Continúa la guerra racista en los Estados Unidos

El 6 de julio, por la noche, en el estado de Minnesota, un oficial de patrulla de policía detuvo un vehiculo para comprobar la documentacion: el vehiculo pertenecia a Philando Catile, un hombre de origen afroamericano de 32 años de edad, que viajaba  junto con su familia.

El policía les pidió que mostraran sus documentos, y cuando Philando Catile comenzó a sacar su licencia de conducir, el  oficial de policía le disparó a quemarropa cuatro veces seguidas.

Después de que se oyeran los disparos, la mujer de la víctima comenzó a grabar un vídeo en directo en la red social de Facebook. En las imágenes se ve claramente que el hombre se está desangrando, pero el oficial de policía permanece junto al vehiculo de Philando Catile apuntando con su pistola a la victima.

 Poco antes de este suceso, el 5 de julio, en la ciudad estadounidense de Baton Rouge, Louisiana, las protestas comenzaron después de que un policía matara a tiros durante su detención a Elton Stirling, que era vendedor ambulante.

El video del incidente, que dura unos 48 segundos, fue publicado en la Red. En la grabación se puede ver cómo dos agentes de policía tiran al suelo a la víctima, que está vestido con una camisa roja, y luego uno de ellos, poniendo su pistola en la cabeza del detenido mientras grita: "Juro por Dios, solo muevete ***!" ejecuta a la víctima con dos disparos. La autopsia reveló que Elton Stirling murió de múltiples heridas de bala en el pecho y en la espalda.

La División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia de Estados Unidos inició una investigación sobre el asunto y los policías implicados están temporalmente apartados de sus funciones.

En ambos casos, los policías asesinos eran blancos, lo cual indica una nueva ola de matanzas raciales y odio subconsciente.

En agosto de 2014, en el barrio San Luis, en Ferguson, se produjeron disturbios prolongados después de que un oficial de policía disparara contra un joven desarmado, Michael Brown. Los manifestantes exigieron llevar ante la justicia al policía implicado. Las protestas fueron pacíficas, pero acompañadas de disturbios, ataques contra la policía y saqueos de tiendas.

En la ciudad se estableció un toque de queda y entraron tropas del ejército.

El 4 de marzo, el Servicio de Justicia de Estados Unidos emitió un informe en el que se indican los numerosos hechos sobre abusos racistas de la policía local y los tribunales.

A mediados de marzo 2015, una multitud atacó el edificio del departamento de policía y se abrió fuego contra los oficiales de la ley.