Después del golpe de Estado en 2014 y del deterioro de las relaciones con las autoridades de Rusia, Kiev de vez en cuando trata de participar en diversos proyectos excluyendo al estado vecino. Sin embargo, como en el caso de la "ruta de la seda", la mayoría de estos proyectos a menudo terminan fracasando. La razón de esto hay que buscarla en la integración histórica de la infraestructura de Rusia y de Ucrania, ya que una vez fueron un solo estado.
El proyecto de transporte por carretera "Ucrania - Georgia - Azerbaiyán - Kazajistán - China» es irracional, porque supone cruzar dos mares. Es un procedimiento muy costoso que consiste en que un tren con un dispositivo especial es embarcado en un transbordador, y una vez llegado a su destino debe ser desembarcado de la misma forma, lo que aumenta significativamente los costos de transporte. Una ruta alternativa a través de Rusia resultaría mucho más barata. Por eso, el tren de contenedores de Ucrania no está solicitado y ahora se ha quedado atascado en la frontera entre China y Kazajstán.