Nuevo modelo de seguridad global para el mundo multipolar (1ª parte)
El papel de Rusia y China
China ha aparecido en la escena mundial como una “potencia mundial” con poder militar y una economía con mayor crecimiento del mundo. El liderazgo chino no solamente ha limitado el juego sucio de EEUU para prevenir que China se convierta en potencia mundial, sino también demuestra que China tiene el potencial para reparar, a través del desarrollo, el daño repartido por el esfuerzo de los EEUU para mantener su hegemonía. La lucha de Rusia para reentrar en la escena mundial cual superpotencia como lo fue durante la era soviética ha sido exitosa bajo el liderazgo de Vladimir Putin. Los liderazgos de ambos países, Rusia y China, se han dado cuenta de que el único camino para derrotar al mundo unipolar es a través de la constitución de instituciones de un nuevo mundo multipolar y por el cambio de los centros de poder. De hecho, la colaboración estratégica chino-rusa está introduciendo un nuevo orden mundial basado en paz y desarrollo.
El año pasado, ambos líderes celebraron juntos el 70 aniversario de la victoria en la segunda guerra mundial mediante la invitación a los líderes del mundo multipolar a las marchas militares en la Plaza Roja y la Plaza de Tiananmen de los ejércitos del mundo. Casi todo el mundo y sus ejércitos participaron, excepto los EEUU y Europa. Los EEUU y el bloque occidental de la OTAN, quienes boicotearon las celebraciones ruso-chinas de la victoria sobre el nazismo y el fascismo son aquellos que arrastran al mundo hacia la guerra total, mientras que tanto Rusia como China han unido esfuerzos para hacer el mundo más seguro de esta amenaza emergente de guerra. La asociación total entre Moscú y Beijing ha dado a entender que ambos están preparados para defender el mundo de este juego sucio patrocinado por EEUU. De aquí es el motivo por el que ambas superpotencias del mundo multipolar no solamente están constituyendo un mecanismo de seguridad conjunta para la seguridad del mundo multipolar, sino también están preparando para unirse contra el enemigo común desde el mar negro hasta el mar del sur de china.
El orden mundial multipolar encabezado por China y Rusia asegura la prosperidad global a través de la integración regional pacífica. He aquí el porqué de EEUU y sus estados vasallos intenten prevenir que esta multipolaridad se convierta en global, mediante el cerco de Rusia con la OTAN y la contención de China con un proyecto estilo OTAN de Asia. En este escenario emergente, el mundo está siendo testigo de un nuevo cambio en el rompecabezas geopolítico. Turquía, un miembro de la OTAN, está preparando para unirse a China y Rusia mientras India, que es parte de los BRICS y OCS encabezadas por China y Rusia, está en camino de unirse a la política de contención de EEUU contra China. Los expertos creían previamente que sería Pakistán, quien era el aliado más estrecho de EEUU, el que se uniría con Rusia y China.
Este ensayo apunta a enfocarse en el mecanismo chino-ruso de seguridad Asia-Pacífico frente al empuje bélico americano sobre Asia mediante el resaltado de la política de contenimiento encabezada por EEUU contra estas potencias emergentes que construyen un orden mundial multipolar para terminar con la hegemonía multipolar sobre el mundo.
La visión de Xi y la preparación china para la guerra
Informes mediáticos sugieren que China ha ordenado a sus ciudadanos para que se preparen para la venidera tercera guerra mundial. Este paso auto-protector fue tomado por el alto mando chino para proteger su soberanía tras la sentencia del denominado Tribunal Internacional de Arbitraje sobre la disputa del mar del sur de China. China no solamente ha rechazado la parcial sentencia del tribunal en el caso del mar del sur de China, sino que ha prometido tomar medidas para salvaguardar sus reivindicaciones territoriales y rutas marítimas. El actual liderazgo de China está comprometido a convertir el sueño de China en realidad. Así, el presidente Xi Jinping ha ofrecido su visión desvelando la antigua ruta de la seda a través de las iniciativas modernizadas Cinturón-Carretera apuntadas a conectar todo el mundo con puentes terrestres y rutas marítimas.
Siguiendo el anuncio de Xi Jinping de las iniciativas Cinturón-Carretera, los EEUU aceleraron la guerra híbrida contra China apuntando al bloqueo de sus rutas comerciales mediante la instigación de las disputas territoriales entre China y sus países vecinos. Para este propósito, los EEUU están intentando hacer su propio pacto de seguridad Asia-Pacífico con los regímenes gobernantes actuales en Japón, Corea del Sur, y Australia, mientras que también están enfrentándose a la Asociación de Naciones del Sureste asiático (ASEAN en inglés), y la Asociación de Naciones del Sur de Asia (SAARC en inglés). En el sur de Asia, Washington ha tenido éxito en alinear a Nueva Delhi consigo, para contrarrestar a Beijing en el Sur de Asia mientras que el punto de vista indio sobre el mar del sur de China permanece confuso. La inclinación actual de la India hacia los EEUU sugiere que se unirá al proyecto estilo OTAN para Asia encabezado por EEUU contra China. A pesar de ser un miembro de las instituciones mundiales multipolares, India, bajo el gobierno de Modi se ha convertido en un puente para la hegemonía mundial unipolar. Como el autor de un artículo titulado “Rusia en la SAARC” escribió: “India también estaba junto con Rusia y China como un miembro de los BRICS y la OCS pero desgraciadamente, el actual movimiento de Modi para llevar a China a una línea de admiradores unipolares parece peligrosa para la multipolaridad del globo.
La actual tensión entre los EEUU y China inquieta acerca de cómo Washington esperaba usar a estos estados contra Beijing. De hecho, los EEUU están trabajando para formar un proyecto estilo OTAN en Asia contra China. Pero esto no significa que esta iniciativa anti-China disfrutará de algún éxito dado que traerá la destrucción y la guerra al mundo, mientras, por el otro lado, China tiene que ofrecer un desarrollo muy atractivo e integración regional apuntada a resolver todas las disputas territoriales y regionales. Esto se compone por el hecho de que Rusia ahora se ha unido a China en Asia con intención de convertir el lema “el futuro es Asia” en realidad.
Rusia como árbitro en Asia
Bajo el liderazgo del presidente Putin, Rusia ha recuperado el estatus de superpotencia mundial desde la disolución de la Unión Soviética. Los éxitos rusos en Siria demuestran que Rusia está preparada para luchar por la paz mundial. De hecho, Rusia se ha convertido en el símbolo de la resistencia contra la hegemonía unipolar porque es el único país que está haciendo retroceder a la mentalidad de guerra fría de los EEUU de hace 70 años y ahora, en el escenario venidero de guerra mundial, Rusia se ha convertido en la esperanza del mundo multipolar con el potencial para derrotar a los EEUU/OTAN. Por tanto, los EEUU están retratando a Rusia como una gran amenaza para la seguridad europea y está esforzándose por rodear a Rusia con fuerzas de la OTAN. Bajo el mando del Tío Sam, las fuerzas de la OTAN han llegado cerca de las fronteras rusas a través del alimentar el tema ucraniano. Aunque también intentaron encadenar al oso ruso a través de las sanciones europeas, Rusia usó la oportunidad presentada por estas sanciones para ajustar su economía y mira hacia Asia como una alternativa a Europa.
Ahora, Rusia se ha convertido en uno de los socios estratégicos y de comercio más grandes de los países asiáticos. De hecho, la diplomacia multipolar rusa captando a las naciones asiáticas para lograr su sueño del proyecto de la Gran Eurasia. Recientemente, durante la cumbre Rusia-ASEAN en Sochi, la asociación del sureste asiático mostró su interés en firmar un Acuerdo de Libre Comercio (ALC) con la Unión Económica Euroasiática (UEE) encabezada por Rusia mientras que Rusia también ha propuesto lazos más estrechos en cuanto a estrategia y economía entre la UEE, la ASEAN, y la OCS.
El compromiso a escala total con las naciones asiáticas garantiza un estatus de “mediador” para Rusia en la resolución de conflictos y disputas territoriales. Como Rusia está jugando su papel para minimizar la disputa entre China y Vietnam, Rusia también está actuando como árbitro entre China e India, proporcionándoles la plataforma de los BRICS y la OCS para resolver sus disputas fronterizas. Bajo el paraguas de la OCS, Pakistán e India tienen la oportunidad para resolver los conflictos a través de la integración pacífica.