Segunda reunión del Círculo Rébellion Aix-Marseille: la pregunta por el eurasianismo

10.10.2022

La segunda reunión del Círculo Rébellion Aix-Marseille se ha llevado a cabo y ha versado sobre el eurasianismo y sus principales ejes temáticos. El eurasianismo es una doctrina que nacida entre las élites intelectuales y políticas del Imperio ruso que se hicieron la siguiente pregunta a todo lo largo del siglo XIX: ¿Es Rusia un país europeo o asiático? Los eurasiáticos (Nikolái Trubetskói, Petr Savitski, etc.) respondieron a esta pregunta a principios del siglo XX de la siguiente manera: ni lo uno ni lo otro, Rusia es un país euroasiático. Según los eurasiáticos Rusia debía rechazar el proceso de occidentalización forzada y abrazar la Tradición en un sentido no reaccionario. Además, Rusia tampoco podía ser considerada un Estado-nación, ya que esto provocaría movimientos separatistas, y debía abrazar una cierta forma de anticapitalismo. Los eurasiáticos también revalorizaron el elemento turaniano dentro de Rusia, considerando que la unidad territorial y civilizatoria de su inmenso territorio fue creada por Gengis Kan y sus descendientes, produciéndose cierta simbiosis entre los diferentes pueblos de su Imperio. Un ejemplo de esto lo encontramos en la elección del príncipe Alexander Nevski que eligió luchar contra los Caballeros Teutónicos y aliarse con los mongoles.

El eurasianismo volvió a suscitar interés con el colapso de la URSS. El historiador Lev Gumiliov intentó hacer una síntesis entre el eurasianismo clásico y sus propias teorías sobre el ciclo de crecimiento y colapso de los imperios y los pueblos. El filósofo Alexander Dugin ha retomado estos conceptos y los de otros autores popularizando términos como multipolaridad, Noomajía, etnosociología, topogénesis, Sujeto Radical y Cuarta Teoría Política (una teoría que busca superar el callejón sin salida al que nos han llevado las ideologías políticas del siglo XX: el liberalismo, el fascismo y el comunismo). Dugin ha retomado algunas de las intuiciones de pensadores como Fernand Braudel (la gramática de las civilizaciones) y Samuel Huntington (El choque de civilizaciones) con la intención de analizar la hegemonía estadounidense actual después del colapso de la bipolaridad, cuando Estados Unidos y la URSS se repartieron el mundo desde 1945. Dugin sostiene que de la unipolaridad estadounidense debe ser reemplazada por una nueva forma de organización del mundo que girará alrededor de los Grandes Espacios civilizacionales. Estas ideas han sido retomadas por políticos rusos como el presidente del Partido Comunista de Rusia Guennadi Ziugáno y Serguéi Naryshkin. Por otro lado, las teorías euroasiáticas han tenido cierta influencia en los medios políticos y militares de los países exsoviéticos: Nursultán Nazarbáyev, el primer presidente de Kazajistán, fundó en Astana la Universidad Nacional Euroasiática Lev Gumiliov; mientras tanto, el expresidente de Kirguistán Askar Akáyev (derrocado en 2005 por una revolución de colores) y el general ruso retirado Alexander Vladimirov intentaron aplicar las teorías de Gumiliov a la geopolítica.

El eurasianismo es una doctrina nacida en Rusia que buscó responder la pregunta sobre su propia identidad, lo que sin duda ha contribuido a retrasar su difusión en el extranjero. La posición proturca de muchos eurasianistas también plantea varios interrogantes, especialmente en lo referente a Turquía y Azerbaiyán, países que promocionan redes mafiosas turcas en Europa o la invasión de Chipre y la ocupación del Norte de este país por parte de Turquía, la guerra de Nagorno-Karabaj contra los armenios, además de los acuerdos que estos países tienen con Estados Unidos y el Reino Unido… Dugin ha intentado establecer relaciones con personalidades y movimientos susceptibles de adherirse a las tesis eurasiáticas a lo largo de todos estos años, intentando difundir la idea de que la unión de Eurasia es la única manera de defender la Tradición en contra del atlantismo y el liberalismo. El país europeo donde más han arraigado las ideas eurasiáticas ha sido Italia: Maurizio Murelli (director de la editorial AGA, traduce regularmente los libros de Alexander Dugin) junto a Claudio Mutti (editor y director de la revista Eurasia) y Carlo Terracciano (que solía ser colaborador de Murelli) son las figuras más conocidas del eurasianismo italiano volcado hacia el Mediterráneo. Mientras tanto, la editorial Anteo publica regularmente textos de análisis geopolíticos sobre Eurasia, además el laboratorio de ideas CeSEM no sólo habla de la multipolaridad, sino que también organiza encuentros y cursos de formación en línea sobre estos temas. Cabe destacar el papel del medio de comunicación Idee&Azione, rama italiana del Movimiento Eurasiático Internacional de Dugin (1) que traduce sus textos sobre geopolítica al italiano y organiza regularmente podcasts sobre los mismos. En Bélgica, el eurasianismo se confunde con el europeísmo proalemán y los diversos intentos de este país de aliarse con Rusia. Jean Thiriart abogaba por la creación de una alianza entre Europa y la URSS, mientras que Robert Steuckers (mucho más europeísta, aunque toma en cuenta Asia y Oriente Medio) defiende la unificación de los pueblos europeos, siendo al mismo tiempo un prolífico traductor de artículos y entrevistas a varios idiomas.

Durante la jornada se planteó el lugar que ocupa Francia y, en general, Europa en la articulación de estos espacios civilizatorios con tal de construir una gran unión euroasiática. El eurasianismo ha suscitado muy poco interés en Francia debido a varias razones, especialmente por la epopeya histórica nacional de haber creado el primer Estado-nación del mundo, el férreo republicanismo, la enorme distancia geográfica que nos separa de Rusia y, más globalmente, de Asia, hace que los franceses manifiesten poco interés por esos temas. La editorial Ars Magna ha traducido varios libros de Alexander Dugin a nuestro idioma y ha vuelto a publicar los textos de Jean Thiriart. Por otro lado, Yohann Sparfell ha intentado construir una Cuarta Teoría Política desde una perspectiva francesa con su concepto de Res Publica Europae. Sin embargo, ha sido el escritor rumano francófono Jean Parvoulesco quien mejor ha abordado en Francia la necesidad de elaborar una teoría euroasiática refundada en la Tradición, incluso defendiendo la creación de un Gran Imperio Euroasiático y un Gran Gaullismo. Por su parte, Laurent James ve en Rusia y en la idea de la Tercera Roma una forma de que Europa vuelva a abrazar sus raíces cristianas. No obstante, es imposible sostener que haya surgido alguna clase de movimiento mediático o político eurasiático en Francia y todos los intentos que se han hecho fracasaron rápidamente. Paradójicamente, ha sido Francia donde surgió el primer intento de cooperación euroasiática desde un punto de vista geopolítico con la efímera constitución de un eje París-Berlín-Moscú representado por Chirac, Schröder y Putin en 2003 contra la invasión estadounidense de Irak.

Ahora bien, existen intelectuales y políticos fuera de Europa y Rusia interesados en el eurasianismo, en especial en Turquía donde existe incluso el Vatan Partisi, dirigido por Dogu Perincek, que se encuentra actualmente en prisión. Este partido político se opone a la intervención de Ankara en Siria y ha apoyado la invasión rusa de Ucrania. También ha lanzado campañas a favor de la salida de Turquía de la OTAN y el establecimiento de una alianza con Rusia y China. El eurasianismo turco sigue siendo una corriente marginal debido al neo-otomanismo de Erdogan y el panturquismo de los nacionalistas turcos.

Resulta urgente pensar en una alternativa factual a la hegemonía liberal-libertaria promocionada por la talasocracia estadounidense. El modelo del Estado-nación (westfaliano) se encuentra en crisis, víctima de la globalización, su propio centralismo jacobino y las múltiples reivindicaciones regionalistas. ¿Es acaso viable crear una unión supranacional e incluso imperial (no imperialista) que defienda la aspiración de los diferentes pueblos que rechazan el modelo hegemónico anglosajón? La necesidad de formar cuadros y élites capaces de poner en práctica un proyecto euroasiático antiliberal y arraigado en la Tradición parece indispensable, pero este debe estar ligado primero a un cambio interno en nosotros mismos. El primer paso es deshacerse de la estreches del nacionalismo pequeñoburgués y abrir nuestras perspectivas a una unión mucho más amplia tomando en cuenta la importancia de las civilizaciones como algo fundamental. La elaboración de una Cuarta Teoría Política adaptada al contexto de cada individuo y comunidad es otro reto que debemos abordar. Además, es necesario oponerse al discurso materialista y desarraigado de las élites actuales que siguen acríticamente la doxa liberal anglosajona como un dogma incuestionable.

Notas:

1. http://med.org.ru/article/1915

Fuente

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera