Amenazas y represalias diplomáticas de Israel, que seguirá construyendo en los territorios ocupados
El primer ministro de la entidad sionista, Benjamín Netanyahu, comenzó una ofensiva de represalias diplomáticas sin precedentes después del revés sufrido por Israel el viernes en el Consejo de Seguridad de la ONU, aunque la resolución aprobada carece de carácter coercitivo.
La resolución exige que Israel cese "de forma inmediata y completa" las actividades relacionadas con los asentamientos ilegales. También instó a las dos partes en conflicto a luchar contra el terrorismo y la incitación a la violencia.
El primer ministro ha ordenado a sus ministros que durante las próximas cuatro semanas y hasta la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos no viajen a 12 países que, como España, votaron a favor de la resolución de condena a los asentamientos judíos, y que no se reúnan con representantes de sus respectivos Gobiernos, según confirmó un portavoz diplomático israelí. Además de España, los otros países señalados por el dedo sionista son Rusia, Francia, Reino Unido, China, Japón, Egipto, Uruguay, Angola, Ucrania, Senegal y Nueva Zelanda.
La resolución 2334, que ha declarado ilegales las colonias en los territorios palestinos ocupados por la entidad sionista por violar el derecho internacional, recibió todos los votos a favor —entre ellos el de España, que presidía la sesión— salvo el de Estados Unidos, que se abstuvo, permitiendo así que la resolución saliera adelante al no ejercer el derecho a veto, como suele ocurrir siempre que se trata de Israel.
Entre las medidas de represalia que va tomando el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí se encuentra la congelación de las relaciones con Nueva Zelanda y Senegal por haber promovido la votación y la retirada de la financiación a cinco órganos “hostiles” de la ONU. Además, en una clara muestra de desprecio diplomático, el Ministerio de Exteriores israelí convocó el mismo día de Navidad a los embajadores de los Estados que respaldaron la resolución para expresarle una protesta formal.
Benjamín Netanyahu amenazó públicamente en Nochebuena a través de la televisión a los adversarios de la entidad sionista, al encender la primera vela del candelabro de la fiesta de Januká: "Aquellos que estén contra nosotros serán derrotados, porque pagarán un precio diplomático y económico por sus acciones contra Israel”.
El ministro de Defensa, el ultrasionista Avigdor Liebermann, ha ordenado también la suspensión de los contactos políticos de las Fuerzas Armadas con la Autoridad Palestina tras la aprobación de la resolución de la ONU, aunque la medida, que no afecta a la cooperación bilateral en materia de seguridad, tiene escasos efectos prácticos, ya que el Ejército no mantiene lazos políticos con los gobernantes palestinos y se limita a gestionar desde 1967 a través de su Oficina de Asuntos Civiles los trámites que afectan a población en el territorio ocupado de Cisjordania.
El texto ratificado por el órgano de Naciones Unidas declara que las colonias carecen de “validez legal” por violar el derecho internacional y refleja el aislamiento exterior por la deriva del Ejecutivo del primer ministro Benjamín Netanyahu, considerado el más derechista en la historia del Estado judío. Aunque carece de carácter coercitivo, el acuerdo adoptado en Naciones Unidas puede acarrear consecuencias legales para Israel si los responsables palestinos la invocan ante la Corte Penal Internacional.
Como muestra del desprecio de Israel a los derechos de los palestinos y a la legalidad internacional, la entidad sionista construirá 5.600 casas en territorio ocupado palestino pese a la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que exige el cese de los asentamientos ilegales israelíes.
El denominado comité local de planeación y construcción de Jerusalén aprobará la construcción de estas casas en los asentamientos ilegales de Gilo en el suroeste de Al-Quds (este de Jerusalén), en la colonia Givat HaMatos y en Ramat Shlomo.