El paneslavismo en el siglo XXI: Entrevista de Boris Nad a Rodrigo Sobota

23.12.2020

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Mi nombre es Rodrigo Sobota, soy un eslavo que trabaja a tiempo parcial y que siente un profundo interés por todos los campos de la cultura, la civilización, etc., los cuales han sido rasgos comunes de la civilización eslava a lo largo de los siglos. Pronto volveré a mi país de origen y al llegar espero presentar algunos proyectos propios. Uno de esos proyectos es la apertura de un nuevo capítulo eurasiático ruso-checo, para el cual ya he encontrado muchos potenciales amigos que comparten mis ideales frente a una cooperación ruso-checa. Esperó que, por medio del uso de los más recientes paradigmas históricos, metapolíticos, sociales, ideológicos y demás, seamos capaces de impulsar esta misión y conseguir gradualmente el cumplimiento de nuestras ideas.

Estoy muy interesado en el eurasianismo porque, conscientemente o no, comparto muchos de los elementos comunes de la visión que tiene Dugin, los cuales coinciden con mis ideales, entre los que destacan mi admiración propia por la eslavofilia, Platón, el anti-occidentalismo, la Rusia primigenia, Oswald Spengler, René Guenón y Julius Evola, al igual que la idea de un Sacro Imperio, etc… Así como mi gran desdén por el liberalismo y el individualismo como paradigmas específicamente occidentales - y que para nada son universales – los cuales contradicen el espíritu de las sociedades tradicionales más antiguas.

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Los eslavos todavía son el grupo étnico más grande de Europa hasta hoy. Los eslavos hablaban, hasta hace unos 1.200 años, un único idioma. Incluso hoy, comparten una herencia común y una cultura común. "La civilización de los eslavos", escribiste, "pertenece a las vastas estepas del Este", y la etnogénesis de los eslavos está estrechamente relacionada con los pueblos indo-iraníes de Eurasia y del Este de Europa.

Según tus palabras, "la civilización eslava nunca ha sido completamente occidental", esto se aplica incluso a los pueblos eslavos que cayeron bajo la autoridad espiritual de la Iglesia Católica. Los eslavos nunca "entraron completamente en la órbita del Occidente latino", a diferencia de las naciones que nacieron del Imperio franco de Carlomagno. ¿Una de las razones importantes de esto es la aceptación tardía del cristianismo (tardía en comparación con las naciones occidentales)? ¿O más bien se trata ciertas características de la cultura eslava?

- Los eslavos se encuentran entre los últimos pueblos que decidieron adoptar plenamente el cristianismo. Incluso durante la época mongola, muchos de los pueblos eslavos orientales, bajo la órbita de la Horda Dorada, no eran cristianos, sino que mezclaban prácticas paganas eslavas y de los pueblos de las estepas como lo eran los túmulos funerarios de los kurganes (1). Incluso entonces, es necesario recordar que como grupo todavía estábamos unidos hasta hace realmente poco, mientras que otros grupos étnicos, como los germanos, ya comenzaban a diferenciarse.

Dicho esto, no se trata únicamente del núcleo pagano, sino también del hecho de que Cirilo y Metodio nos dieron la oportunidad de construir los cimientos de nuestra sociedad de una manera totalmente distinta, al adoptar el alfabeto glagolítico e igualmente el bizantinismo y la ortodoxia, que se mezclaron con nuestra propia esencia, creando una especie de "sarmatismo" cultural, que es muy parecido a la corriente polaca barroca que lleva el mismo nombre (2). La extraordinaria presencia del sarmatismo y la peculiar y divergente estructura etno-social del elemento rutenio y cosaco, al interior de las tierras de la antigua mancomunidad polaco-lituana, atestigua esta divergencia fundamental y también nuestra esencia común como pueblo de Eurasia, incluso cuando los polacos y otros eslavos occidentales hayan adoptado los fundamentos del Occidente latino.

Así que este tipo de dicotomía, atestigua precisamente a lo que me refería más arriba como la dicotomía fundamental de nuestra propia identidad. Sin duda, los rusos estaban aún más separados de todo eso, ya que eran ortodoxos, siendo en sus usos y costumbres esencialmente euroasiáticos. En sí, eran el subproducto de una mezcla turaniano-eslava (de la cual hablan Dugin, Gumilev y, antes de ellos, Danilevsky), en el sentido de que existe una mezcla bastante fuerte entre los elementos de las estepas nómadas con las costumbres, usos y formas bizantinas de los eslavos orientales. Sin duda, el mejor escritor que abordo este tema fue Konstantin Leontiev, pero Dugin recientemente lo ha superado.

El propio análisis de Dugin del Dasein ruso y de su Logos también arroja bastante luz sobre este problema, entre los cuales podemos enumerar sus especulaciones sobre el por qué Rusia nunca desarrolló una filosofía particular, ya que nunca tuvo un sentido acentuado del "otro", diferencia clave con respecto a la perspectiva occidental, entre muchas otras cosas. Otros autores que ayudan a comprender esto, hasta donde llegan mis conocimientos, son Leontiev, Spengler (aunque parcialmente), pero también Ivan Kireyevsky (3). Ivan Kireyevsky notó de manera correcta que la perspectiva cosmológica de la sociedad rusa era un subproducto de la perspectiva del bizantinismo, que era esencialmente diferente a la que había precedido a la Modernidad, estando la primera más centrada en el platonismo, razón por lo cual él mismo se opuso a la perspectiva moderna de Occidente y también a la perspectiva aristotélica y romana encarnada en el individualismo y el logocentrismo de los alemanes y que tempranamente impregnaron a Occidente a partir de la Edad Media. La civilización rusa siempre tuvo tendencias marcadamente divergentes y el concepto de una individualidad diferenciada nunca apareció realmente entre nosotros como sí lo hizo en Europa Occidental.

¿Existe o ha existido una civilización eslava en el pasado? ¿Pueden los eslavos hoy distanciarse completamente del espíritu romano-germánico con la intención de formar una civilización distinta o esto sigue siendo solo algo potencialmente remoto?

- Sí, ha existido uno civilización eslava, y tal civilización se encuentra marcada por una acentuada tendencia que mezcla el sarmatismo y el bizantinismo, y también posee una perspectiva platónica que es genuinamente holística, y que, por ejemplo, tiene ciertas características que se encuentran en los escritos de Dostoievski.

Los ejemplos de civilizaciones pasadas que tomaron prestado el molde bizantino son: los eslavos rusos, los rutenos y los malorrusos bajo Polonia, los Zaratos de Bulgaria y Serbia, e incluso el antiguo Reino de la Gran Moravia. Su única contraparte latina significativa sería Polonia. Pero incluso Polonia, a pesar de estar muy fuertemente alineada con Occidente, todavía posee muchos aspectos de esta realidad y comparte muchas características que son cultural y espiritualmente distintivas del espíritu latino. El sarmatismo polaco es, en realidad, su iteración más famosa.

La división religiosa de las iglesias católica occidental y ortodoxa oriental, producto del gran cisma de 1054, tuvo trágicas consecuencias para los eslavos, especialmente para los eslavos del sur. En su opinión, ¿esta división impidió de forma permanente la unidad política de los eslavos del sur?

- Sí, en muchos aspectos, aunque lo verdaderamente significativo fue la falta de un fuerte poder centralizado. La Gran Moravia podría haber adoptado, en mi opinión, el bizantinismo y podría haber sido un bastión del eslavismo en Europa Central, pero su rápida disolución impidió que esto sucediera. Como resultado, este vacío de poder fue asumido por los húngaros, los polacos y los alemanes latinos, mientras que las lenguas eslovacas y checas comenzaron a separarse hasta tal punto que, ya para el siglo XVI, eran mutuamente ininteligibles.

Para los eslavos del sur, la división entre el reino de Croacia y el reino de Serbia fue un hecho fatídico, al igual que las mismas divisiones provocadas por el Cisma, junto con la anexión de Croacia a la Hungría latina después del 1100. El polo occidental de civilización también provocó que el mundo eslavo fuera un sujeto pasivo frente a poderes que no eran ni eslavos ni bizantinos, sino que pertenecían al Occidente latino, lo cual tendría implicaciones decisivas en el bienestar de la civilización eslava, al igual que en su identidad y su unidad. No sería sino hasta acabado el apogeo del reino de Serbia, con la emergencia de la Rus de Moscovia, que se produjo el momento donde seriamos testigos de la creación de una poderosa organización política eslava que al mismo tiempo se convirtió en un polo de civilización autónomo, que podría considerarse como totalmente diferente de Occidente en todos los sentidos.

Hoy en día, los pueblos eslovenos también están divididos en "Estados-nacionales", que por lo general están opuestos entre sí y se encuentran bajo un engaño. Tanto el "Estado-nación" como el concepto de moderno de nación son, en tus palabras, "creaciones artificiales que son características típicas de Occidente". ¿Puedes explicar esto con más detalle?

- Comparto la misma opinión de Dugin sobre este problema, en el sentido de que creo que las sociedades y sus formas tradicionales de organización no conocían el Estado-Nación, ya que la esencia de dicho modo organización es muy típica del mundo romano-germano y tiene un carácter eminentemente moderno. Incluso sería posible decir que en la constitución y mentalidad romano-germana primitiva estos elementos no existían. También podemos aplicar esto a otros polos y civilizaciones aún más remotos, como la India primigenia, China o incluso el mundo islámico; podemos afirmar que antes de Sykes-Picot, el mundo islámico tampoco conocía lo que era el Estado-nación, e incluso hoy sigue siendo un elemento confuso y controvertido entre los musulmanes, muchos de los cuales buscan abolir ese concepto junto con las subsiguientes divisiones que produjo.

De manera similar, aunque ahora los pueblos eslavos se encuentran divididos en Estados-nación, todo ello es una invención muy reciente. Antes de esto, y durante mucho tiempo, la unidad de los pueblos se había cristalizado alrededor de imperios multiétnicos específicos, en monarquías hereditarias como los Habsburgo, Rusia, Polonia e incluso el Imperio Otomano. Si seguimos de cerca todo lo anterior, podemos decir que no solamente que la creación de etno-Estados particulares es un acontecimiento muy reciente, y mucho menos que sea algo absoluto o definido, por lo que necesariamente se trata de un aspecto que debe cambiar según la naturaleza del momento y la época en que nos encontramos.

Divididos, los eslavos son presa fácil de los colonizadores. Hoy en día, es el Occidente atlántico y liberal (no la Europa Romano-Germánica), la que impone sus propios valores (o "principios"): los valores de una civilización materialista, contrarios a la "visión del mundo" eslava, a la tradición cultural y la espiritualidad eslava, a la herencia espiritual eslava.

Ofreces un esbozo histórico que está dividido en nueve etapas principales, donde se plantea el desarrollo de la identidad eslava en relación con la polaridad Oriente-Occidente. La primera es la que ocurre en la Rus de Kiev, la época de San Cirilo y Metodio, la Gran Moravia...

La "segunda fase" del polo dominante de la identidad eslava (y bizantina) fue la del Imperio Serbio (el emperador Dušan), junto con el Imperio Búlgaro.

La historia del mundo eslavo se encuentra marcada por el conflicto entre el eslavismo latino (Polonia) y la Rusia bizantino-ortodoxa y euroasiática, la "Tercera Roma" ortodoxa. En tu opinión, tomando en consideración el caso de Polonia, ¿podemos decir que se trata de la "pseudomorfosis" spengleriana o es, por el contrario, una auténtica cultura y movimiento eslavo-latino?

- Es una pseudomorfosis, pero ha terminado por afectar a Polonia de un modo mucho más profundo y esencial que a los rutenos, malorrusos y bielorrusos, y ciertamente mucho más que a los rusos. 

Mientras que la latinidad se ha convertido en una parte esencial de la identidad polaca, lo mismo no puede aplicarse a la identidad rutena, que siempre mantuvo sus diferencias, incluso durante los tiempos de la supremacía polaca, poco después de la Unión de Lublin en 1569. Para los rusos se trataba de un carácter, de una esencia, de un factor de civilización, completamente diferente. Estoy totalmente de acuerdo con las palabras de Leontiev de que el bizantinismo se fusionó con los elementos mongoles y turanienses, y de allí surgieron los elementos fundamentales de la identidad rusa. No solo eso: debemos tomar en cuenta que esta forma de identidad fue dominante hasta el advenimiento de la pseudomorfosis petrina y la enérgica imposición de la modernidad occidental por parte de las élites del Imperio ruso.

De hecho, después de la Reforma, el carácter primordial y esencial de la civilización romano-germánica quedó fundamentalmente destrozado. Solo faltaba que se desarrollase el paradigma central del eurocentrismo occidental, el cual era “fáustico” y al mismo tiempo poseía un claro trasfondo protestante que también daría lugar al liberalismo. Pero, sin contar a Polonia, el molde fundamental de la civilización tradicional occidental se disolvió rápidamente en cada uno de los Estados eslavos que cayeron bajo la órbita romano-germana, por lo que muchos de ellos se protestantizaron y acabaron sujetos a influencias de tipo proto-liberal y de la modernidad temprana. 

En mi opinión, la eslavofilia tiende hacia el bizantinismo, hacia el romanticismo y el tradicionalismo, es una visión cosmológica que nunca fue dominante y ni siquiera fue apreciada por el pan-eslavismo occidental. En el mejor de los casos, muchos de ellos siguieron siendo católicos tradicionalistas en los albores de la Edad Moderna, pero al mismo tiempo muchos de ellos buscaron las raíces del auténtico eslavismo en Oriente. El eslovaco Ludovit Stur es un claro ejemplo, pero existen otros. También en Polonia, como señala Konrad Rekas, fuimos testigos de figuras intelectuales de la época romántica que defendieron la esencia "oriental" inherentemente del eslavismo y buscaron aproximarse mucho más a Rusia. Los vínculos serbio-rusos también fueron extremadamente poderosos, al igual que los vínculos búlgaro-rusos. Soy de los que cree que el eslavismo podría haber sido discernido como un fundamento integral eslavo-bizantino, en lugar de una mezcla fragmentada entre sustratos eslavos, elementos orientales, restos del catolicismo y, en la cima de todo ello, una sociedad moderna irreligiosa y proto-liberal.

El siguiente gran conflicto (después del conflicto con la Polonia católica) es uno que ocurrió durante varios siglos y que enfrentó al mundo germánico (teutónico) y al mundo eslavo, liderada por Rusia. Este conflicto acabó en 1945 (con una victoria rusa). ¿Por qué crees que el mundo alemán ya no es una amenaza para los pueblos eslavos? El pangermanismo ha sido durante mucho tiempo la "gran antítesis" del eslavismo, antítesis que terminó por convertirse en el nazismo alemán.

- Al día de hoy, el mundo germánico ha sido derrotado de manera definitiva. No solo eso: la ingeniería social y las taras que los atlantistas liberales le han impuesto a la Alemania vencida la han cambiado para siempre.

En cierto sentido, la Alemania de 1870 a 1945 nunca regresará. Esta Alemania está muerta y ha sido enterrada, y también lo fue el concepto del pangermanismo que concluyó en la catástrofe histórica del nazismo. Además, el pueblo alemán en su conjunto ya no posee el mismo espíritu que tenía hasta ayer y, en mi opinión, se ha americanizado demasiado, se ha vuelto demasiado liberal y está perdiendo las características de su identidad étnica. A pesar de que todavía lideran la economía, su población está envejeciendo y disminuyendo, la mitad de todas las mentes científicas de Alemania no tienen hijos y el espíritu de la postmodernidad es muy fuerte en su interior. También podemos decir que su brillantez en todos los campos de la cultura como el arte, la ciencia, la filosofía, etc. ... ya no existe desde los días de la Alemania Guillermina.

Alemania corre el riesgo de convertirse en otra Holanda, en otra Suecia, y hundirse en la existencia depravada de la postmodernidad liberal, que no es otra cosa que el abismo sin fondo y en el que no penetra la luz del sol. Algunos de sus elementos tratan de romper con este paradigma, pero en general, veo mucho más futuro entre nosotros, los eslavos, que entre los europeos occidentales posmodernos, que han alcanzado el cenit de su importancia histórica y civilizatoria. El futuro pertenece a Oriente, a nosotros los eslavos, a China, a la India e incluso a Turquía y otros pueblos. Por el otro lado, Francia, Gran Bretaña e incluso Alemania representan, para mí, el pasado. Sus días de gloria como imperios mundiales que eran los abanderados del espíritu occidental moderno han quedado atrás, mientras que la amenaza de la islamización y la pérdida de su identidad es cada vez más profunda.

El código cultural predominante de los alemanes, según el profesor alemán Wolfgang Wipperman, fue y sigue siendo el antieslavismo. Sin embargo, siempre ha existido igualmente otra corriente en Alemania, que es eslavófila y pro-rusa.

- Sí, es verdad. E incluso antes, durante la Revolución Conservadora, cuando existía una influencia rusa muy fuerte en todos los campos de la cultura. Los emigrados rusos ejercían importantes papeles intelectuales y entre ellos podríamos contar a Ivan Ilyin, a un tal Boris Brasol que tenía vínculos muy definidos con Alemania, mientras que igualmente existía la presencia considerable de una especie de sociedad secreta de emigrantes que tenía contactos directos con Goebbels y los nazis. Se llamaban a sí mismos la Aufbau Vereinigung (4) y han sido abordados por un libro publicado en Estados Unidos donde se detalla ampliamente la influencia del ocultismo ruso y de los Emigrados Blancos reaccionarios en la cosmovisión nazi. Incluso los más anti-eslavos entre los nazis les daban espacio a ciertos elementos extremistas entre los Blancos, los cuales estaban en natural consonancia con sus objetivos.

Previamente, Rusia había derrotado a los polacos, a los suecos, a los otomanos... Finalmente, derrotó al Tercer Reich (nazi) y se consolidó como el polo dominante del eslavismo. ¿Cuál crees que es hoy la posición y el papel de Rusia en relación al resto del mundo eslavo?

- Rusia permanece, en virtud a su legado histórico y también debido a sus grandes dimensiones como potencia, como la pieza clave del tablero de ajedrez eslavo. La Rusia de hoy es liberal, pero mi convicción es la de que, después de la desintegración de Yugoslavia, Rusia necesariamente debe, antes que nada, afirmar e impulsar su particularidad como civilización euroasiática, para que luego esto pueda servir como el centro de gravedad de una Revolución Conservadora de carácter turaniense mucho más amplia. Esta dimensión eslava debe abarcar desde el Asia Central hasta Europa del Este. En ese sentido, muchas personas que provienen del mundo eslavo occidental y meridional, y especialmente de la ex URSS, están de acuerdo con mis ideas. Las actuales fronteras y las divisiones geopolíticas resultantes son demasiado artificiales como para reflejar una realidad o una síntesis profunda interna del eslavismo, y los recuerdos de épocas pasadas se encuentran en nosotros todavía muy frescos. No existe unanimidad alguna, pero todos estamos de acuerdo en que esta síntesis euroasiática nos ofrece un paradigma muy superior, este ya esta operando y es posible ponerlo en práctica desde el 2019.

Lo que llamo la "octava fase" del desarrollo del eslavismo se refiere a Tito y el titoísmo, que es la "gran síntesis de los pueblos eslavos del sur", un tipo especial de "socialismo patriótico" opuesto a Occidente.

La "novena fase" del eslavismo es en la que nos encontramos hoy: la fase eurasiática. La eslavofilia no se opone al (neo) eurasianismo, especialmente cuando no es entendida como un nacionalismo étnico de carácter estrecho y que enfrenta a los eslavos con todos los demás pueblos no eslavos. Los eslavos siguen siendo una etnia importante en Eurasia, conectada a otras naciones por medio de varios vínculos al interior de un espacio eurasiático común. 

Al día de hoy, también existen pueblos eslavos cuyas élites consideran que han sido asimilados por completo por Occidente y el mundo occidental. De hecho, aceptan una posición subordinada dentro de esta supuesta civilización occidental superior, renunciando a sus nombres y a sus orígenes eslavos. En tu opinión, ¿es algo temporal o se trata de una elección civilizatoria permanente? 

- Es algo temporal. Incluso en mi país Republica Checa o en lugares como Eslovaquia, incluso en Polonia, donde la mayoría generalmente desdeña el comunismo, el Pacto de Varsovia y el legado ruso, existe un poderoso disenso. 

La elección de ser parte de la OTAN es algo reciente y muy relativo. Seguimos siendo muy diferentes de Europa occidental. Acabamos de salir del comunismo y somos, en muchos sentidos, mucho más "primitivos" que la mayor parte de Europa occidental, que ha estado sufriendo los efectos del liberalismo durante mucho tiempo. Todavía permanecemos profundamente conectados con nuestra esencia y con nuestra identidad, somos pueblos independientes y también somos muy conscientes de cómo el comunismo nos hizo diferentes, teniendo incluso aspectos mucho mejores que el actual paradigma liberal, especialmente en lo que respecta a la preservación de nuestra identidad étnica. Las obras y las amplias investigaciones de Dugin, al igual que los análisis de estos fenómenos, resuenan con fuerza en nuestro interior, seamos conscientes o no de ello. Esto demuestra que todavía tenemos una mentalidad muy distinta y avanzamos de un modo muy distinto al del núcleo duro del euro-americanismo occidental. Y también tenemos un objetivo fundamental diferente.

"La cuestión de Kosovo", has escrito, "ha demostrado que Occidente nunca nos ayudará" (también dices: "Occidente no es una civilización eslava"). Hablas sobre la cooperación y la unificación del eurasianismo ruso y serbio, ya que este "capítulo del eurasianismo ruso y el serbio" es una prioridad. En tu opinión, este movimiento debería extenderse a otros pueblos eslavos occidentales y del sur. ¿Podrías explicárnoslo con más detalle?

- Estoy totalmente de acuerdo con esas ideas. En mi opinión, Occidente es demasiado decadente. Todas las acusaciones de Leontiev y Spengler (y también de Nietzsche) sobre la decadencia occidental, fueron formuladas ya hace bastante tiempo y todas se han cumplido en nuestra época. La civilización occidental está muriendo y deberíamos buscar un nuevo modelo geopolítico y cosmológico. En este sentido, el eurasianismo es la mejor solución que tenemos, ya que nos ofrece las respuestas y es fruto del trabajo de los paradigmas que me planteé durante mis primeros años y que al fin han contestado mis preguntas.

En términos generales, podemos estar de acuerdo en que la civilización occidental está en decadencia. La mayoría de los musulmanes estarían de acuerdo conmigo. Muchos checos también. Y, sin duda, muchos serbios, turcos, rusos y demás pueblos. Incluso muchos brasileños están de acuerdo conmigo. Occidente hoy no tiene nada concreto que ofrecer y está al borde de un derrumbe total. El paradigma euroasiático es, por el contrario, muy joven, es nuevo y se basa en paradigmas sólidos que son definitivamente el camino hacia el futuro. Ya nadie se preocupa por Occidente ni lo respeta, y ciertamente ya no lo hacen del mismo modo en que lo hacían a principios del siglo XX, cuando el poder occidental estaba en su apogeo. Hoy en día, la mayoría de las personas que orbitan fuera de Occidente no sienten más que desdén por él, y es ahora, en una época como la nuestra, que tenemos la oportunidad dorada de acabar con el dominio del paradigma occidental de una vez por todas.

En tu opinión, ¿de qué manera debería reformarse y adaptarse la ideología del pan-eslavismo en el siglo XXI?

- Quizás la mejor respuesta a esto es que el pan-eslavismo sea capaz de sintetizar las ideas del eurasianismo turco-eslavo, que incluirían a Hungría, Turquía, o lugares como Kazajstán y otras más. Pero también a Macedonia y toda la esfera del mundo eslavo, siendo los eslavos los que desempeñarían el papel principal. Hay muchos elementos comunes entre nosotros que pueden ser reforzados en este sentido. Todo lo que digo es que debemos seguir adelante.

Notas del Traductor:

1. El origen del término cultura de los kurganes se debe a la arqueóloga lituana Marija Gimbutas (1921-1994), que lo utilizó en 1956 para englobar a una amplia variedad de comunidades originarias de las estepas del medio y bajo Volga, que, según ella, habrían invadido Europa central modificando su carácter étnico y cultural. Esta teoría ha sido criticada y matizada. El término kurgán proviene de la palabra rusa (de origen turco) que designa un enterramiento provisto de un túmulo, debajo del cual está la cámara funeraria, normalmente construida en madera. Este fue el método de enterramiento usado por muchos pueblos de las estepas euroasiáticas desde el IV milenio a. C. (los grupos kurganes de Gimbutas) hasta los siglos V y VI d. C. (cuando los utilizaban los hunos y los nómadas magiares).

2. Sarmatismo (también conocido como sarmatianismo) es un término usado para referirse al estilo de vidacultura e ideología de la szlachta (nobleza) de la Mancomunidad de Polonia-Lituania desde el siglo XV hasta el XVIII. Unido al concepto de la "Libertad Dorada", formó un aspecto esencial de la cultura de la Mancomunidad. Su fundamento era la creencia de que los nobles polacos descendían de los antiguos sármatas. A lo largo de los siglos posteriores se ha conmemorado el concepto en la misma medida en que ha sido duramente criticado. La literatura polaca se hizo eco del término y estuvo asociada a la cultura polaca sobre todo durante el siglo XV, como por ejemplo en las memorias de Jan Chryzostom Paseko los poemas de Waclaw Potocki. Los sarmatistas polacos pugnaban por el reconocimiento de su condición de caballeros, por la igualdad entre todos ellos ("Libertad Dorada") y por demostrar invencibilidad ante otros pueblos. El sarmatismo glorificaba las victorias pasadas del ejército polaco y exigía que los nobles polacos continuaran acrecentando esa tradición. La nobleza polaca solía vestír un largo abrigo ribeteado de piel llamado żupan, botas de caña alta y portaban un sable llamado szabla. Los bigotes también eran populares, así como diversos tipos de plumas para decorar el tocado de los hombres. Un elemento inseparable de su vestimenta durante las celebraciones era el sable llamado karabela.

3. Ivan Vasilyevich Kireyevsky (en ruso: Ива́н Васи́льевич Кире́евский; 3 de abril de 1806 en Moscú - 23 de junio de 1856 en San Petersburgo) fue un crítico literario y filósofo ruso que, junto con Aleksey Khomyakov, es considerado como uno de los fundadores del movimiento eslavófilo. En sus pocas obras escritas, Kireyevsky contrastó la filosofía de Platón y los Padres de la Iglesia griega (en particular Máximo el Confesor) con el racionalismo de Aristóteles y los Doctores de la Iglesia católicos medievales. Culpó a Aristóteles "por moldear la mente de Occidente en una especie de jaula de hierro de la razonabilidad", que definió como una clase de prudencia tímida (en oposición a la verdadera sabiduría) o que "luchaba por establecer lo mejor dentro del círculo de lo común". Las doctrinas de Hegel fueron vistas como la última emanación del enfoque analítico de Aristóteles, que divorciaba la mente del alma, los pensamientos de los sentimientos (religiosos). Kireyevsky aspiraba a recuperar la integridad perdida del Hombre en las enseñanzas de la ortodoxia oriental. Su devota esposa lo presentó ante los ancianos (principiantes) del monasterio de Optina, que frecuentaba en los últimos años de su vida. Aunque no compartía el entusiasmo radical de Yuri Samarin por todo lo pre-petrino, Kireyevsky ensalzaba los tesoros espirituales de la Rusia medieval. Según él, los monasterios de la antigua Rus "irradiaban una luz uniforme y armoniosa de fe y aprendizaje" a las tribus y principados eslavos dispares. La red de iglesias y monasterios que cubría a Rusia tan densamente, fueron los 'lazos de una comunidad espiritual' que unificaron al país en "un solo organismo vivo".

4. La Aufbau Vereinigung (Organización de Reconstrucción) fue un grupo conspirativo contrarrevolucionario que tenía su sede en Munich y fue formado a raíz de la ocupación alemana de Ucrania en 1918 y de la Intervención de Letonia de 1919. En él se reunieron los emigrados rusos blancos y los primeros nazis alemanes, con la pretensión de derrocar a los gobiernos de Alemania y la Unión Soviética, reemplazándolos por regímenes autoritarios de extrema derecha. El grupo fue conocido originalmente como Die Bruecke (El Puente). La Aufbau era también el nombre de una publicación periódica que pertenecía a dicha agrupación.