Los movimientos demográficos: el turismo y las migraciones
Desde 2015 nadie en occidente ha podido negar la importancia de los acontecimientos migratorios de Asia hacia Europa y desde la América del Sur y Centroamérica hacia Estados Unidos. Estas son las implantaciones de gente llegada del exterior a los centro de interés para la actividad turística en una estancia breve, y para establecerse en los países receptores por un tiempo indeterminado.
Las migraciones y el turismo son parámetros esenciales de las realidades y las evoluciones geopolíticas. No es lo mismo la migración china hacia las costas occidentales de los tres países de América del Norte hace un siglo, cuya aspiración era la de sobrevivir a la penuria dominante en su propio país y buscar nuevos paisajes para establecerse en ellos que el reciente desplazamiento de grandes contingentes chinos a México y a Canadá es un proyecto que se desenvuelve y soluciona en la intimidad diplomática.
Los desplazamiento de población, por razones económicas que lleva a los migrantes a sitios lejanos, como fue el caso de las treinta y tantas tribus (destacando las latinas y las sabinas) que fundaron Roma, cuando los despliegues de la ciencia jurídica dio la seguridad de vida que requerían los migrantes. Toda la humanidad ha recibido el beneficio de las migraciones cuando un orden jurídico ha respaldado el cambio de país.
Los acontecimientos geopolíticos incluido los de orden turístico, pueden ser los motores de la salida de los migrantes. Los niveles de simpatía de una población por los pobladores de países vecinos, aunque sea una conquista reciente, es un fenómeno geopolítico que provoca otro que parte del cambio colectivo de domicilio.
Las migraciones de personas desprovistas de un interés distinto de la sobrevivencia son provocadas por los genocidios, las guerras y los conflictos civiles. Los más conocidos son los judíos que se refugiaron en América de la persecución inquisitorial, y los armenios para quienes resultaba imperativo ponerse fuera del alcance de los turcos.
Otro factor migratorio es el de la opresión sufrida por naciones enteras por estados totalitarios de signo stalinista, que obligaron a muchos ciudadanos a encontrar refugio en Europa occidental. Otro factor más que produce migraciones son las guerras de conquista como las que desencadenan con frecuencia indeseable las potencias europeas en Africa.
Y así, la geopolítica puede en un sentido provocar movimientos migratorios que desembocan en una nueva realidad geopolítica. La guerra cristera espera su segunda versión cuando las migraciones de católicos del sur de la frontera estadounidense la crucen. Cuando la cantidad de refugiados económicos sea excesiva, la población blanca que logró inquietar Donald Trump tendrá mucho qué decir.
El agregado cultural en las migraciones
La civilización surgió en los valles protegidos de los grandes ríos, como el Tigris y el Ëufrates, el Ganges y el Indo, el Hoanho y el Yangtzé. Por eso los pueblos más cultos de la antigüedad fueron los egipcios, los sirios y caldeos, los hindúes y los chinos. Y cuando estos pueblos lograron salir de los ríos y alcanzar los mares cerrados, como el Mediterráneo o el Mar de China con la mirada puesta en la costa acapulqueña, volvieron a sus navegantes cartógrafos una fuerza para la conquista guerrera.
Los que no pudieron dominar el mar, como los chinos y los pobladores aborígenes americanos quedaron encerrados en el territorio donde se aislaron de los demás pueblos.
Esos hechos justificaron la idea que tenían los griegos sobre la humanidad que los rodeaba porque si en cierta medida fueron los beneficiarios de las viejas civilizaciones más próximas a la suya, las superaron con creces, colocando la vida por encima del culto y del temor a la muerte; el razonamiento como fuente de la verdad en lugar de la intuición religiosa.
Son apetecibles, pues, las migraciones cuando son el resultado de una complicación geopolítica en el lugar de su nacimiento, aunque su traslado a otros territorios suele terminar siendo apreciado porque la convulsión geopolítica que causan en el sitio de llegada termina en buenos términos. Otra cosa son los desplazamientos de turistas, que la mayor parte de las veces depredan el ambiente donde son recibidos. No hay turismo ecológico, como dicen los canadienses.