La protesta ciudadana de las capas medias urbanas
El caso Argentino
¿El llamado banderazo del 17 de agosto pasado, que sigue al del 20 de junio, pueden considerarse un movimiento social?
Estos reclamos ciudadanos, ¿Forman parte de la historia de la lucha del pueblo Argentino; o son meras quejas manipuladas por los medios de comunicación en aras de oponerse al gobierno de turno?
Veamos de qué se trata
En los últimos años, y en líneas generales, este tipo de acontecimientos se reitera a lo largo de gran parte del mundo y de nuestra América. No es un fenómeno original de la Argentina
Por tomar solo un trabajo académico de reciente producción; en él, se mencionan al año 2011 y en Túnez, como el inicio de este ciclo de protestas. El trabajo nos dice también, que es posible agrupar en tres grandes conjuntos los hechos considerados.
Un primer grupo, en dónde las acciones de protesta se orientan al fortalecimientos de nuevos derechos sociales y democráticos. Otro grupo, en que prevalecen las viejas reivindicaciones que hacen a los problemas estructurales, como ser: las cuestiones salariales, de inequidad, de pobreza, corrupción, etc. Y un último grupo, cuyos reclamos tienen una raíz política, como en el caso de la independencia en Cataluña, el conflicto en Hong Kong, etc.
También sostiene el trabajo, que la raíz de estos reclamos en nuestro Sur periférico, se inician en el 2008 con la crisis financiera, e involucran preferentemente a las capas medias tradicionales de la sociedad, y a las capas medias que fueron favorecidas en los inicios del año 2000; y que hoy, sufre las consecuencias de las recesiones crónicas. Su asiento está en las principales ciudades y sus reclamos son potenciados por las Redes Sociales.
En fin, coincidimos en parte en estas apreciaciones…Son acontecimientos cuyos reclamos no tienen dirección política aparente, horizontales si se ve superficialmente, sin representación y sin delegados explícitos
Para la convocatoria del 17 de agosto en Argentina: Elija Uds. entre una lista de motivos, aquel que prefiera. Quejas a la carta: Reforma Judicial, Cuarentena extendida, Corrupción, Inseguridad, Recesión, aburrimiento, etc.
Sin conducción a la vista, convocada por las redes sociales, pareció un desfile de ciudadanos en procura de la libertad perdida, que agitando la Constitución en mano, piden por el regreso de las instituciones y las leyes, como si todo ello hubiese desaparecido.
Las personas que desfilaron, se auto-perciben como ciudadanos libres que se reúnen para protestar cada uno por motivos distintos, con lo cual, ese conjunto de ciudadanos se agrupó en función de su padecimiento individual y no colectivo.
El desfile, no tiene conducción a la vista, aunque son parte de una manipulación mediática, que como consecuencia de la forma que adopta, queda diluido el centro de difusión, para transmitir una aparente demostración de participación democrática, que no es tal. Detrás de las redes sociales existe un centro de irradiación, que la oposición al gobierno maneja a discreción. Centro de irradiación que contiene uno o varios dispositivos de información o inteligencia. A saber, consultoras, trolls, medios periodísticos, mecanismos en apariencia horizontales, pero que en realidad trabajan desde la orden de un centro.
La queja masificada no tiene ningún programa alternativo, sino que es simplemente una marcha opositora al gobierno, “por las dudas”. Cualquiera excusa hubiese servido.
Es la queja efímera y circunstancial de las capas medias urbanas de las ciudades. Vuelven a sus casas creyendo que están haciendo patria, para quedarse más solos que antes. Existen dobles intenciones en el centro de difusión que no es explícito. Cuál es, el condicionamiento al gobierno pensando en las elecciones del año próximo. El surgimiento de los potenciales nuevos candidatos o los objetivos a defenestrar del campo contrario.
Estos sectores medios urbanos, definen hoy para un lado o para el otro una elección. Es el corazón de la opinión pública. Ese es el valor que tiene para los que se esconden detrás de estas marchas “espontáneas”, que tienen desde ya algún motivo válido para desfilar.
Estos hechos, abortan todo el tiempo el largo plazo. La posibilidad de pensar el país estratégicamente. El desfile del 17A, es el desfile del ciudadano en soledad, y algunas pocas tribus y castas que dan su apoyo logístico.
En cuanto a la libertad perdida, Hernández Arregui, nos recuerda en su clásico ensayo, que la falta de libertad, refería a la dependencia de nuestro país de los poderes extranjeros, y la lucha del pueblo por su liberación, era lo que forjaba su conciencia nacional. Estos hechos manifiestan la no-conciencia colectiva. Son sumas de reclamos individuales, que se masifican bajo la manipulación mediática, para desaparecer rápidamente.
Estas quejas masivas son encarnadas esencialmente por capas medias en descomposición, que reflejan el momento por el que transita el sistema capitalista. No es un invento local.
No constituyen un movimiento social. La falta de organización está en la misma intención de quiénes lo generan. Es una suerte de catarsis ciudadana, que intenta boicotear no solo al gobierno, sino que impide la propia organización alternativa. De eso se encargarán las consultoras privadas