El ascenso del precariado
"Precariado”, deriva de la palabra precario, es una clase de nuevo surgimiento en la población activa que experimenta una constante privación, enfado, ansiedad, y alienación en su trabajo.
Fue una pesadilla para muchos liberales -tanto en los EEUU como en el resto del mundo- ver como una figura controvertida como Donald Trump, vencía en las elecciones presidenciales y se ponía al timón del país más fuerte del planeta [1]. A pesar del bombardeo de difamaciones urdidas por los medios principales de comunicación justo antes de la carrera presidencia, el presidente-electo Trump prevaleció y causó una malestar masivo al asegurar los votos cruciales del público estadounidense: La clase media y trabajadora de los “Rustbelt states” [Estados del cinturón de óxido, en referencia a las industrias], el centro por el que EEUU fue conocido como una gran nación industrial y manufacturera [2].
Muchos encuestadores y analistas políticos se equivocaron, pero las señales ya habían estado en el horizonte durante años, apuntando a la potencial agitación social que condujo a la victoria de Trump. Si nosotros pudiéramos perfilar a los votantes, ¿cómo les describiríamos mejor? Puede que la respuesta se encuentre en la nueva clase social denominada el “precariado”.
¿Qué y quiénes son el precariado?
En las palabras del economista británico, profesor Guy Standing, “precariado” –derivada de la palabra precario- es una clase de nuevo surgimiento en la población activa que experimenta constante privación, enfado, ansiedad, y alienación en su trabajo. Tiene tres dimensiones laborales importantes que definen tales atributos: Las relaciones de producción, distribución y el Estado [3].
En términos de su relación con la producción, el precariado está en un estado de trabajo inestable, abarcando desde contratos flexibles, trabajos casuales, autónomos, de media jornada para tener trabajo intermitente. Todas estas relaciones producen una identidad ocupacional de inseguridad y una narrativa poco clara al respecto de su carrera.
Desde el punto de vista de las relaciones de distribución, el precariado depende solamente de los salarios desprovistos de pensiones, reducciones, y beneficios médicos. También perdieron lo que el proletariado normalmente poseía: Beneficios estatales consagrados en derechos que eran la base del modelo del bienestar. Según se estancan los salarios, el precariado normalmente recurre a pedir préstamos a los bancos o a cualquier otra de las instituciones financieras informales para continuar viviendo. Tal desesperación solamente profundiza su problema y exacerba la desigualdad social aún más.
Con respecto a la relación estatal del precariado, su modelo de vida es parecido a los habitantes/residentes más que a ciudadanos que tienen claros derechos civiles, culturales, políticos, sociales y económicos. De hecho, según el profesor Standing, se están convirtiendo rápidamente en solicitantes al Estado para pedir beneficios o servicios prestados por los burócratas.
Lo que les separa de la clase trabajadora corriente denominada como proletariado, es que el precariado normalmente tiene un nivel educativo superior al que su trabajo requiere. Están destinados a hacer algo relacionado con su conocimiento y habilidades adquiridas por su esfuerzo educacional, pero terminan volteando hamburguesas en un establecimiento de comida rápida, o se convierten en trabajadores informales en la “Gig economy” [economía de trabajos esporádicos con contratos individuales], por ejemplo, conduciendo para Uber [4].
El precariado y el tsunami político anti-globalización
Es seguro asumir que aquellos que votaron por Trump y el Brexit son en gran parte de la clase precariada. Tienen valores conservadores en sentido de anhelantes por los viejos y buenos días cuando sus países otrora prosperaban con trabajos estables y Estado del bienestar, que ahora desaparece rápidamente debido a la deslocalización de trabajos y el número creciente de inmigrantes compitiendo en el mercado de trabajo.
Por ejemplo, en los EEUU, The Economist informó que los impactos negativos del ‘North America Free Trade Agreement’ (NAFTA) en los trabajadores americanos son fáciles de ver: Entre 1999 y 2011, EEUU perdió en términos netos, sobre 6 millones de empleos manufactureros [5]. Combinado además con el ascenso de China a la arena comercial mundial tras convertirse en miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la investigación hecha por David Autor, David Dorn, y Gordon Hanson concluyó que hasta 2,4 millones de empleos en EEUU pueden haberse perdido –tanto directamente o no- debido a las importaciones más baratas desde China [6].
Todos esos trabajadores que han perdido sus trabajos debido a los factores anteriormente mencionados forman la mayor parte de los votantes del “cinturón de óxido” (“Rustbelt”) cuyos puntos de vista concordaron con la llamada fuerte y sonora de Trump para hacer EEUU grande de nuevo al traer de vuelta los trabajos para el otrora núcleo industrial estadounidense.
Los más jóvenes entre el precariado pueden tener valores distintos a los que tiene el precariado del “cinturón de óxido” (“Rustbelt”) de Trump, pero su apoyo para Bernie Sanders, que perdió ante Hillary Clinton en las primarias presidenciales del partido Demócrata, indicaron una precariedad similar con respecto a los temas laborales y económicos [7].
Una de las preocupaciones más grandes entre el precariado más joven son los préstamos estudiantiles. Según las estadísticas oficiales de EEUU, casi 40 millones de estadounidenses tienen préstamos estudiantiles, que suman un total de 1,2 billones de dólares. Está en el segundo lugar de deudas de consumidores tras las hipotecas.
El ‘Movimiento Ocupa’ que emergió en 2011 fue alimentado por tal resentimiento del precariado más joven que demandaba una mayor rendición de cuentas y una distribución de la riqueza más justa. El movimiento afirmaba representar al 99% del pueblo en su protesta contra el 1% compuesto por los banqueros y capitalistas de Wall Street, que habitualmente son culpados por la crisis económica cíclica, especialmente en la debacle reciente de los créditos ‘subprime’ de 2008.
El precariado y el club Bildelberg
La noción de precariado no es mero discurso académico, ni es un fenómeno aislado que ocurre solamente en occidente. Su presencia entre nosotros incluso ha girado las cabezas de las élites que gobiernan y modelan la dirección de nuestra política y economía globales.
La conferencia nº64 del club Bilderberg, una reunión elitista de los líderes mundiales y jefes de corporaciones que fue mantenida en Dresde, Alemania, del 9 al 12 de junio de 2016, colocó el tema del “precariado y la clase media” en la agenda de la reunión anual. Apodada por algunos como “el Davos secreto” debido a la naturaleza de sus reuniones envueltas en secreto y exclusividad, la conferencia es un contraste total con su equivalente flamante e ilustre del Foro Económico Mundial [8].
La conferencia del club Bilderberg es conocido para dirigirse a temas importantes que modelan el trasfondo de la política y economía internacional. Una reunión anual iniciada en 1964 fue diseñada para fomentar el diálogo entre Europa y Norte América mediante el encuentro de líderes nacionales, expertos de la industria, finanza, mundo académico y medios de comunicación para tomar parte en la discusión de temas importantes guiados por la regla de la Chatham House [9].
El resultado de las conferencias no fue informado y solo recientemente hubo un comunicado de prensa con respecto a la agenda de la conferencia y su lista de participantes. Con el precariado nombrado en la agenda del Club Bilderberg este año, el problema ahora está siendo debidamente conocido por los miembros del Bilderberg consistentes en gran parte de ese 1% que ejerce influencia masiva en nuestro mundo a día de hoy [10].
Como la economía mundial continúa floja y la desigualdad de la riqueza mundial empeora -según se reportó el Informe de la Riqueza mundial de ‘Credit Suisse’ en 2016 [11]- el aumento del precariado ya no estará confinado al hemisferio norte. Más bien, será contagioso a otras partes del mundo, especialmente entre las economías emergentes ya que su modelo de desarrollo es similar a aquellos de las naciones desarrolladas donde el precariado surgió en primer lugar.
Es la hora de que cada gobierno en Eurasia ponga estrecha atención a esta clase emergente, para que la estabilidad política de la nación no sea más precaria a cada día al igual que el precariado quien, si no se previene, será una fuerza política con la que contar, como recientemente se demostró en los EEUU y Reino Unido.
Notas:
[1]. Zakaria, Fareed. From Wealth to Power: The Unusual Origins of America's World Role. Princeton, N.J: Princeton University Press, 1998.
[2]. Brownstein, Ronald. “How the Rustbelt Paved Trump's Road to Victory”. The Atlantic. http://www.theatlantic.com/politics/archive/2016/11/trumps-road-to-victory/507203/ (accessed January 1st 2017); As early as July 2016, Michael Moore, America’s documentary filmmaker renowned for his critical appraisal on America’s domestic and foreign policies had predicted Trump’s victory and outlined the rustbelt factor as one its main reasons, see Rosenmann, Alexandra. “Michael Moore Gives 5 Scary Reasons Why Trump Will Win”. Alternet. http://www.alternet.org/election-2016/michael-moores-5-reasons-why-trump-will-win (accessed January 1st 2017); see also Mellon, Steve. After the Smoke Clears: Struggling to Get by in Rustbelt America. Pittsburgh: University of Pittsburgh Press, 2002.
[3]. Standing, Guy. The Precariat: The New Dangerous Class. London: Bloomsbury Academic, 2016. p11-40.
[4]. Standing, The Precariat. p159. For an overview projection on the changing nature of work in the age of technological revolution especially automation and Big Data, refer also to Avent, Ryan. The Wealth of Humans: Work, Power, and Status in the Twenty-First Century. New York: St. Martin’s Press, 2016.
[5]. The Economist. “Free Trade in America: Open Argument”. The Economist. http://www.economist.com/news/leaders/21695879-case-free-trade-overwhelming-losers-need-more-help-open-argument. (accessed 1st January 2017)
[6]. David, H., David Dorn, and Gordon H. Hanson. "The China syndrome: Local labor market effects of import competition in the United States." The American Economic Review 103, no. 6 (2013): 2121-2168.
[7]. The defeated Democrat presidential candidate Bernie Sanders as argued by many was the better candidate to go against Trump in winning the hearts and minds of the rustbelt voters due the nature and focus of Sanders’ campaign and long-time activism. See Gabatt, Adam. “Former Occupy Wall Street protesters rally around Bernie Sanders campaign”. The Guardian. https://www.theguardian.com/us-news/2015/sep/17/occupy-wall-street-protesters-bernie-sanders. (accessed 1st January 2017).
[8]. From its official press release, the 64th Bilderberg meeting outlined “precariat and the middle class” as one of its discussion agenda. See Bilderberg, “Press Release”, Bilderbergmeeting.org.http://www.bilderbergmeetings.org/press-release.html (accessed 1st January 2017)
[9]. For a scholarly treatment of Bilderberg, see Richardson, Ian, Andrew Kakabadse, and Nada Kakabadse. Bilderberg People: Elite Power and Consensus in World Affairs. Abingdon, Oxon: Routledge, 2011.
[10]. See Jeffers, H P. The Bilderberg Conspiracy: Inside the World's Most Powerful Secret Society. New York: Citadel Press, 2009. Estulin, Daniel. The True Story of the Bilderberg Group. Walterville, OR: TrineDay, 2009.
[11]. Suisse, Credit. Global Wealth Report 2016. Zurich, Switzerland: Credit Suisse AG, Research Institute, 2016.