¿Acaso los espías dominan el mundo?

31.05.2019

Los escritores dedicados a la cacería de conspiraciones han vislumbrado el gobierno mundial de la penumbra como una oficina de "sabios" indeseables, que viven acechados por las empresas cinematográficas y los inversores en ellas. El gran escritor ruso Israel Shamir destruye en "Entre la plume et l enclume" el mito de la fidelidad de los servicios de inteligencia a sus Estados. Rumiana Ugarchinska, profesora de Servicios de inteligencia de Europa del este lo confirma en su libro "KGB".

Esto es de suyo bastante siniestro, pero la realidad es difícil de entender en la medida que nuestro mundo siga dirigido por entidades parecidas al Club Junior Ganymedes, en el que se han vuelto locos. No nos referimos a un gobierno, sino a una red, como la vieja francmasonería, que ha sido domesticada por un grupo de espías y de periodistas, y que ha sido adquirida en la subasta.

(En la mitología griega, dice Wikipedia, Ganymedes es un héroe que vivía en Troya. Homero describe a Ganymede como el mortal "más bello" y en una versión del mito, el propio Zeus es seducido por la belleza del personaje bajo la forma de un águila para servir como portavasos en el Olimpo. El mito fue un modelo en la instauración del culto griego a la pederastia, concebida como la relación romántica aceptable entre un varón adulto y otro varón adolescente. Con esta aclaración se aclara la referencia de Israel Shamir al Club).

También hay servicios deficientes

El Centro de Investigación se Seguridad Nacional fue el centro de inteligencia al servicio de la presidencia de México desde 1989 hasta el comienzo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que se inició a finales de 2018.

El Cisen no fue muy brillante. No se le conoce una sola actividad de la que pueda sentirse satisfecha la nación. A diferencia del la Dirección Federal de Seguridad, el Cisen fue un servicio mediocre. y en favor de este rasgo distintivo echamos mano al libro "Cisen", tal como fue escrito por Jorge Torres en 2009. De sus páginas citamos uno párrafos que lo dicen todo. Se trata de parte de una entrevista hecha por Torres al cubano Pedro Riera Escalante en 2005.

Dice Riera Escalante: "el nivel de profesionalismo de los servicios de inteligencia mexicanos lo considero bajo, y no lo digo con el ánimo de denigrarlos ni mucho menos. Pero se justifica por las propias circunstancias de las misiones que cumplen y la forma en que las cumplen, y no por incapacidad. siempre han estado inmiscuidos en problemas de política interna... Están enfocados a manipulación por los distintos grupos de poder en México y a ser utilizados en tareas de política interna en lugar de atender la seguridad del Estado".

Rumiana Ugrartchinska y los servicios del este europeo

La especialista francobúlgara en servicios de inteligencia de Europa del este, sobre todo dela etapa de la transición entre la caída de la Unión soviética y el inicio de su paso al neoliberalismo. La profesora Ugartchinska nos dice en su libro "KGB" que en la etapa en que se tambaleaba el sistema socialista, hacia 2003, los institutos y las escuelas de formación del KGB dieron un viraje en la selección de los agentes que participarían en los cursos de formación profesional.

Además de el aprendizaje de por lo menos dos lenguas extranjeras aparte de la propia, aprendieron a comportarse como cuadros administrativos de calidad de las empresas del nuevo capitalismo neoliberal. Algunos agentes llegaron a hablar tres. El deseo del KGB era la formación de personal sano, políglota y endoctrinado.

Cada uno debería ser la imagen de hombres de negocios llegados del frío. A la vez, tendrían que captar la suficiente fomación teoricopráctica para formar y manejar los conglomerados criminales con los que Rusia ha captado grandes cantidades de heroína para venderla con otras mafias y ha enlazado con la mafia china para los grandes comercios clandestinos a todo lo largo de la frontera común. Ugartchinska da la razón a Shamir en sus apreciaciones por el reinado de la corrupción creado por los agentes de la antigua inteligencia

Otros casos de servicios que se pasan al enemigo

El almirante alemán Wilhelm Canaris, último jefe del Abwehr, lservicio de inteligencia militar de Hitler, era de esta especie de agentes secretos impulsados por la ambición política. El almirante había sostenido a Hitler en tanto que temible enemigo del comunismo; pero no tardó en llegar a la conclusión de que EEUU quedaría en mejor posición para la labor anticomunista, y cambió de bando para servir a los angloamericanos. Fue finalmente descubierto y ejecutado por alta traición. Su colega el general Reinhard Gehlen había también traicionado a su Führer y se pasó al lado estadounidense. Después de la guerra, siguió luchando contra la Rusia soviética, esta vez en el engranaje de la CIA.

Los espías son tenebrosos por naturaleza.. El jefe de inteligencia de Venezuela, siendo director del Servicio nacional de la inteligencia bolivariana (SABIN), Manuel Christopher Figuera, se pasó al enemigo en medio del último golpe de Estado abortado. Salió al extranjero cuando todo el mundo se enteró de que era miembro del club Junior Ganymede.

En Estados Unidos, las agencias como la NSA, la CIA y el FBI, han traicionado a su país de manera tan flagrante como Figuera, pero no han huido. Los periodistas Mike Whitney y Philip Giraldi describieron la conspiración encabezada por John Brennan de la CIA con el concurso activo del agente del FBI, James Comey, para operar un cambio de régimen en EEUU. En la conspiración intervinieron varias agencias de inteligencia extrangeras, como el británico GCHQ. La CIA suele espiar en suelo británico para pasar en seguida sus resultados a la inteligencia británica. Los espías del MI6 espían en Estados Unidos y comparten los resultados con la CIA. Por eso ahora se encuentran esos servicios tan bien relacionados a escala.

Ya no se trata en este caso de Estado profundo; ahora los espías del mundo entero, marchan unidos confrontados si fuera necesario con sus directores legítimos. En lugar de permanecer leales a su país, incurren en ejercicios recurrentes de traición. Y so es sólo el deseo de ganancia lo que estimula la traición; todos piensan que son los mejor colocados para saber lo que es bueno para usted, para cualquiera que pueda convertirse en cliente. En cierto sentido son la nueva encarnación de la Cecil Rhodes Society, en la que los políticos elegidos en "democracia" y los hombres de Estado obedecen sometiendo su displacer, su reserva y su disgusto, como ocurre con Trump y Corbyn.

En todas partes, sea en EEUU, en el Reino Unido, en Rusia, los espías han llegado a ser demasiado poderosos para ser llevados de la mano. La CIA estuvo tras el asesinato de JFK e intentaron abatir a Trump. La inteligencia británica ha hecho todo por hundir a Jeremy Corbyn, después de haber contribuido con la CIA para llevar la guerra a Irak. Ellos formaron el Dossier Steele, inventaron la falacia del caso Skripal, y han colocado a Rusia y al Occidente a un paso de la guerra nuclear.

Entre la pluma y el yunque

Los espías rusos se mantienen un modo particular en sus relaciones con las redes mundiales; durante muchos años, en Rusia, corrieron rumores persistentes que aseguraban que la "peligrosa" Perestroika de Mijail Gorbachev fue concebida y puesta en marcha por el jefe del KGB (1967-1982) Yuri Andropov . Con sus allegados, Gorbachev desmanteló el Estado soviético y preparado su viraje al neoliberalismo en 1991 en aras de un mundo unificado. Andropov, que se puso las botas de Brejnev en 1982 (fallecido en 1984) hizo avanzar en el tablero a su peón Gorbachev y su arquitecto de la glasnost Alexander Yakovlev. Andropov favoreció por su parte al general traidor del KGB, Oleg Kaluguin para ocupar la dirección de la contrainteligencia. Más tarde, Kaluguin traicionó a su país, se puso a disposición de Estados Unidos y entregó a los espías rusos por él conocidos al FBI.

Los espías permitieron la explosión de Chernobil; autorizaron a un piloto alemán aterrizar en la Plaza roja, lo que fue utilizado por Gorbachev como excusa para librarse del bloque de generales patriotas. La gente del KGB estuvo activa para subvertir a otros Estados socialistas de manera parecida. Por eso ejecutaron al dirigente rumano Ceauscescu y a su mujer, contribuyeron a abatir la República democrática alemana; conspiraron con Yelsin contra Gorbatchev y con Gorbachev contra Grigori Romanov. El resultado de sus intrigas fue el derrumbe de la URSS.

Los complotistas del KGB en 1991 tendían a pensar que la Rusia poscomunista sería tratada por el Occidente como niño pródigo. Pero, para su decepción, ahora son destinados a ocupar puestos de guardaespaldas de los millonarios. Son cuadros administrativos de empresas públicas y privadas, pero aún tienen que obedecer órdenes.

En Ucrania, los encargados de la seguridad del Estado, el SBU, conspiraron contra el presidente legítimo Victor Yanukovich. organizando y poniéndose a la cabeza de las manifestaciones del Maidan en 2014, para inducir a error al presidente, hasta que se sintió obligado a huir al extranjero. Las manifestaciones del Maidan han sido comparadas con el movimiento de los Chalecos amarillos.

En EEUU, los agentes secretos permitieron a Donald Trump ser el candidato republicano, porque pensaron que perdería la elección ante H. Clinton. Para su sorpresa ganó, y los espías se conformaron con esperar a que cometiera un error tras otros que permitiría convertir al presidente en un secuestrado obediente, un bufón, siempre acechado por la masonería de los espías y los editorialistas.

El prudente mariscal Stalin había purgado al Ejército Rojo de sus generales proalemanes, como los espías probritánicos del NKVD, y retrasó el desencadenamiento de las hostilidades tanto como pudo. Sin embargo, ahora, la cohesión y la integración de los servicios secretos ha pasado al nivel siguiente siguiendo las discusiones.

Si son tan poderosos, bien integrados y unidos, ¿no deberían mejor tirar la toalla, salir del ring y entregarse? ¡Horror! Claro que no. Después de todo lo que consiguieron están a punto de perderlo. Conspiran, y saben hacerlo bien, pero Alah es un conspirador de más altos vuelos, como suelen decir los musulmanes.

Alfred Dreyfus

Una soleada mañana otoñal de 1894, el joven capitán Dreyfus compareció en el ministerio de la Guerra. Había sido convocado a una cita para una inspección de rutina. Un oficial en la recepción le puso la mano en la espalda diciéndole: "En nombre de la ley lo declaro en estado de detención. Está usted acusado de alta traición". Así comenzó el caso Dreyfus.

Dreyfus fue sentenciado a una pena prisión después de un procedimiento que incluso el escritor Emil Zolá consideró amañado. En 1912, dos años antes de la Gran guerra, el capitán desempeñó trabajos de logística incluso a partir de 1914 ya desencadenadas las hostilidades con Alemania.

Después de la Guerra, Dreyfus se retiró a la vida privada. Un vecino suyo acudió una tarde a verle para informarle de que un oficial francés había sido acusado de traición en favor del enemigo alemán. Le preguntó a Dreyfus su punto de vista. Este respondió: "Nunca se sabe. Porque no hay humo sin fuego".