Ataque contra convoy de ayuda mata a 20 personas y destruye la ayuda, ¿y borra los crímenes de guerra EEUU?
"El presidente no tiene poder bajo la Constitución, para autorizar unilateralmente un ataque militar en una situación que no entrañe la detención de una amenaza real o inminente a la nación”.
Candidato Barack Obama, diciembre de 2007.
Los EEUU amontonan culpas y acusaciones contra Rusia y Siria por el supuesto ataque aéreo contra el convoy de ayuda el lunes 19 de septiembre de 2016, y como siempre hay más preguntas que repuestas, y cualquier cosa que declaran los portavoces de EEUU, absolutamente no tiene certezas.
El único hecho innegable es que otra tragedia asesinó al menos a 20 voluntarios de la media luna roja árabe siria, y al director local de la organización, Omar Barakat, padre de nueve hijos. Al menos 18 de los 30 camiones del convoy fueron destruidos junto con su carga donde estaba almacenada la ayuda humanitaria.
El ministerio de defensa ruso ha negado categóricamente cualquier ataque y afirma que el convoy se incendió (1):
“Hemos estudiado al detalle un video de la escena, de los denominados ‘activistas’ y no encontramos ninguna evidencia de que el convoy haya sido golpeado por artillería”, comentaba Igor Konashenkov, un portavoz del ministerio.
“No hay cráteres y el exterior de los vehículos no tiene el tipo de daño consecuente con explosiones causadas por bombas lanzadas desde el aire”. Sus observaciones son difíciles de cuestionar, cualquiera que haya estudiado los asaltos de la “comunidad internacional” en países lejanos durante las pasadas décadas conoce el modo en que se queda un camión bombardeado, y qué fragmentos quedan de ello.
Los fotógrafos de los camiones afectados muestran vehículos carbonizados, con el esqueleto de metal intacto.
Konashenkov dijo que el daño visible en las secuencias fue –en cambio– resultado del incendiado de la carga, sucediendo “extrañamente” al mismo tiempo en que los terroristas (anteriormente frente al–Nusra) habían iniciado una gran ofensiva en las cercanías de Alepo, respaldados por tanques, artillería, y otro equipamiento pesado.
Añadió: “Sólo los representantes de la organización ‘cascos blancos’ cercana al frente al–Nusra que, como siempre, se encontraban en el momento oportuno y en el momento crucial por casualidad con sus videocámaras pueden responder sobre quién hizo esto y por qué”.
Efectivamente los ‘cascos blancos’ alardearon en un video de estar en la escena “al poco rato”.
Los “cascos blancos” que han tenido las agallas para entitularse a sí mismos como la Fuerza de Defensa Civil Siria, aparentemente ni son sirios, ni civiles, ni defensa. Vanessa Beeley que ha expuesto meticulosamente sus acciones destaca (2): “Esta es una supuesta organización ‘no–gubernamental’… que hasta ahora ha recibido financiación desde al menos tres gobiernos importantes de la OTAN, incluyendo 23 millones de dólares del gobierno de EEUU, y 29 millones de dólares (19,7 millones de libras) del gobierno de RU, y 4,5 millones de dólares (4 millones de euros) desde el gobierno holandés. Además, recibe asistencia material y entrenamiento financiado y manejado por una serie de otros países de la UE”.
Ella informa de tales preocupaciones al respecto de la organización que: “Una petición ha sido presentada al Secretario General de la UE para proporcionar toda la correspondencia relacionada con la financiación y entrenamiento de los cascos blancos. Por ley, esta información debe hacerse transparente y disponible al público”.
Beeley destaca: “Ha habido una campaña conjunta por una serie de periodistas de investigación para exponer las verdaderas raíces de… los cascos blancos. La declaración más condenatoria, sin embargo (viene de) sus fundadores y patrocinadores en el Departamento de Estado de los EEUU que intentaron explicar la deportación por EEUU del prominente líder de los cascos blancos, Raed Saleh, desde el aeropuerto de Dulles el 18 de abril de 2016.
Del incidente, Mark Toner, portavoz del departamento de Estado declaró:
“Y cualquier individuo, de nuevo, aquí estoy ampliando mi lenguaje por razones específicas, pero, actuaríamos en consecuencia con cualquier individuo en cualquier grupo sospechoso de vínculos o relaciones con grupos extremistas o que nosotros hayamos estimado que son una amenaza a la seguridad de los EEUU. Pero eso no lo quiere decir, por extensión, que condenemos o que aislásemos los vínculos con el grupo para el que ese individuo trabaje”. Figúrese cual, querido lector.
The Ron Paul Institute ha destacado: “Hemos demostrado que los cascos blancos son parte integral de la vanguardia propagandística que asegura el oscurecimiento de los hechos y la propagación de ficciones sobre derechos humanos que sonsaca la respuesta bien intencionada y santurrona de un público engañado de manera muy ingeniosa. Una prioridad para esta ONG es seguir presionando por el escenario de ‘zona sin vuelos’ que ya se ha visto que tiene implicaciones desastrosas para civiles inocentes en Libia, por ejemplo” (ver 2).
Qué mejor oportunidad para presionar por “el escenario de zona sin vuelos” que llegar en “el momento justo” de la tragedia del convoy, filmarlo y crear un escenario de propaganda anterior a que cualquier investigación forense significativa pudiera incluso ser iniciada, dado que los camiones todavía estaban en llamas. Y por supuesto, los “cascos blancos”, también conocidos como “Fuerza de Defensa Siria”, estaban filmando en vez de intentar apagar el fuego y rescatar a la gente en los camiones incendiados.
El ministerio de defensa ruso posteriormente causó la indignación al afirmar que las secuencias del drón: “Muestran al convoy atacado de ayuda siria que incluía camiones llenos de combatientes portando armas de mortero” (3).
Sin embargo: “La secuencia emergió cuando las ONU cambió de opinión desde la descripción del ataque contra el convoy de ayuda como ataque aéreo, diciendo que tenían ninguna evidencia concluyente sobre lo que había ocurrido”.
Debería preguntarse, por qué en tierra, después de largas y prolongadas negociaciones sobre el convoy ¿Siria y/o su aliado ruso se arriesgarían a la ira de los EEUU y la “coalición” más diezmada del país, exponiéndose a acusaciones de bombardear convoyes de ayuda?
No obstante y con énfasis, la tragedia ha logrado una cosa. Borró de los titulares otra atrocidad: El bombardeo de EEUU que asesinó a más de 60 soldados sirios e hirió a más de 100, justo dos días antes, el sábado 17 de septiembre de 2016, causando que la portavoz del ministerio de exteriores ruso, Maria Zajarova comentase: “Estamos alcanzando una conclusión realmente aterradora para todo el mundo: Que la Casa Blanca está defendiendo al Estado Islámico. Ahora no puede haber dudas sobre esto”, según publicó la agencia de noticias RIA novosti.
De nuevo: “Quis custodiet ipsos custodes?”, ¿quién guardará a los guardianes?
Notas:
1.http://www.reuters.com/article/us–mideast–crisis–syria–russia–convoyfir–idUSKCN11Q1SG
2.http://21stcenturywire.com/2016/06/21/who–are–the–syria–white–helmets/
3.http://www.mirror.co.uk/news/world–news/drone–footage–shows–bombed–syrian–8879319