Mad Maqsud: Carretera de Yihad

10.11.2016

El conflicto sirio comenzó un nuevo capítulo en la historia militar. Los lados opuestos usan simultáneamente tanto el arsenal del último siglo como  la tecnología más avanzada. Esta es una guerra real de gran inventiva y mentes creativas también. La creación de armas de fabricación casera desde objetivos cotidianos a domésticos se encuentran en todas partes y se convirtieron en un distintivo de esta guerra.

Al principio de la guerra, antes de que el ejército perdiese el control de la frontera, el flujo de armas a los milicianos era pequeño. Por tanto, los milicianos empezaron a crear rifles caseros. Su alcance no era mucho, eran imprecisos y lentos, pero parecían realmente amenazantes. Los milicianos los habían usado para atacar a controles de carretera y grupos de vehículos. Pero los rifles caseros eran una amenaza, no solamente para el enemigo, sino también para los tiradores. Además de esos gigantescos rifles, los rebeldes soldaron tuberías para hacer lanzagranadas y escopetas. Tales armas fueron bien apropiadas para ataques e incursiones de acuerdo con las tácticas tradicionales para esta área: “Golpear y huir”. Tras algunos disparos, las armas caseras empiezan a quebrarse.

Los rebeldes usaron armas clásicas en combates urbanos: Trabuquetes y catapultas. Este pináculo del ingenio militar antiguo amenaza a la ciudad árabe, como así fue hace 2.000 años.

Las ventajas de estos dispositivos son el hecho de que tales son silenciosas y fáciles de fabricar. Es un buen chollo. Los milicianos lanzan granadas, bombas de tubo, cocteles Molotov e incluso bolas de bolos. Después de las catapultas, pasaron a proyectos más grandes: Los ‘cañones infernales’, la artillería casera de los terroristas. La falta de puntería y ajustes son compensados por el calibre. Los milicianos normalmente atacan distritos pacíficos con ello para provocar más daños. Cilindros de gas son usados como carga. Están rellenos de explosivos para destruir lo que golpeen, con explosivos o clavos picados para un efecto más letal, o, por ejemplo, gases tóxicos. Los milicianos usan estas armas para diversas provocaciones, ya que esas armas no dejan pruebas: Es imposible rastrear quién las hizo, y quién las usó. Los milicianos sirios usan tabletas y teléfonos inteligentes para guiar las bombas caseras. Apple Store tiene una aplicación móvil especial: ‘The Mobile Ballistic Calculator’. También hay ejemplos únicos de armas caseras de la vieja escuela sin aparatos modernos. Los profesores de la brigada yihadista en Alepo usan armas caseras, creadas a partir de lo que sea que puede encontrarse en la típica habitación de profesor o sala de trabajo.

El vehículo más popular en la guerra de Siria fue un camión equipado con armas y protección. Los clásicos bien conocidos son las furgonetas japonesas, probadas como las máquinas más fiables, sobre las cuales se puede instalar cualquier cosa, incluso una torreta blindada para tropas.

De hecho, ahora, cualquier vehículo, desde el coche al camión, está equipado con planchas de acero o está equipado con armas y se usa para asaltar fortificaciones, o está lleno de explosivos y es enviado a una misión suicida. Sin embargo, esos vehículos son toscos y se averían más a menudo de lo que los enemigos los destruyen, pero todavía es popular la tenencia de semejante monstruo blindado. Los terroristas usan su imaginación salvaje para crear estas máquinas de la muerte, que pueden ser controladas vía ‘joystick’. Recientemente, las fuerzas del Ejército Libre Sirio, operando en el norte de Alepo, presentó un tanque casero con equipamiento anti-minas.

Se parece a los pantallazos de la reciente película post-apocalíptica de Hollywood: ‘Mad Max: Fury Road’ (‘El loco Max: Furia en la carretera’). Pero en cambio, esto es ‘el loco Maqsud: Carretera de Yihad’. Algunos sirios hacen chistes sobre esto, y graban videos divertidos documentando este fenómeno y referencian a esa película. Los verdaderos maestros crean tanto el video para youtube como las escopetas para las furgonetas, aunque nada pueden hacer para detener la arremetida del ejército sirio.