Baréin en pie de guerra
Desde el año 2011, el pueblo bahreiní permanece frente a una ocupación militar ilegítima promovida y apoyada desde el reino de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes, Qatar, y sus aliados occidentales. Esta ocupación, silenciada de manera prácticamente absoluta por los medios occidentales, ha traído al país un nuevo gobierno de corte wahabita, con apoyo directo y abierto de Arabia Saudí y el resto de petromonarquías de la zona.
En dicho año, el pueblo de la isla de Bahrein decide echarse a las calles (simultáneamente con las con las protestas que se daban en la República Árabe de Egipto). Estas protestas, las encabezan las filas de los valientes voluntarios chiitas del partido Al Wefaq, que junto a sus líderes Ali Salman y Hasan Mushaima (regresado desde el exilio en Europa) alzan la bandera de los pueblos libres del mundo y proclaman la libertad de su patria.
En aquel momento, las protestas son reprimidas causando varios y muertos y heridos de los dos lados (gubernamental, e insurrecionista). Sin embargo, ante la sangre derramada de sus compañeros, el partido Al Wefaq sigue avanzando extendiendo así las protestas a toda la isla, que cansada de un gobierno impuesto desde el extranjero, decide levantarse con sus compañeros, y combatir así al invasor saudí.
De esta manera, ya son dos naciones que proclaman la insurrección contra el reino saudí dentro de la península arábiga, contando con Yemen. Los pueblos árabes despiertan arrojándose contra quien haya tenido el monopolio de los santos lugares del Islam en la península arábiga durante muchos años. Los mismos que se vendieron a los poderes occidentales que hoy les apoyan masacrando familias inocentes en Yemen, Siria, Irak, Libia, etc. Se levantan contra los mismos que desde hace ya muchos años, decidieron abandonar la lucha palestina y entregarse a los intereses sionistas ayudando así a la represión y el exilio de un pueblo entero que lleva activo desde el año 1948.
Esta es su manera de actuar, su “modus operandi”, y así hacen allí donde van. Hemos de agradecer a Dios que sus más leales siervos siguen en pie de guerra contra la tiranía internacional impuesta desde Arabia Saudí y sus aliados como Israel, Estados Unidos (hoy más que nunca), Inglaterra, Francia, etc.
No podemos olvidar en todo este gran conflicto internacional, el enorme significado que conlleva la guía de la revolución islámica que opera desde Irán, el Ayatollah Sayyed Ali Jamenei, que mediante su sabiduría, inspira a los revolucionarios de todos los pueblos libres del mundo que buscan justicia, sean o no musulmanes.
En la actualidad, no importa nuestro credo, sino nuestra capacidad de resistencia contra la tiranía del globalismo y de sus verdugos más crueles, ya nombrados anteriormente. Todos somos Bahrein, cada uno de los fieles caídos en la isla es como el mejor de nuestros camaradas. Que así, Dios le dé la victoria al pueblo bahreiní.