Muqtada al-Sadr se prepara para una revolución, pero ¿cuál?

14.07.2016

Miles de partidarios de Muqtada al-Sadr salieron a las calles de Bagdad para protestar contra las políticas del gobierno y la corrupción en el liderazgo de Irak. Anteriormente, en abril y mayo de este año, los seguidores de Sadr irrumpieron en la "zona verde de Bagdad", donde se encuentran las embajadas y los edificios gubernamentales. Los expertos creen que Muqtada al-Sadr busca aumentar su influencia en la política iraquí.

La esencia del movimiento sadrista

El movimiento sadrista es una estructura socio-política chií, que fue creada por el padre de Muqtada al-Sadr, el Gran Ayatolá Mohammad Sadeq al-Sadr. Apelando a los principios de la justicia social y confiando en los chiítas de la clase pobre, Mohammad Sadeq al-Sadr ha creado una red de células en todo el país, que están unidas bajo los principios de la ayuda mutua. Los sadristas han creado de facto un estado paralelo con su sistema de redistribución de la riqueza y la provisión de beneficios sociales.

Después del colapso del sistema estatal en Irak a causa de la invasión anglo-estadounidense en 2003, los seguidores de Sadr eran la única estructura viable que podía asumir la tarea de la reconstrucción de la infraestructura social de Irak. La influencia de los sadristas ha crecido y se ha hecho aún más fuerte, ya que este movimiento poseía una importante influencia en el país devastado por la guerra y el terror.

Muqtada al-Sadr creó una estructura paramilitar llamada "Ejército del Mahdi", que puso en marcha operaciones militares contra los ocupantes occidentales. En 2004, después de la presión ejercida por los clérigos chiitas iraquíes, al-Sadr ha dejado la resistencia armada. Sin embargo, hasta el día de hoy, las fuerzas armadas llamadas "Brigadas de la Paz" están bajo su mando.

El conflicto dentro de la comunidad chií

Las múltiples protestas en Irak, en gran medida, están conectadas con las divisiones internas dentro de la comunidad chií, ya que  los chiitas constituyen la mayoría de la población iraquí. Incluso el padre de Muqtada al-Sadr tenía en una relación difícil con el Ayatolá Al Sistani. Más tarde, fue Sistani quien ha desempeñado un papel crucial en la pacificación del "Ejército Mahdi" y fue uno de los primeros que empezó a cooperar con los británicos y los estadounidenses. Ahora, Sistani es el líder espiritual de los chiíes de Irak y de hecho tiene una influencia decisiva en la política del país.

Las protestas sadristas muestran que el conflicto entre Sadr y Sistani no está obsoleto. El joven y ambicioso líder querría tener más influencia en la política iraquí, pero para ello es necesario cambiar todo el sistema de gobierno, algo en lo que están insistiendo los seguidores de Sadr. Sus demandas incluyen la renuncia del gobierno, el presidente y el presidente del Parlamento, la reforma de la comisión electoral y la abolición del sistema de cuotas étnicas y religiosas. En la víspera, Sadr apareció en público vestido de uniforme, lo que demuestra que esta vez está listo para tomar una acción decisiva.

La mano de Occidente

Esta protesta y el deseo de Sadr de llegar al poder, pueden ser utilizados por los enemigos de la unidad del mundo chiíta con el fin de socavar la ya limitada influencia de Irán sobre Irak. Sadr se opone de forma declarada a la intervención iraní en la política del país. En mayo, las protestas de los sadristas se llevaron a cabo bajo el lema “Irán, Barra Barra" (¡Fuera Irán!).

Ahora, los medios occidentales ya no demonizan a Sadr, como hacían antes, y describen sus demandas como moderadas y razonables. Todo esto demuestra que con Sadr y los seguidores de Sadr, colaboran activamente los servicios de inteligencia occidentales (Estados Unidos y Reino Unido).

Sin embargo, al mismo tiempo ha habido informes respecto a la visita de Sadr a Irán en mayo de este año, lo que fue  apresuradamente negado por la parte iraní. Estos hechos, indirectamente, pueden servir como evidencia de que Sadr está tratando de maniobrar entre Irán y Occidente.