La democracia es una tarea geopolítica vital

18.05.2018

La geopolítica sería incomprensible si nos limitáramos a examinar su concepción del espacio y la imagináramos como una especie de geografía dinámica. En realidad el concepto político del espacio y de los factores geográficos no pueden separarse de la idea política.

En el pensamiento geopolítico las ideas políticas que no están arraigadas en la tierra y que no se desarrollan en el espacio, no existen. Por contra, no hay espacios sin ideas políticas en expansión y en el caso de los Estados en decadencia y en caída libre en un vacío sin fondo perceptible, el afán democrático surge como impulso vital que fermenta en todos los públicos.

La fuerza misma de las ideas "desideologizadas" que tienden a la democracia no puede seguir dependiendo de una partitocracia decadente, sino de dos factores esenciales, la representación auténtica de los ciudadanos en el poder legislativo y el funcionamiento de la división de poderes. Esta erupción democrática choca con el supuesto de que la ambición de poder de una entidad nacional debe siempre dirigirse contra las nociones de espacio prevalecientes en otros Estados.

En México aparecen a diario síntomas ineludibles que van del promedio diario de setenta asesinatos hasta la bancarrota de la clase política como motor de un estado soberano. Veamos un caso reciente que demuestra la inutilidad de las llamadas élites políticas y financieras:

Como en un juego de fútbol pierde la clase política mexicana la seriedad

Como si fueran billetes para un partido de fútbol, están saliendo a reventa los contratos petroleros licitados por el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwel, y el presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, Juan Carlos Zepeda.

Dos casos: a comienzos de 2012, Petrofac Ltd se convirtió en la primera empresa extranjera a cargo de operar campos petroleros en México, cuando Pemex le otorgó dos contratos de servicios integrados. Seis años después, ha contratado los servicios de los bancos Barclays y HSBC para promover su reventa.

La compañía se prepara para reducir sus operaciones de producción de crudo y gas. Por otro lado, a comienzos de abril, Bloomberg informó de que la compañía italiana ENI estaba en conversaciones para vender una participación de su contrato, dependiente de un importante descubrimiento petrolero, a la empresa árabe Catar Petroleum International. Fue otra de las primeras compañías en ganar licitaciones del gobierno mexicano.

ENI es la trasnacional energética italiana. Según la denuncia, los directores del ENI, junto con los de la Royal Dutch Shell, entregaron un soborno cercano a mil 200 millones de euros a funcionarios del gobierno de Nigeria para obtener los derechos de explotación exclusivos de uno de los mayores yacimientos de África.

Estos párrafos han sido tomados de la columna Dinero de Enrique Galván Ochoa publicada el 14 de mayo de 2018 en La Jornada.

La pregunta es si los funcionarios mexicanos han tomado alguna medida en previsión de que los contratos no terminen en manos del crimen organizado internacional. Es difícil que no lo hayan previsto. Pero nadie puede puede estar en México y América Central seguro de nada. Otra pregunta que alienta la investigación De Galván Ochoa es si hay alguién alentando las deserciones de beneficiarios de centros productivos de hidrocarburos.

El juego de las entidades ilegales

Doctor en historia y profesor universitario, Patrice Gourdin es profesor en la Escuela del Aire. Participa a la vez en el Instituto de estudios políticos en Aix-en-Provence. Es miembro du Consejo Científico del Centro geopolítico. De su trabajo destinado a la concepción geopolítica de la acción criminal hemos tomado unos párrafos.

Hay en su documento traducible al español como El juego de las entidades ilegales algunas conceptualizaciones que coinciden con las del doctor Xavier Raufer, como la de zonas grises, que son porciones territoriales de muchos países, donde el Estado no puede ejercer facultades soberanas de despliegue de las fuerzas coercitivas, como en las reservas territoriales, en los centros autonómicos indígenas, en los paraíses fiscales.

Dice Gourdin que las mafias, los agrupamientos terroristas y las guerillas provocan la disminución e incluso la desaparición de las defensas inmunitarias de los Estados. Además, no tardan en aprovechar en su propio beneficio cualquier oportunidad que les ofrezca el debilitamiento de la seguridad pública, que es una tarea que compete a los gobiernos.

El debilitamiento de la soberanía, decía el jurisconsulto Antonio García Trevijano, corre a cargo de las burocracias incompetentes que no contribuyen, por corrupción, a que el funcionario responsable de la soberanía por mandato constitucional, concebida como facultad de desplegar en el territorio nacional las fuerzas coercitivas estatales, la policía y el ejército, la ejerza.

La libertad de acción de esos grupos unidos orgánicamente suscita choques frontales entre la democracia (en el caso de que exista en plenitud de definición al menos una) de los Estados y la anarquía, entendida en este caso como una convergencia impune de violencia y crueldad por parte de las organizaciones criminales. En México ha surgido un nuevo tipo de hibridación criminal entre delincuentes y notarios públicos. Estos gustosamente acceden a dar fe de traslados de dominio consentidos con violencia física o moral de los titulares de la propiedad.

La libertad se inhibe en beneficio de la arbitrariedad, porque ésta es indispensable para la actividad de esos grupos, que se consideran maduros cuando la intersección del crimen, la guerra y la política se agrupan en un solo conjunto. Y la guerra no puede negarse en un país donde en promedio hay setenta asesinatos cada 24 horas

Comparados a una enfermedad corosiva de la sociead mexicana; los cárteles de la droga son la amenaza fundamental en la medida que aspiran ahora a ocupar posiciones fundamentales en el Estado. Esta nueva ambición surge por dos motivos: Porque la clase política nacional es débil y tiende a serlo más y más cada día ante la omnipotencia del crimen organizado. La segunda razón es que los grupos criminales públicos no resisten la tentación de reemplazar a la clase política con alianzas ad hoc localizadas en los círculos académicos y en las iglesias, como en Guadalajara.

De tal manera, los grupos criminales representan un grave desafío, a la aspiración democrática cuya fragilidad es explicable porque los ciudadanos ignoran las propociones de la entropía que sus autoridades dejan pasar con su indiferencia e ignorancia.

Realidades criminógenas comparadas

El estado mexicano de Michoacán, dice el doctor Patrice Gourdin, tiene une importancia simbólica en tanto que es la región donde nació el presidente Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón. No obstante la declaración expresa de guerra lanzada por este observante católico, México destaca hoy en el sexto lugar mundial de la lista de Estados dominados por los grupos criminales (mafias, que son agrupaciones con un antecedente clánico que une a sus integrantes, y los cárteles, que son asociaciones criminales modernas formadas por el poder de la clase política de ciertos estados como Rusia, Colombia y México), después de Afganistán, Irak, Pakistán, Nigeria y Guinea-Bisau.

La Camorra napolitana se comporta como una empresa en expansión que extiende sus hilos más allá del sur italiano, al estado mexicano de Tamaulipas donde se ha detectado su actividad al lado de los gobiernos corruptos del PRI local: "En los últimos decenios, bajo el reinado de la Camorra, la región que engloba a Nápoles y sus alrededores, se ha convertido en el centro de una red criminal internacional en la que se integran el tráfico de drogas, las descargas ilegales de basura, el fraude en los servicios públicos, el blanqueo de dinero por empresas semilegales como los supermercados o el juego clandestino en habitaciones traseras de los bares".

En Sicilia, la Cosa Nostra u Honorable Sociedad ha adquirido tal amplitud que el arzobispo de Palermo décidió, en 2008, difundir en los salones de clase el fenómeno mafioso y sus mecanismos operativos a los seminaristas de su diocesis. Uno de sus colaboradores explica: "Es importante que exista en nuestro territorio una reflexión en la Iglesia de la estructura que modela la vida política y la mentalidad de la población. Estos mensajes se inscriben en un movimiento general en Italia que incluye a la justicia, la policía, los periodistas, los campesinos, los empresarios, comerciantes y los simples ciudadanos que aspiran a despertar la toma de conciencia y luchan contra el impacto del crimen en la sociedad".

¿Se trata en este caso de dar armas al enemigo dotándolo de conocimientos precisos sobre un agente mayor del Mal en Italia? De ninguna manera. La mafia italiana prepara así a la población para ofrecerle nuevas élites emanadas de los medios universitarios, religiosos y delincuenciales que decidirán la constitución de los nuevos poderes nacionales.
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En América latina, por ejemplo, las organizaciones criminales cooperan, compiten o rivalizan con las mafias europeas y asiáticas y finalmente tienden a fundirse hasta donde la integridad mafiosa étnica lo permite: el argumento político ya no es invocado en los pactos como no sea una evocación del pasado sin influencia en el presente. Los guerilleros parecen fatigados de las grandes causas y si se abstienen de decir adiós a las armas es porque se resisten a morir de inactividad.

Afganistán

Extraño montaje de modernidad y oscurantismo el de los talibanes afganos que aspiran a volver al pasado apoyándose en procesos técnicos complejos. Ya han comenzado a regular la production de opio en 2008. Afganistán ha producido demasiado opio en estos últimos años y los precios han caído un 20%, lo cual les impide drenar recursos a la guerrilla. Para detener esta sobreproducción los talibanes impusieron la reducción de superficies de cultivo y sistemas de almacenamiento para los excedentes. Los expertos criminólogos lamentan que la comunidad internacional haya subestimado el peso del opio en la potencia de la guerilla.

¿Hay conversiones reales de la guerrilla a la democracia?

Conocido desde la antigüedad, el terrorismo se desarrolla de manera ostentosa partir de finales del siglo XIX. Era un modo de acción ofensiva tendente a imponer la voluntad a un adversario y/o a romper su resistencia, una practica que ha pesado en la evolución de varios Estados. A la vez, el perfeccionamiento incesante de los explosivos desde la invención de la dinamita par Alfred Nobel (1867), y más tarde la aparición y desarrollo de la comunicación de masas (a partir de 1890), permitieron un efecto psicológico considerable con medios militares limitados. .

Entre 1970-1980 las organizaciones que se asumían de la extrema izquierda, que no era más que una simple convergencia de grupos católicos radicales y maoístas, como las Brigadas rojas en Italia (1969-1981), la Fracción del ejército rojo en la República federal de Alemania (1970-1977) o el grupo Acción directa en Francia (1979-1987). Además de estos, los grupos independantistas la invocaron en Macedonia, Irlanda, Argelia, por ejemplo, invocan todavía tal componente ideológico (bascos, corsos, palestinos, kurdos, tamules, cachemires, entre otros) como marca comercial. La ideología ultraizquierdista es eficaz complemento de la guerrilla incluso en nuestros días.

En España y Colombia se intenta hoy mismo incorporar a los miembros de la guerrilla, urbana en la primera y rural en la segunda, a la vida pública. Un riesgo para la nación y el Estado en ambos casos. El nuestro no es tiempo de conversiones políticas. El criminólogo e internacionalista colombiano Omar Bula no vacila un instante en prevenir a los dirigentes políticos sobre ciertos riesgos.

El crimen organizado en América Central

Desde la Cosa Nostra a la mafia irlandesa pasando por la yakuza y las mafias rusas, los grupos criminales gozan de un aura casi mística que genera morbo y respeto a partes iguales. Pero, más allá de los extraños códigos de honor y la sangre, la realidad de las mafias ha sido tremendamente distorsionada por el imaginario colectivo. En Centroamérica las pandillas se sustentan, y a la vez ejercen control en la población, con lo que desafían el control estatal y se imponen a la larga como poder legítimo.

Calor, música latina, tráfico, basura en las aceras. Vendedoras de tortillas de maíz, plátano frito y rosquillas campan por las calles y les dan color. Hombres de mirada torva vigilan cada esquina con imponentes rifles descansando sobre sus rodillas. El alambre de espino decora cada edificio, cada mercado. Miles de casas se desparraman por la ciudad, fruto de un crecimiento urbano rápido y caótico.

Los países del Triángulo Norte de Centroamérica, formado por Guatemala, Honduras y El Salvador —también conocidos como “Triángulo de la Muerte”—, son un enclave estratégico que sirve de puente a la droga entre Sudamérica y Estados Unidos. El endurecimiento de la lucha contra el narcotráfico en México en los últimos años ha tenido como resultado la búsqueda de nuevas rutas para el tráfico de cocaína, que aprovecha los gobiernos débiles de Centroamérica para atravesar impunemente el Caribe en su camino a EEUU.

Esta zona se ha visto envuelta en unas dinámicas de violencia e inseguridad tan fuertes que desde 2012 se considera una de las más peligrosas del mundo, equiparable a Somalia, Irak o Siria. Pero, a diferencia de estos, Centroamérica no tiene ningún conflicto armado desarrollándose en sus terrenos, lo que no impide que sus ciudades ostenten las tasas más altas de homicidios de la clasificación. San Pedro Sula, Tegucigalpa, Comayagüela, Choloma, San Salvador y Guatemala se disputan año a año el dudoso mérito de ser la ciudad más violenta del mundo.

Centroamérica es considerada una región de riesgo extremo. Seis países de América Latina se encuentran en la lista de los trece países con mayor índice de criminalidad. México no podía faltar.

Las elecciones no garantizan la democracia

La abstención masiva que caracterizó a las elecciones legislativas realizadas en Líbano (50%) y en Irak (65%) así como las elecciones municipales en Túnez (77%) ha sido interpretada en Occidente como prueba de la inmadurez de los pueblos de esos países. O sea, aunque tengan democracia desde hace 7 o 75 años, son pueblos “irresponsables” que deben seguir tutelados.

Pasando por alto el hecho que en Occidente también hay consultas nacionales que registran cifras de abstención similares, las potencias occidentales explican el abstencionismo registrado en Túnez, Líbano e Irak con los malos resultados económicos de sus gobiernos, como si los árabes no entendieran que pueden deliberar sobre proyectos y determinar su futuro y creyeran que las elecciones sólo sirven para aprobar los resultados de anteriores gobiernos.

La interpretación occidental de las tasas de abstención en esos tres países es falsa. Cuando se niegan a votar, los electores tunecinos, libaneses e iraquíes no rechazan la democracia sino los procedimientos –falsamente democráticos– que en realidad la desvirtúan.

Los tunecinos, que ven como Enahdha y Nidaa Tunes deciden aliarse –después de haberse combatido– tenían todas las razones del mundo para prever que esas dos formaciones, que son los dos partidos políticos más grandes de Túnez, iban a ponerse de acuerdo para repartirse los cargos locales en juego, como ya lo habían hecho antes con los cargos a nivel nacional.

Los libaneses, concientes de que no tienen otra opción que el “cacique” de su grupo confesional y sus vasallos, para garantizar ser defendidas de las demás comunidades.

Los irakíes saben que su voto no será tenido en cuenta si no concuerda con los deseos de la autoproclamada «comunidad internacional».

Resultado: sólo el Hezbollah libanés, nacido al calor de la resistencia contra la ocupación israelí, y la coalición irakí encabezada por Moctada el-Sadr, surgida de la resistencia contra la ocupación estadounidense, recogieron el máximo de votos que sus aliados pudieron garantizarles.

Los occidentales se felicitan por las tasas de abstención con las que agitan su agresión y su intervención, de 17 años, en el Medio Oriente ampliado. Toda expresión de una voluntad organizada de los pueblos constituye una pesadilla para los occidentales, cuyo único objetivo es acabar con la organización estatal y soberanía pasando por el desmantelamiento de su nación y memoria histórica para garantizar su propia dependencia.

Pero cuando los sirios acudieron masivamente a las urnas para elegir a su presidente, los occidentales se quedaron petrificados. Y tuvieron que posponer su plan de desmantelamiento de la República Árabe Siria.

Consultas a Nuevo Orden Mundial, la Red Voltaire, IRIS, Omar Bula, Xavier Raufer y Patrice Gourdin.