las consecuencias de una escalada del conflicto a nivel mundial.

Este enfoque está dictado por la necesidad de analizar:

- Las contradicciones más graves entre los principales actores de la política mundial.

- Los cambios paradigmáticos en el pensamiento de las relaciones internacionales.

- Los riesgos de cruzar la línea roja (la teoría del Rubicón).

- Los lugares más vulnerables en el mapa mundial en términos geopolíticos.

- Las posibles causas para el desencadenamiento de una reacción en cadena irreversible.

- El papel de la tecnología y los procesos de globalización avanzada en el cada vez más posible conflicto.

Debemos tener en cuenta las principales tendencias, tales como la intensificación en las relaciones entre los EE.UU. y Rusia, la posición específica de los Estados Unidos en lo que respecta a los intereses de China (más claramente descritos en la Doctrina Air-Sea Battle, que implica el lanzamiento de ataques aéreos contra de los sistemas de defensa de misiles de China), así como el ruido informativo en torno a Corea del Norte.

Al mismo tiempo, Europa no puede ser excluida como un posible escenario de operaciones, sobre todo en relación con la continuación de la operación a largo plazo de la OTAN "Operation Atlantic Resolve". Por otra parte, el despliegue de tropas estadounidenses adicionales en Europa está previsto que sea completado en 2017.

Las relaciones internacionales se complican significativamente por las actividades de algunos países, que a pesar de que no son parte del bloque de la OTAN controlado por Estados Unidos, todavía cooperan estrechamente con la alianza y con los EE.UU.. En particular, Suecia y Finlandia son sujetos para una mayor expansión de la OTAN, e incluso llevaron a cabo una serie de maniobras militares en 2016, que tenían una clara orientación anti-rusa.

El Oriente Medio es una causa de preocupación no sólo por Siria e Irak, donde el ejército de Estados Unidos está realmente presente. Primero y ante todo existe también el riesgo de un choque directo con las tropas rusas.

La guerra en Yemen es indicativa no sólo de un nuevo brote de tensión, sino también de una erosión del derecho internacional. La ONU difícilmente será capaz de evitar un conflicto global si Washington decide atacar a un país. Los Estados Unidos iniciaron la agresión y la subsiguiente ocupación de Irak en 2003 sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. El bombardeo de Yugoslavia en 1999 por las fuerzas de la OTAN también puede mencionarse como ejemplo.

La intervención rusa en la crisis de Siria muestra que la era unipolar está llegando a su fin. Sin embargo, esto no elimina las tensiones militares y políticas entre los Estados Unidos y otros polos de poder, tales como la renacida Rusia, la China en ascenso, y otros estados que no aceptan la dictadura de Washington.

Cabe señalar que la actual crisis política de los EE.UU. (que ellos tratan de ocultar de todas las formas posibles) ha conllevado discusiones sobre la posibilidad de cambiar el enfoque de los EE.UU. sobre el uso de armas nucleares.

Esto podría ser mera desinformación diseñada para engañar a las otras potencias nucleares, como ha ocurrido en varias ocasiones (por ejemplo, durante el desarme de las antiguas repúblicas soviéticas de Ucrania y Kazajstán, cuyos arsenales nucleares se mantuvieron después de la caída de la URSS).

Por otro lado, los planes de los EE.UU. para la modernización de su arsenal nuclear por un montante de 1 billón de dólares no encajan con los llamados "planes de paz" de Washington. Además, el secretario de Defensa, Ashton Carter, ha declarado que la "política de uso no preventivo" podría socavar la confianza y la seguridad de los socios de los Estados Unidos. El veterano de la guerra de Vietnam y "pacifista", John Kerry, también se ha opuesto firmemente a la firma de un protocolo que declare que los Estados Unidos se niega a usar primero armas nucleares en un conflicto.

¿Significa esto que los EE.UU. están listos para lanzar ataques nucleares preventivos? ¿Cuáles serán sus objetivos?

¿Continuarán los Estados Unidos con su política de intimidación a las potencias no nucleares, como ya han hecho?

¿O se atreverán a incluir en su lista de objetivos a estados soberanos con un estatuto especial y una cultura política correspondiente?

¿Resultará fatal para los propios Estados Unidos si Washington sobrevalora erróneamente su fuerza y elige atacar a un oponente que resulte ser no tan débil como parecía a primera vista?

Un conflicto nuclear es uno de los escenarios posibles. Las armas convencionales y los agentes subsidiarios, como los grupos terroristas en Siria, también podrían ser instrumentos activos en una posible Tercera Guerra Mundial. La pregunta es quién será arrastrado a un nuevo conflicto y qué posibles efectos tendrá esto en todo el mundo.

El enfoque eurocéntrico puede inducir a error al tratar de pronosticar un futuro conflicto. Las dos primeras guerras mundiales comenzaron en el teatro de operaciones europeo, pero la Segunda Guerra Mundial en Japón. Incluso antes del 1 de septiembre de 1939, considerado el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, China y Corea estaban bajo ocupación japonesa y millones de personas murieron en la región. Por lo tanto, es posible que los criterios para la evaluación de un conflicto difieran significativamente.

Y, por supuesto, a primera vista, algunos de los escenarios más exóticos podrían realizarse en el futuro próximo. El doble uso avanzado de la tecnología está cambiando rápidamente el rostro de la guerra. Puede convertirse en un disparador o en un factor de disuasión en función de en qué manos estén las nuevas súper armas.

El espectro de opiniones de nuestros autores puede diferir, incluso radicalmente, en la medida en que un enfoque objetivo y la lógica de la guerra en sí misma tienen un carácter paradójico.

Esperamos que nuestros esfuerzos intelectuales sirvan para promover la paz, ya que el debate público sobre los temas críticos a menudo ayuda a evitar consecuencias aparentemente fatales.