Escenarios de la gran Eurasia: Rusia
Crisis de inmigración 2.0. Objetivo: Rusia
La Federación de Rusia es extremadamente vulnerable a ser víctima de una afluencia a gran escala de lo que el investigador de Harvard, Kelly M. Greenhill, ha denominado "armas de migración masiva", aunque no desde la dirección que uno podría esperar normalmente. Donde Rusia es más susceptible de que esto suceda es a lo largo de su frontera ural/siberiana con Kazajistán, que conecta con el valle de Fergana y el escenario de los más probables acontecimientos desencadenantes de crisis migratorias en el futuro. Si el densamente poblado triestado entre Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán fuera a caer en el caos debido a uno o varios de los escenarios que anteriormente se han descrito en el listado de previsiones, entonces, uno de los efectos secundarios más inmediatos sería el flujo de refugiados/inmigrantes huyendo hacia el norte, a Rusia, donde muchos de ellos, o bien han trabajado anteriormente, o bien tienen familiares viviendo actualmente.
Por lo tanto, Rusia debe trabajar muy estrechamente con Kazajistán en prevenir que suceda este escenario, y los pasos más prácticos que puede tomar es idear 'en profundidad' defensas activas dentro de Kazajistán cerca de sus regiones fronterizas del sur con los demás “...istán”. Esto tendría mucho más sentido que tener que proteger defensivamente la amplio y poco segura frontera ruso-kazaja. Por lo tanto, la próxima intervención militar de Rusia podría no ser de su propia elección, ni siquiera entrar en combate directo o mediante bombardeos, sino una humanitaria legítima para detener el flujo incontrolable de refugiados (e insurgentes disfrazados), a través de la frontera de Kazajistán, desde donde podrían entonces infiltrarse en Rusia y desestabilizarla (ya sea demográficamente, socialmente, o en términos de seguridad tradicionales). En cuanto a la configuración del terreno, la zona más previsible donde podría producirse esta intervención se encuentra en la región sur de Kazajistán, justo al lado de Uzbekistán y en las proximidades de Fergana.
El Brzezinski inverso
El autor ha escrito extensamente acerca de esta vieja estratagema revivida, pero la idea principal es que Ucrania, el Cáucaso del Sur, y el valle de Fergana son zonas propensas a los conflictos con mucho potencial para atraer a Rusia a un pantano, similar en esencia a lo que ocurrió con la Unión Soviética en Afganistán. Cada escenario de conflicto potencial está repleto de escenarios propios separados acerca de cómo podrían suceder, pero lo que es más importante en este punto es que el Estado sea consciente de estos riesgos y consciente de la treta que se está jugando en su contra. A los EE.UU. les gustaría provocar conflictos en el Donbass, Nagorno-Karabaj, y el valle de Fergana, con el fin de provocar una intervención militar rusa en apoyo de sus compatriotas étnicos o de sus aliados de la OTSC, aunque una en la que esté en una posición muy pobre para controlar la dinámica del campo de batalla.
Esto dejaría a Rusia, en efecto, a merced de los EE.UU. y sus intermediarios estratégicos, y si una campaña coordinada y planificada de antemano fuera puesta en acción sobre el “Rimland ruso” allí donde estallaron simultáneamente las crisis en cada una de estas áreas a la vez, entonces, Moscú estaría en apuros para responder adecuadamente y podría terminar cometiendo una serie de errores fatales en las etapas iniciales de cada uno de estos conflictos, ya sea interviniendo de forma irresponsable y miope, o negándose totalmente a participar y dejando que la situación se deteriore irreparablemente. Si Washington puede lanzar constantemente este tipo de dilemas a Moscú y conseguir su objetivo de que Rusia dé pasos en falso y cometa errores regularmente, entonces puede trabajar en derrotar a su rival a través de este método indirecto de Guerra híbrida, en lugar de recurrir a medidas más apocalípticas, como la arriesgada nuclear o el espectro de una guerra ruso-OTAN en los campos de la Europa del Este.
Irán se rebela contra Rusia
La mayor amenaza convencional para la periferia del sur de Rusia algún día podría llegar a ser Irán, no necesariamente la República Islámica tal como existe en su forma actual, sino uno que esté más estrechamente alineado con Occidente y dirigido por los simpáticos "moderados". Para los EE.UU. y sus aliados, lo ideal sería transformar el vector de cálculo estratégico de Irán desde su foco en el sur del Golfo Pérsico, a uno en el norte basado en las repúblicas post-soviéticas. Esto aliviaría la presión sobre el CCEAG unipolar y volvería a la gran potencia civilizacional de Irán contra la Rusia rival de EE.UU.. No importa cómo esto podría finalmente suceder, es necesario prever las amenazas que esto podría crear para Rusia a fin de que los que toman las decisiones estén en la mejor posición informada para generar con mayor precisión soluciones proactivas.
Un Irán hostil competiría con Rusia en el comercio europeo de la energía, el bombeo de petróleo y gas natural licuado al continente, en un intento de compensar la existente posición predominante del mercado de Rusia. Las exportaciones de gas iraníes podrían demostrar ser especialmente problemáticas, como el autor analizó para el Instituto Ruso de Estudios Estratégicos, con Ucrania, Grecia, Croacia y Polonia sirviendo como terminales para estas importaciones e interrumpiendo la presencia de la energía de Rusia en cada uno de estos países. Moviéndose a lo largo, el Cáucaso naturalmente se convertiría en un punto focal de intensa rivalidad, con ambas partes tratando de superar a la otra en Armenia y Azerbaiyán. Ambas potencias podrían jugar hábilmente con Ereván y Bakú la una contra la otra para un efecto máximo si tienen el dominio diplomático para hacerlo, ya que Rusia e Irán tienen ciertas características estratégicas que atraen tanto como repelen a cada uno de estos países. En última instancia, sin embargo, el factor determinante en este teatro podría ser cuál de las dos grandes potencias es capaz de establecer una relación de trabajo más pragmática con Turquía, ya que los movimientos de Ankara podrían demostrar ser los más decisivos en la solución de cualquier equilibrio estratégico entre los dos.
La otra área de la competencia que puede explotar entre Rusia e Irán es Asia Central, con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán siendo lo más prominente en juego. El primero de ellos es vecino de Irán y podría ser cortejado por él para construir un oleoducto trans-pérsico hasta el Golfo Pérsico o a través de la frontera hasta Turquía y los proyectos TANAP/TAP de la UE, mientras que el segundo está ligado a Irán a través del Acuerdo de Ashgabat, del que se habló anteriormente. Tayikistán, por su parte, comparte lazos culturales e históricos muy estrechos con Irán, y éstos previsiblemente podrían ser aprovechados para aumentar el atractivo de Teherán para Dushanbe en comparación con Moscú. Por otra parte, Irán está cooperando con la India en el Corredor Norte-Sur, el cual va por buen camino apuntando directamente a Asia Central con el objetivo de ampliar la influencia multidimensional (comercial, política, militar, estratégica, etc.) de Nueva Delhi en la región, lo que podría plantear una amenaza a largo plazo para Rusia y China, al desplazar a estos líderes de la zona fronteriza compartida entre ellos, y ayudar a Irán a sustituir su presencia en coordinación conjunta con la India. Al igual que el papel de Turquía podría llegar a ser el más decisivo en el Cáucaso del Sur, también puede serlo el de China en Asia Central, con todas las apuestas contemplando que Pekín se pondrá del lado de Moscú mucho más que Nueva Delhi siendo cómplice de Teheran si se vieran presionados.
Comparativamente, la conclusión a la que se puede llegar es que Rusia e Irán serían enconados rivales de energía en Europa (con la consecuencia de que los precios quedarían por los suelos y es probable que nunca se recuperaran totalmente), mientras que Turquía y China acabarían siendo los terceros asociados que cambian el juego en el sur del Cáucaso y en Asia central, respectivamente. Ya que China sin duda se pondrá de lado de Rusia en cualquier competencia potencial con Irán en Asia Central, esto significa que es imprescindible para Rusia mantener relaciones estratégicas sólidas y progresivamente mejoradas con Turquía, con el fin de anticiparse a cualquier tentación de pivote pro-Teherán que Irán podría lanzar a Ankara en el caso de que la República Islámica 'se rebele' y empiece a perturbar la situación en toda la periferia estratégica en el sur de Rusia.
La Asociación estratégica ruso-iraní gestiona Eurasia occidental y oriental
Desde un punto de vista totalmente opuesto al que se ha indicado anteriormente, sería ideal para Moscú y Teherán fortalecer sus lazos al nivel de una asociación estratégica a la par de la que Rusia disfruta con China actualmente, sin precedentes. Todavía hay un largo camino para lograr esto, pero si puede actualizarse, sería lo mejor para ambos países y el emergente nuevo orden mundial multipolar estaría asegurado todavía con más confianza. Las dos grandes potencias y anclajes de civilización tienen que reconocer que hay en ambas elementos antipatrióticos dentro de sus propios campos ("sextacolumnistas"), que están tratando de dividir la cooperación mutua, y que el resultado de la mutua desconfianza y de la sospecha es exactamente lo que los EE.UU. quieren producir.
En cambio, Rusia e Irán tienen que reconocer que ambos están en la intersección de los proyectos de infraestructura conectivos transnacionales de la Nueva ruta de la seda de China e India (el Puente Terrestre Euroasiático con Eurasia y el proyecto de tren de alta velocidad sin nombre de Xinjiang a Irán) y el Corredor Norte Sur, respectivamente, y que pueden beneficiarse ampliamente de esta envidiada posición geoestratégica si cooperan incluso más de cerca. Esto se debe a que no hay otros dos países que puedan presumir de ser los estados de tránsito cruciales para estas dos iniciativas, lo que significa que si Rusia e Irán alcanzaran una alianza estratégica con los otros, entonces podrían coordinar sus movimientos con el fin de reafirmar la fuerza de estos dos pasillos y no ser desestabilizados a través de una competencia artificial provocada por Estados Unidos, como Washington quiere.
La idea implícita que se está sugiriendo aquí es que Rusia e Irán, estando situados como los estados de tránsito continental cruciales e irremplazables entre Europa Occidental y el Sur/Este de Asia, están en una posición única para poner en común sus recursos estratégicos colectivos y equilibrar las dos esquinas de Eurasia a través de su estados intermediarios. A pesar de que la tendencia predominante de los comentaristas es la de hablar acerca de cómo el centro de gravedad del mundo se está desplazando hacia el este, en realidad podría permanecer en los límites latitudinales centrales de Eurasia (Rusia-Irán) si Moscú y Teherán trabajan lo suficientemente duro para que esto ocurra, al convertirse en una poderosa fuerza de equilibrio Este-Oeste en el centro de Eurasia.
El condominio socio-económico de las islas del norte
El autor ha descrito detalladamente cómo funcionaría esta creativa sugerencia en un artículo sobre la política de equilibrio de Rusia en Asia, por lo que se recomienda al lector echar un vistazo para obtener más detalles y una representación cartográfica visual de esta propuesta, pero la idea básica es que Rusia y Japón deben llegar a un acuerdo entre sí para permitir a ambos lados amplios privilegios socioeconómicos en las islas Kuriles, Sajalín, y Hokkaido, a cambio de poner su disputa territorial en un segundo plano y centrarse en su lugar en sus intereses mutuos no militares en el mar de Ojotsk. Este podría ser el tipo de avance en las relaciones bilaterales que ambas partes necesitan, ya que Rusia podría beneficiarse de la inversión japonesa en la región y el Lejano Oriente en general, mientras que Japón necesita desesperadamente suministro fiable de energía no afectado por las incertidumbres geoestratégicas en el Mar del Sur de China, el Estrecho de Malaca, y el Océano Índico.
Buda: ¿Dios de paz o de dios de la guerra?
El budismo es reconocido casi universalmente como la religión "más pacífica", pero la gran mayoría de la gente no es consciente de las inclinaciones violentas que prevalecen en algunas de sus prácticas vajrayana, la escuela religiosa popular entre los budistas en Siberia, Mongolia y el Tíbet. El budismo ya ha sido experimentado como arma de guerra híbrida asimétrica en la organización de agresivos monjes (e incluso suicidas a lo bonzo) en el Tíbet y Myanmar (con los practicantes de theravada del estado del sudeste asiático produciendo el llamado monje-político 'budista Bin Laden'), y si bien el autor no es de ninguna manera un experto en esta religión-ideología, parece que salta a la vista que se está tratando de diseñar una forma de budismo al “estilo wahabita” como próxima cepa viral de destrucción militante. Esto probablemente se dirigirá sobre todo contra China (con un foco central en el Tíbet) y las naciones de la ASEAN continental que practican esta religión, pero si se tiene 'éxito' en la demostración de su "prueba de concepto" (que el autor cree ya lo ha tenido), entonces, el budismo extremo también podría utilizarse para desestabilizar la situación en regiones budistas del Lejano Oriente de Rusia, particularmente Tuva y Buriatia.
En relación con esto, Mongolia también podría ser víctima de la ideología militante del budismo agresivo, si partes de su territorio escasamente pobladas pasan a a estar controladas por un grupo religioso inspirado en la figura histórica que The Atlantic ha llamado el "ISIS budista", o el gobierno de repente se desplaza hacia la Coalición de contención de China de los EE.UU., Japón y la India, basándose en el uso de este tipo de militantes en su territorio contra sus dos vecinos multipolares. Hay que recordar que Mongolia es solamente miembro observador de la OCS y no tiene intención de unirse a la organización, y por otra parte, se compromete regularmente con los tres países antes mencionados, además de la OTAN, como parte de su “política de tercer vecino” dirigida a disminuir la excesiva dependencia estratégica que tiene de Rusia y de China. Bajo estas condiciones externas - ya sea cooptado por el mundo unipolar o porque éste se aproveche de las mismas - Mongolia podría llegar a convertirse en el escenario de los experimentos de los EE.UU. en la manifestación geopolítica del budismo radical ("el Budismo se encuentra con el Daesh"), para tratar de conquistar y administrar el territorio periférico en una estratégica región fronteriza.
Todos los caminos conducen a través de Rusia
La tendencia global de la conectividad de Eurasia es muy ventajosa para Rusia ya que la geografía política del país le dota de la posibilidad de aprovechar al máximo las futuras rutas comerciales en proyecto. Hay varios proyectos en discusión o en activa ejecución para ser completados, y el autor sugiere también varios propios, con el fin de demostrar que Rusia es el conducto insustituible para el comercio supercontinental. En el siguiente mapa se describen más o menos cada uno de los proyectos de infraestructura conectivos transnacionales en los que Rusia ya está o podría ser parte y, a continuación, los describiré brevemente:
Gris: El Pireo hasta Petersburgo
La Ruta de la seda balcánica planificada por China es un ferrocarril de alta velocidad que sólo hasta ahora planea conectar Budapest con el puerto griego de El Pireo, pero siendo realistas podría expandirse con el tiempo hacia el norte hasta Varsovia, Riga y San Petersburgo, mediante el uso del formato China-CEE para generar suficiente buena voluntad para ver el proyecto hasta su finalización definitiva.
Lavanda: Línea de Levante
Rusia ha establecido tres líneas marítimas de comunicación (SLOC) muy estratégicas en Crimea, Tartus, y Sinaí (la zona industrial rusa en Port Said), con el potencial de cubrir todas juntas e incluso ampliar la línea de Levante hasta Djibouti, desde donde los empresarios rusos podrían utilizar el ferrocarril Djibouti-Addis Abeba de China, recientemente construido, para penetrar en el vecino mercado de 100 millones de personas.
Marrón: Corredor Norte-Sur
Este corredor intermodal verá la carga originaria de Mumbai dirigada a Moscú por medio del puerto del sureste iraní de Chabahar y Azerbaiyán, después de lo cual avanzará más hacia el oeste, a la UE, y viceversa.
Rosa: El puente terrestre de Eurasia
El proyecto de tren de alta velocidad de China para conectarse desde el puerto de Lianyungang con San Petersburgo y Europa Occidental a través de Xinjiang y Kazajistán, es lo que la mayoría de la gente piensa cuando oye la palabra "Nueva Ruta de la Seda", y este proyecto arquetípico es la piedra angular del futuro geo-económico de Rusia.
Naranja: Corredor de Asia Central
Rusia ya tiene corredores ferroviarios y comerciales uniendo Kazan y Novosibirsk con Tashkent, la capital económica de Asia central, pero éstos necesitan ser modernizados y fortalecidos con el fin de aprovechar al máximo el prometedor potencial de la región en el futuro.
Negro: Ferrocarril Transiberiano
La ruta de más de 100 años de edad que conecta Europa con Asia fue iniciada por el Imperio ruso y se destacó como la primera ruta comercial terrestre fiable entre Occidente y Oriente desde los tiempos de la antigua ruta de la seda, con la geopolítica contemporánea, es una vez más un enlace vital entre los dos tramos de Eurasia.
Verde: Corredor de energía/agua de Altai (Pasillo de Altai)
Se habla justificadamente sobre la creación de conductos de energía y de agua desde Altai a Xinjiang, y éstos podrían formar la base del futuro corredor que a partir de entonces conectaría Siberia al CPEC [Corredor económico china-Pakistán] y el Mar Arábigo, a través del centro regional de Urumqi.
Púrpura: Baikal a Bohai
El corredor proyectado entre la ciudad siberiana de Ulan Ude (la capital de la república tradicionalmente budista y mongol de Buriatia) al puerto chino de Tianjin, cerca de Pekín, vincula esencialmente el lago Baikal hasta el Mar de Bohai a través de la capital de Mongolia, Ulán Bátor.
Azul: Arco del mar asiático
Al igual que Rusia está creando SLOC en Eurasia occidental, puede hacer lo mismo en su mitad oriental también, usando las conexiones marítimas recientemente mejoradas entre Vladivostok y Vietnam para iniciar una red comercial más amplia entre el Lejano Oriente y el resto de la ASEAN.
Rojo: Corredor de Corea
Puede que no parezca probable en el corto plazo, pero en el caso de que las dos Coreas se reúnan o de que Rusia pueda llegar a un avance importante en un acuerdo de infraestructuras con las dos, sería beneficioso para todas las partes si se construyera un ferrocarril entre ellos ayudando al transporte barato unimodal terrestre de mercancías de Corea del Sur al mercado europeo (así como a facilitar las exportaciones de carbón de Rusia al tigre asiático).
Amarillo: Ruta del Mar del Norte
El derretimiento del hielo ártico abrirá una ruta comercial marítima vital entre Asia del Este y Europa Occidental, con Vladivostok y el anteriormente propuesto condominio socio-económico de las islas del norte con Japón, figurando prominentemente en esta nueva vía de paso global como importantes puntos de transbordo y nodos geoestratégicos de control.
Verde lima: Tikhi a Tiksi
La Ruta del Mar del Norte volverá a crear un estrecho de cuello de botella al estilo de Malaca a través del estrecho de Bering, y por lo tanto interminablemente vulnerable a manipulaciones geopolíticas y a amenazas asimétricas, pero si Rusia puede convencer a las potencias del noreste de Asia de China, Corea del Sur y Japón, para ayudar a construir un ferrocarril del Océano Pacífico ("Tikhiy" en ruso) al Océano Ártico, al puerto ártico de Tiksi en Sajá, entonces, las tres principales economías podrían dar la vuelta a este peligro y el Lejano Oriente ruso se beneficiaría de ello.
Encrucijada crítica
El mapa contiene tres círculos de color rojo para marcar los puntos de infraestructura más críticos para el futuro económico de Rusia. Como era de esperar, el núcleo del país Moscú-San Petersburgo está en la lista debido a su papel clave en conectar los proyectos del Pireo a Petersburgo, el Corredor Norte-Sur, el puente terrestre de Eurasia, el Corredor de Asia Central, y el transiberiano. Vladivostok es también un importante nodo de infraestructura debido al papel central que juega para los proyectos transiberiano, el Corredor de Corea, el Arco del mar de Asia, la Ruta del mar del Norte, y de Tikhi a Tiksi. Aunque, naturalmente, se podría esperar que estas dos áreas fueran a ser áreas de interés para Rusia, podría coger desprevenidos a muchos ver que la subregión de "Baluchistán", entre el sur de Irán y Pakistán, también está incluida, pero esto se debe a que Chabahar es un punto terminal para el Corredor Norte-Sur, mientras que Gwadar es su equivalente para el Corredor Económico entre China y Pakistán, que algún día podría enlazar con el Pasillo de Altai con el fin de dar a Siberia una ruta comercial hasta los mares del sur.