En defensa del eurasianismo de Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
La campaña anti-eurasiática que ha sido lanzada en las redes sociales por los nacionalistas rusos (la cual coincide con el natalicio del profesor Alexander Dugin) despertó mi interés (aunque no siento mucho agrado por lo que está sucediendo). Por supuesto, el eurasianismo no tiene nada que ver con el nacionalismo y, de hecho, ambas ideologías se critican la una a la otra. No obstante, es necesario tener un dialogo que no solo este a la altura, sino que también respetuoso. Algo que no está sucediendo.
A pesar de que el eurasianismo ha cumplido su primer centenario desde su fundación, podemos decir que continúa siendo la “bestia desconocida” de la que hablaba Pushkin: muchos de quienes lo rechazan lo consideran algo completamente ajeno al pensamiento ruso y prefieren deshacerse de él de las formas más aberrantes. Por supuesto, a los nacionalistas rusos no les interesa el eurasianismo y lo único que hacen es “atacarlo”. Resulta interesante que la izquierda y los liberales rusos lo consideren una especie de “fascismo”, mientras que los nacionalistas no rusos lo ven como una forma de “nacionalismo” ruso.
Pero, ¿qué es realmente el eurasianismo?:
1. El eurasianismo surgió en 1920-1921 dentro de los círculos de los emigrantes rusos blancos que, frente al colapso de la ideología imperial rusa y su rechazo del bolchevismo, se propusieron crear una alternativa nueva. Los euroasiáticos intentaron encontrar un argumento que permitiera justificar la unidad territorial del Imperio que se estaba derrumbando ante sus ojos y por eso se dedicaron a buscar los elementos históricos, lingüísticos, geopolíticos, geoeconómicos y geográficos comunes que vinculaban al pueblo ruso con otros pueblos eurasiáticos.
El eurasianismo revivió después de la caída de la URSS y fue así como nació el neo-eurasianismo de hoy. Ambas corrientes consideran que el dominio de Rusia sobre más o menos la mitad del territorio eurasiático no es un fenómeno accidental, sino natural.
2. El eurasianismo retomó las ideas de los eslavófilos rusos (especialmente Danilevsky y Leontiev) que sostenían que Rusia era una entidad histórica y cultural (“civilización”) muy diferente a la sociedad romano-germánica occidental; el eurasianismo sostiene que existe varias civilizaciones y el hecho de que Europa Occidental domine sobre el resto de ellas o comience a “mezclarse” con ellas es algo malo. Es por esa razón que el eurasianismo rechaza la tesis de que los rusos son “blancos europeos” y prefieren desarrollar la tradición eslavófila. Tal crítica es rechazada por los nacionalistas rusos que en su mayor parte se aferran a autores occidentales. Como muy bien ha dicho F.A. Stepun los euroasiáticos son los “eslavófilos del futurismo”.
3. El eurasianismo retoma las tesis de los eslavófilos, pero sostiene un gran respeto hacia los otros pueblos del Imperio que son vistos como colaboradores en la construcción del mismo. Después de todo, las tesis del eurasianismo intentaban contrarrestar la desintegración del Imperio debido a conflictos étnicos como los que estallaron durante la Revolución y la Guerra Civil: todos los pueblos que habían despertado debían encontrar su lugar dentro del Imperio, por lo que este proceso de unificación no solo debía ser llevado a cabo por la fuerza, sino a través de una profunda convicción, descartando, por lo tanto, la europeización de otras etnias (la occidentalización podría llevar a que estos pueblos se vieran tentados a dejar a los rusos a un lado y prefirieran abrazar directamente a Occidente).
4. Los eurasiáticos (especialmente P. Savitsky) usaban el término “mundo ruso” como sinónimo de “Eurasia” (de ahí que muchos liberales y nacionalistas no rusos digan que el eurasianismo es una forma de nacionalismo ruso disfrazado). Los rusos son considerados como el elemento organizador por excelencia y, al mismo tiempo, como un pueblo abierto a las otras etnias del Imperio: los representantes más destacados de otros pueblos pueden hacer parte de la élite imperial. La cultura rusa sería el elemento unificador por medio del cual participarían de una misión universal: la Tercera Roma y el Katechon (una tesis desarrollada por el neo-eurasianismo).
5. La mayoría de los eurasiáticos fueron ortodoxos y su ideal político era la Rusia anterior a Pedro el Grande (ya que el Estado tenía la misión religiosa de preservar la “verdad”). N. S. Trubetskoy crítica desde la “derecha” a la Rusia post-petrina del siguiente modo: “El eurasianismo no tolera que la ortodoxia se haya convertido en un mero accesorio de la autocracia y la conversión de la ‘nación’ en un simple estribillo. Por el contrario, reclama la verdadera ortodoxia, la ortodoxia en la vida cotidiana y la defensa de la cultura nacional de acuerdo a una ‘confesión diaria’. Por lo tanto, solo defiende el ideal de la monarquía como consecuencia de la naturaleza orgánica de nuestras particularidades nacionales”.
6. Los euroasiáticos no solo consideraban que el Imperio era un territorio habitado por muchas etnias, sino que creían que la política debía estar al servicio de una idea (“ideocracia”) y, por lo tanto, las élites tenían que ser seleccionadas de acuerdo a principios meritocráticos. El Imperio eurasiático será un Estado fundado sobre el deber, el honor y el servicio (como todo verdadero Imperio).
7. Por otra parte, el eurasianismo de la década de 1920, al igual que el neo-eurasianismo de ahora, no es partidario de la inmigración descontrolada, por lo que resulta insulso culpar a esta corriente por un fenómeno político que ninguna persona en sano juicio promovería (los Gastarbeiters o trabajadores invitados de los que habla V. M. Korovin son una consecuencia del liberalismo y de sus prácticas económicas antieuropeas, ya que se privilegia la lógica del beneficio sobre la del sentido común: en su búsqueda de mano de obra más barata, los capitalistas recurren a estos trabajadores invitados con tal de obtener mayores ganancias y ponen en peligro al resto de la sociedad).
8. El eurasianismo clásico considera que Asia Central (sin incluir a Kazajistán) y el Cáucaso son las fronteras que separan a Rusia-Eurasia del mundo iraní o levantino, que ellos denominaban como la Eurasia exterior. Sin embargo, el Imperio necesita controlar estos territorios desde un punto de vista geopolítico. El eurasianismo considera que cada territorio, como diría el camarada Lenin, son “la aldea natal” de cada pueblo (aunque los más dotados pueden buscar otros espacios). En ese sentido, resulta una tontería rusificar a otros pueblos o buscar que se desprendan de su cultura autóctona, sin hablar de que no se les debe despojar de su independencia política (excepto en lo referente a ciertos aspectos estratégicos).
Alexander Dugin escribió en su libro Fundamentos de geopolítica: “Sin embargo, el eurasianismo no busca la disolución étnica de los rusos al ‘interior’ Imperio. Los Grandes Rusos deben conservar sus diferencias étnicas o de lo contrario todo el continente perdería su identidad civilizatoria y cultural. Es necesario que dentro de este Imperio geopolítico supranacional exista una normativa especial (incluso jurídica) que permita que la identidad étnica de los rusos sea conservada”.
9. El eurasianismo aboga por una especie de síntesis turco-eslava que se conecte a otros pueblos turcos. No obstante, también toma en cuenta la existencia de otros pueblos que habitan Eurasia. El eurasianismo no tiene nada que ver con el pan-turquismo y considera que la turcofobia (“existen demasiados turcos”) no solo socaba las aspiraciones geopolíticas de Rusia, sino que también ataca su identidad territorial actual al negar la existencia de los tártaros, los bashkires, los yakuts, los chuvashs, los jakasses, etc., que también hacen parte de las etnias turcas y por ningún lado demuestran tener un crecimiento demográfico inmenso. Ya hemos hablado sobre Uzbekistán en otras ocasiones.
10. Los ataques de los nacionalistas rusos en contra de los turcos y sus consignas de que “partiremos” Kazajistán, no hacen otra cosa que empujar a estos pueblos hacia Turquía, el pan-turquismo y las ideas anti-rusas.
11. El eurasianismo toma muy en cuenta el elemento turco-mongol dentro de la historia de Rusia y considera que las relaciones entre los rusos y la Horda de Oro fue positiva en la medida en que hizo conocer a los eslavos los territorios del noreste de Eurasia. Esto llevo a los rusos a que iniciaran una serie de expansiones y conquistas que los llevaron a superar y “heredar” todos los territorios de la Horda de Oro (entre los títulos oficiales de los zares rusos se encontraban hasta 1917 ser reyes de Kazán, Astracán y Siberia). Rusia heredó de Bizancio las ideas y la teología del Katechon, pero adoptó las practicas estatales y administrativas de la Horda de Oro.
Sin embargo, como muy bien le dijo Piort Savitsky a L. N. Gumilev: “Creo que sería erróneo describir los siglos del dominio ‘mongol’ de los rusos de forma ‘idílica’ y tal acción debe de ser rechazada categóricamente. La invasión mongola fue un desastre muy terrible que mató a cientos de miles y quizás millones de personas en la Rus, destruyendo infinidad de monumentos de valor incalculable que pertenecieron a la antigua cultura eslava, especialmente en el suroeste de la Rus y en particular en la región de Kiev, Chernigov, Volyn, etc. La interpretación misma de las fuentes nos lleva a confirmas este hecho y solo hay que tener en cuenta como los cumanos y los últimos tártaros de Crimea (siglos XV-XVIII) participaron activamente en la destrucción de nuestros territorios”.
12. La Rusia contemporánea sueña con crear un Estado-nación que sea capaz de asimilar a una multitud inmensa de pueblos y etnias distintas, pero Rusia es demasiado vasta y diversa para eso. Rusia solo puede ser un Imperio compuesto por muchos pueblos unidos por una sola idea. Algunos de estos pueblos están relacionados con los rusos y otros no, pero todos ellos hacen parte de un mismo espacio cultural y son guiados por una misma idea mesiánica. Como una persona muy inteligente escribió en Telegram: “Si lo único que nos interesa es vivir una vida cómoda y tranquila, entonces ¿por qué deberíamos hacer parte de un país que tiene diez husos horarios? ¿Y por qué deberíamos cohabitar junto a chukchi, carelianos y lezguinos?” (1). El eurasianismo es la respuesta a esta clase de preguntas.
13. Además, el eurasianismo no fue fundado por Ustrialov. Ustrialov mantuvo correspondencia con los principales representantes del movimiento euroasiático del período de entreguerras y coincidía con algunas de sus ideas. Sin embargo, esa es toda la relación que existió entre ellos. Existía tanto un eurasianismo de derecha representado por Savitsky – quien fue su más auténtico e interesante exponente – como un eurasianismo de izquierda que se convirtió en una herramienta en manos de los bolcheviques. R. Vakhitov es el actual continuador del eurasianismo “de izquierdas”. La OGPU (a) no fundó el eurasianismo, sino que intentó infiltrar al movimiento eurasiático en el marco de la “Operación Confianza” (b), cuyo objetivo era luchar en contra de los grupos clandestinos antisoviéticos. La OGPU consideraba que el eurasianismo de Savitsky era una “organización antisoviética al servicio de la Guardia Blanca” (2) y que, por lo tanto, debía ser desarticulada y eliminada, como otras estructuras de la emigración rusa en el extranjero. Personajes como el Gran Duque Vladimir Kirillovich sentían simpatía por esta corriente, mientras que Savitsky apoyó a la URSS Gran Guerra Patria (a pesar de su aversión al materialismo marxista).
14. El eurasianismo es una teoría abierta al diálogo con todas las versiones rusas de una idea imperial, ya sea que esta se expresa en una forma ortodoxa como la de K. Malofeev o en la versión estatalista soviética de Projanov. El verdadero problema del eurasianismo es que Rusia debe ser un Imperio y un Imperio ruso solo puede ser eurasiático.
Notas:
1. https://t.me/knyaz_cherkasky/314
2. https://rg.ru/2015/06/25/rodina-trest.html
Notas del Traductor:
1. La OGPU o Directorio Político Unificado del Estado (Объединённое государственное политическое управление;) fue la policía secreta de la RSFSR y de la URSS hasta 1934. Nació de la Checa el 6 de febrero de 1922 con el nombre inicial de GPU, Gosudárstvennoye Politícheskoye Upravlénie del NKVD de la RSFSR.
2. Operación Confianza (операция «Трест») fue una operación de contrainteligencia realizada por el Directorio Político Unificado del Estado u OGPU. La operación se desarrolló entre 1921 y 1926 y consistió en el establecimiento de un falso movimiento antibolchevique (Монархическое объединение Центральной России, МОЦР), que permitió localizar y arrestar a un buen número de verdaderos monárquicos y antibolcheviques.