Turquía, Siria, y el futuro de Eurasia
El 15 de julio de 2016, secciones de las fuerzas armadas turcas lanzaron un golpe contra el gobierno de Turquía y su presidente, Recep Tayyip Erdogán. El golpe fracasó espectacularmente, varios cientos de soldados y civiles fueron asesinados, sobre unos mil fueron heridos y el agarre de Erdogán en el poder es ahora más fuerte que nunca.
Así empiezan y terminan todos los hechos reales que conocemos sobre el golpe. Casi todo lo demás que ha emergido es especulación, rumorología y (dependiendo del análisis de uno mismo), o bien ilusiones, o bien tinieblas y fatalidad. Qué palabra es la que uno toma al pie de la letra ahora que todo tiene que ver con lo que uno piensa sobre el golpe, lo que ocurrió, y lo que ha emergido de ello.
Gulén: ¿Omnisciente, demonio siempre presente u o hombre del saco mayormente ilusorio?
Erdogán y su gobierno (seamos honestos con nosotros mismos sobre lo que queremos decir cuando decimos “Turquía”) rápidamente declaró que el clérigo exiliado Fethullah Gulén es la mente maestra del golpe. Analistas e investigadores bien respetados, y con razón, como Sibel Edmonds y James Corbett coincidieron inmediatamente. Pero hasta la fecha no se han presentado absolutamente ninguna evidencia concreta por nadie que respalde esta afirmación. El argumento desde las autoridades no constituye una evidencia real.
Tyler Durden lo dijo mejor en el blog Zero Hedge, el día después del intento golpista:
El gobierno dice que el intento golpista fue realizado por una camarilla dentro del ejército, que es leal al movimiento de Gulén.
Sin embargo, como fue informado la noche pasada, el clérigo Fethullah Gulén, que está residiendo actualmente en los EEUU, dijo que condenó el golpe “en los términos más fuertes”. Gulén, como saben aquellos que han seguido la historia reciente turca, es el némesis y hombre del saco casi imaginario de Erdogán; Erdogán ha acusado repetidamente a Gulén de tramar un “estado paralelo” cuya intención es derrocar a Erdogán, y ha usado a esa narrativa del hombre de paja como justificación para expandir sus poderes y presionar por un cambio de un régimen parlamentario a uno presidencial.
Gulén escribió en su blog que “como alguien que ha sufrido bajo múltiples golpes militares durante las cinco décadas pasadas, es especialmente insultante el ser acusado de tener cualquier conexión con tal intento. Niego categóricamente tales acusaciones”.
¿Estaba Gulén detrás del golpe? Difícilmente. Pero como sobre las pasadas décadas, el espectro de un “golpe” de Gulén –ahora culminando con los eventos de la noche pasada- es todo lo que Erdogán necesitará para cimentar hacia el futuro su agarre implacable y autoritario sobre el país, que esta mañana, con disparos aun escuchándose en Turquía, empezó con la limpieza de todos los jueces y fiscales que incluso fueran remotamente críticos con el “presidente”. Recuerden que justo hace dos meses, informábamos que “Erdogán se acerca al poder absoluto con el nombramiento del primer ministro marioneta, despojando a los parlamentarios de inmunidad”.
Sin embargo, si resulta ser que Gulén realmente estaba detrás del golpe, entonces las sospechas de participación americana ya no serán más una simple especulación ampliamente creída, sino un hecho real. Las conexiones entre el movimiento de Gulén, su líder en el exilio en Pennsylvania y la CIA, son ahora un hecho bien establecido.
Evidencia de participación extranjera con, y respaldando al golpe
Tanto si afloran o no las pruebas de participación directa en el golpe por parte de Gulén o de los EEUU, no sabemos ahora con certeza que los gobiernos de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos tenían conocimiento de antemano sobre el golpe y estuvieron bastante felices con el hecho de que estuviera ocurriendo. De nuevo, en ausencia de sólidas evidencias esto sirve para hacer un caso bastante bueno para la participación de EEUU y/o Israel en el golpe también.
Pero no obstante, las sospechas son totales, tanto dentro como fuera de Turquía, de que toda la cosa fue planeada y orquestada por Erdogán mismo para consolidar plenamente su poder y expulsar o encarcelar a todos sus enemigos percibidos (esto es, cualquiera que alguna vez expresara desacuerdo público o desaprobación de él o del AKP) de todas las esferas de la vida pública, incluyendo la justicia, la prensa, y el sistema educativo.
Y un aspecto particularmente interesante de toda la cosa que ha sido ignorado tanto por los medios masivos como por los alternativos es que los planificadores del golpe estuvieron planeando la publicadión de pruebas demostrando que el antiguo primer ministro Ahmet Davutoglu y el director del MIT (inteligencia turca), Hakan Fidán, estuvieron ayudándose y confabulándose con el supuesto némesis de Turquía, el jefe del partido de los trabajadores del Kurdistán (PKK).
Las consecuencias geopolíticas del golpe
Cierto o no, hay un alto porcentaje de ciudadanos turcos, por no hablar del gobierno mismo, que están convencidos de que Gulén y los EEUU estaban tras el golpe en última instancia. Lo que esto significa es que el proceso de reaproximación entre Turquía tanto con Rusia y Irán, algo que ya estaba haciéndose desde hace unos meses hasta ahora, solamente ganará fuerza y se apresurará la integración turca en el bloque euroasiático, como señala George Ades:
Una vez que Turquía y Rusia se volvieron “buenos amigos” de nuevo, solo era cuestión de tiempo antes de que se intentara un golpe militar; muchos de nosotros empezamos a escribir sobre ello y no estoy pensando en un golpe que fuera instigado por turcos descontentos, sino por unos que sirvieran a intereses en el extranjero. Una semana antes de los eventos del viernes, el régimen turco empezó una campaña indiscriminada de arrestos y persecución entre los oficiales de más alto rango en sus fuerzas armadas; almirantes y generales estuvieron siendo cogidos y detenidos por cargos de traición. ¿Por qué esta purga no fue hecha antes por el paranoico de Erdogán? A no ser que por supuesto, los nombres de estos agentes no fuera conocido de antes por los servicios secretos turcos. Así que ¿quién les suministró la lista de disidentes?
La prensa iraní ahora está afirmando que el “soplo” por el golpe vino desde la inteligencia rusa. Personalmente no lo descartaría; de hecho lo sugerí en muchas publicaciones anteriores.
Así que, ¿dónde deja todo esto a Turquía en el juego de poder global?
Turquía es un valioso aliado de la OTAN, el “guardián” del estrecho del Bósforo que controla el mar negro y el acceso de la flota rusa al mediterráneo. Los EEUU probablemente no van a dejar marchar a este comodín fácilmente. Al mismo tiempo, Erdogán ha perdido la confianza en los EEUU que con toda probabilidad estuvieron tras el intento de derrocarle; para ponerlo francamente, él ya no confía más en EEUU. Erdogán está en modo supervivencia en este momento y tras evaluar la situación probablemente llegue a la conclusión de que su mejor oportunidad se encuentra con Moscú.
El problema con este pivote turánico para Eurasia, no obstante, es que está ocurriendo en el periodo posterior a una inmensa purga de casi cada segmento de la sociedad civil, pública y política en el país; el cierre de 2.341 escuelas, entidades benéficas, sindicatos, y centros médicos; la suspensión de 37.500 agentes de policía y funcionarios; la revocación de las licencias de más de 20.000 profesores; más de 10.000 arrestados hasta ahora. No será fácil empezar los fundamentos de la nueva Turquía euroasiática con semejantes tipos de actos.
Nadie puede decir con certeza lo que el futuro depara para Turquía, pero dos cosas diré: La estabilidad no parece estar en las cartas, no en el largo plazo y ni siquiera en el futuro más cercano. Y, lo que es de extrema importancia, lo que ocurra en Turquía no se queda solo en Turquía. La influencia de Turquía alcanza y abarca un enorme territorio que incluye China occidental, Asia central, Irán, Irak, Siria, Líbano, Palestina, Yemen, Egipto, Libia, Tunez, Cáucaso, Ucrania, Crimea, Balcanes y Europa occidental. El caos y la inestabilidad no estarán en el interés de nadie más que de aquellos que persiguen la “destrucción creativa” (véase, EEUU) como objetivo en y de sí mismo.