La implosión de la democracia de Estados Unidos de América

02.11.2016

Indiscutiblemente que la candidatura presidencial de Trump, ha producido una fragmentación del Partido Republicano, que solo tiene como precedente en la historia política estadounidense el cataclismo que se produjo en el año 1854, cuando el Partido Whig de los Estados Unidos se desintegró dando paso el 20 de marzo de ese mismo año a la fundación del Partido Republicano en el Estado de Wisconsin. Se construyó con militantes y simpatizantes del Partido Demócrata, el Partido del Suelo Libre, independientes y lógicamente el Partido Whig.

Hay que recordar las elecciones presidenciales de 1860 del Partido Republicano y de su candidato Abraham Lincoln. La victoria de Lincoln fue facilitada por la división del Partido Demócrata. La lucha por la candidatura presidencial llevó a los demócratas a una crisis interna y a la destrucción de ese partido. Esa es la consecuencia inevitable de la división de los partidos políticos en medio de un proceso electoral.

Los principales líderes del Grand Old Party, "El Gran Partido Viejo" se han segregado de la campaña electoral y otros de manera pública han retirado su apoyo al excéntrico magnate neoyorquino, es importante destacar que él venció en la primaria a todo el liderazgo republicano, lo que significa una ruptura de la cúpula partidista con las bases de ese partido. Esta actitud recuerda la división de los republicanos. ¿Escucharán las bases republicanas a los jefes del partido o se expresarán en las urnas por sus convicciones políticas e intereses particulares?.

Es muy probable que el Programa de Gobierno de Trump responda en esencia más a la  ortodoxia republicana que todos sus últimos candidatos, para ilustrar léase sobre los fundadores del Partido Republicano, cito: " ...También estaban de acuerdo en impulsar una política económica basada en dos aspectos fundamentales: una política comercial proteccionista, que disminuyera o impidiera las importaciones por medio de aranceles altos, para proteger la industria nacional de la competencia extranjera; y una política de "mejoras federales" por la cual el Gobierno Federal (Nacional) debía invertir mucho más dinero en obras públicas o de infraestructura (puentes, caminos, etc.) para estimular la economía".  Esos son los dos ejes principales del programa de gobierno de Donald Trump.

El otro aspecto planteado por Trump ha sido la política anti-inmigrantes, esto no es nada nuevo en la política norteamericana, debemos recordar que según Norberto Barreto Velázquez en su libro "Breve historia de los partidos políticos en los Estados Unidos": "En la década de 1840 surgió un partido anti-inmigrante conocido como el Partido Americano, también conocido como el Partido Know Nothing. El origen de este nombre está en el hecho de cuando alguien les preguntaba algo a alguno sus miembros, éste respondía que no sabían nada (“know nothing”), y de ahí les quedo el calificativo. El nuevo partido contaba con el apoyo de pequeños granjeros, hombres de negocios modestos y gente trabajadora. Los “Know Nothings” poseían una rara combinación entre un fuerte nacionalismo anti-inmigrante conocido como “nativism”, y anti-esclavismo, pues se oponían abiertamente a la inmigración de irlandeses y alemanes católicos (como también de los chinos), y su segmento norteño rechazaba la esclavitud. Su fuerte anti-catolicismo les llevaba a plantear la existencia de una conspiración entre el Papa y los propietarios de plantaciones esclavistas contra la democracia norteamericana. La llegada de miles de pobres inmigrantes católicos era, según ellos, parte de este complot, que amenazaba la idea que tenían los Know Nothings de los Estados Unidos como una sociedad protestante de individuos libres e iguales."

Es importante destacar que el Sistema de Partidos de los EE.UU ha tenido altas y bajas históricas,  muchas veces han sido de graves consecuencias políticas, y creo que observando el panorama electoral pienso qué se está generando una crisis de dimensiones insospechadas para la democracia del país más poderoso del globo terráqueo.

El último debate presidencial  ha abierto muchas interrogantes, algunas preocupantes como por ejemplo la denuncia de las posibilidades de un "fraude electoral en gran escala", este es un cuestionamiento de la limpieza de las elecciones en la nación considerada como el templo de la democracia representativa, y donde cometer un fraude es una transgresión de los principios fundamentales de la sociedad norteamericana. Esto lo escribió Trump en Twitter el 17 de octubre. “Por supuesto que hay fraude electoral a gran escala, antes y durante el día de elecciones”.

El desafiante candidato de los convencionalismos políticos del sistema de partidos, ha emprendido un ataque a la prensa tradicional y a los políticos demócratas llamándolos de pacotilla, a la vez que cuestiona los últimos gobiernos de la conducción del Estado, acusándolos de abrir escenarios de guerra innecesarios. Por primera vez un candidato presidencial norteamericano es capaz de cuestionar la política exterior.

En el último debate manifestó que la Sra. Clinton no debiera ser candidata presidencial por haber eliminado más de 30.000 correos electrónicos y acusó a ella y al presidente Obama de haber creado el ISIS. En su ácida retórica contra los lineamientos de política exterior dejo entrever que Putin le ha ganado la carrera en Medio Oriente y le acusa de estar armando un ejército rebelde que no conocen y del que no tienen control.

A todos estos ataques despiadados contra Hillary, a quien dijo que si es electa la metería presa, solo le endilgan asuntos personales que si tocó una u otra mujer, que no ha pagado impuestos, que no está capacitado para gobernar, que es amigo del presidente Putin y de conflictos de intereses económicos para dirigir a Estados Unidos.

Donald Trump tiene que luchar contra todos, demócratas, parte de los republicanos, y contra el poder mediático, Wall Street y los grandes capitales internacionales, el establishment, y por supuesto las minorías raciales e inmigrantes hispanas, musulmanes y asiáticas, ese conjunto de contrarios no es posible de vencer, porque no creo que el voto anti-sistema sea tan enorme, las encuestas todas dan a Hillary Clinton con un margen entre 6 y 10 puntos. Por lo que creo que la situación de gobernabilidad será muy difícil, salvo que los demócratas barran a todos los niveles al Partido Republicano,

Donald Trump, es un empresario metido a político, y parece que no se deja conducir por sus asesores, actúa como un ciudadano ordinario espontáneo, y aún siendo una estrella del mundo de la TV, parece actuar por sus instintos de espaldas al marketing político, a las encuestas y a las reacciones que producen sus ásperos planteamientos sobre temáticas sensibles que generan más rechazos que adhesiones, no obstante que sus propuestas sobre el regreso de la sociedad norteamericana a la industria manufacturera para crear empleos, y una política migratoria ceñida a las leyes migratorias y una política de prudencia con respecto a los refugiados, pudieron ser objeto de  debates interesantes. Le falta el discurso político persuasivo que es el vehículo para consensuar las ideas y propuestas,  la política es el arte de hacer posible lo que parece inverosímil.

Ahora bien, todas las encuestas favorecen a Hillary Clinton, aunque quedan sobre el ambiente algunas interrogantes:

1.- ¿Está la sociedad norteamericana preparada para que una mujer sea presidente de los Estados Unidos?

2.- ¿Están conscientes los estadounidenses de que la seguridad nacional estará a buen resguardo siendo Hillary Clinton Comandante en Jefe del país más poderoso del planeta, justo en este momento histórico en que las conflagraciones de Siria e Irak con ISIS y Corea del Norte son una amenaza real a la paz mundial, y las complejidades del desarrollo de poderío militar del eje eurasiático, que busca establecer un mundo multipolar?.

3.- ¿Cómo reaccionarán los mercados ante la incertidumbre de un nuevo liderazgo en una sociedad tan compleja y con respuestas muy sensibles hasta de un rumor de las bolsas de valores a nivel mundial?.

4.- Gane quien gane las próximas elecciones de Estados Unidos los dos partidos tienen que abocarse a renovarse y crear nuevas ilusiones políticas a la presente generación de ciudadanos norteamericanos, porque este proceso está dejando la sensación de que el sistema de partidos ha hecho implosión.

5.- El liderazgo de la contraparte global de Estados Unidos se percibe con gran fortaleza, como es el caso de Rusia y China, mientras que los aliados de EE.UU., la Unión Europea y Gran Bretaña, parecen disminuir el impulso de la marcha que observaron en el último cuarto de siglo. No tengo la menor duda de que demócratas y republicanos pasadas las elecciones se unirán a nivel del Congreso y ayudarán a la gobernabilidad porque la nación está por encima de sus actores políticos.

El autor es diplomático y analista de política internacional.